Capítulo 18

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¡Vaya manera de empezar un primer día de clases en año nuevo!

Al salir al receso de la mañana, Stephanie se pega a nosotros exigiendo saber información. Le digo que se calme un poco y le cuento de manera resumida lo hablado. Como buena chismosa, quiere detalle. Nunca he entendido porque los chismosos quieren detalles de lo que pasa, si igual le agregan contenido o exageran la historia.

Estamos los tres en la cola para que nos sirvan la comida, cuando la secretaria anuncia que el director leerá un nuevo decreto y se enviará una copia al correo de los padres, se tendrá que colocar una copia en cada salón, en los pasillos y carteleras informativas.

Comunicado:

Tolerancia Cero

Estimados estudiantes, madre, padres, representante, profesores y cualquier otro en interés de este comunicado. En vista de los avances de la sociedad, la cual crece y se transforma constantemente, permitiendo así el desarrollo pleno de las personas, y que esta institución se ha caracterizado por inculcar en sus alumnos virtudes como la aceptación, la inclusión, el respeto y/o la tolerancia, entre otras cualidades, para demostrarlo con sus compañeros de clases y en cualquier otro ámbito de su vida cotidiana, establece:

Estudiante, profesor, secretaria, asistente de cocina, de limpieza o cualquier otra persona que haga vida en instituto y falte el respeto a la orientación sexual, condición física, raza o cualquier otro prejuicio que afecte la salud mental o física de los que hacemos vida en esta institución, se le aplicará la Tolerancia Cero. Lo que quiere decir que será expulsado o despedido, no pudiendo ser readmitido nuevamente.

Comunicado que entra en vigencia a partir de su lectura.

Kelvin y yo nos miramos, una sonrisa de triunfo en sus labios. Continúo deslizando mi bandeja, en espera de que comiencen a servir lo que haya preparado hoy.

Pero no todo puede ser perfecto, ¿cierto?

Stephanie me entrega su teléfono y está metida en un grupo que hicieron del colegio en una de las redes sociales. En el, circulan varias imágenes en burla y una foto al recientemente comunicado que ya está siendo pegado en varias partes del colegio.

—¿Qué demonios es esto? ¿Desde cuándo existe este grupo? —le muestro el teléfono a Kelvin.

—Desde que comencé a estudiar aquí, conozco ese grupo —me devuelve el teléfono y se lo paso a Stephanie.

—Va a matarme, va a matarme. Si mamá se entera, va a matarme —repito, como una grabadora.

—Tranquilo, mi amor, nadie te hará nada —me aprieta la mano.

—A ti también te va a matar —le respondo.

Nos sirven la comida y caminamos en busca de una mesa. Stephanie viene detrás de mi a paso lento, cuidando no hacer un desastre con la bandeja.

Kelvin y yo nos sentamos, esperando por ella. Veo que él abre la boca como para preguntar, pero me adelanto y le confirmo que ella siempre hace eso, todos los días, desde que empezamos a estudiar aquí.

—Buenas —dice una voz femenina y yo giro la cabeza para ver quién es.

—Buenas...

—¿Podemos sentarnos? —pregunta un chico

—Sí, claro —extiendo la mano en la parte frente a nosotros.

—Somos Ariadna, Nicolas...

—Nicola, Marcelo. Mi nombre es Nicola —interrumpe al otro chico.

Enséñame a SoñarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora