『O4』

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Era viernes. El quinto día que llevaban con aquella farsa. Sí, Yeosang estaba contando los días.

Aún no terminaba de acostumbrarse a los besos de Park. No eran demasiados, únicamente los recibía cuando se saludaban o despedían y se encontraban en público. Además el mayor no los prolongaba y eran suaves. Pero aquello no quitaba el hecho de que fuera su amigo de toda la vida quien lo estaba besando, y eso le provocaba un sentimiento raro.

Por suerte, había aprendido aprendido, casi a las fuerzas, a disimular bastante bien. Pensó que quizás, en otra vida, había sido un gran actor.

Seonghwa no se quedaba atrás; su actuación era igual de buena o incluso mejor que la del menor. Había creado un perfecto balance de contacto físico que le permitía hacerlos ver como una auténtica pareja y a la vez no poner incómodo a su amigo. Era lo menos que podía hacer después de la situación en la que había puesto al chico.

Ese día no tenían ganas de almorzar en la cafetería, ni de estar rodeados de gente. Querían por lo menos una hora de respiro, sin tener que forzar nada ni estar pendientes de quiénes los veían.

— ¿Sabes cómo está San?— preguntó Seonghwa, recargándose en uno de los casilleros. Su amigo, Choi, se había ausentado casi toda la semana en la escuela debido a que estaba enfermo.

— Me dijo que su fiebre aumentó— respondió el castaño con una mueca mientras guardaba los libros utilizados en clase.

El pasillo estaba vacío a excepción de ellos dos. Completamente silencioso y tranquilo. Aquel escenario era poco común, más en su escuela, siendo que gran parte de los estudiantes eran ruidosos y estaban por todos lados. Quizás la ausencia de la mayoría se debía a que era viernes, y por lo general ese día de la semana la comida de la cafetería era la mejor. Cual fuera la razón, ambos estaban más cómodos de esa forma; sin demasiado escándalo al rededor.

Yeosang suspiró preocupado—. Espero que se mejore pronto— dijo algo triste, refiriéndose a San.

— Sí, yo también— contestó distraído su amigo.

— Me aburro demasiado sin él.

— Sí, yo también... Espera ¿Qué?— se detuvo a sí mismo indignado—. ¿Te aburres conmigo?— preguntó mirándolo mal.

Yeosang rodó los ojos divertido. Su amigo podía ser un poco dramático a veces.

— Nunca dije eso, solo es raro que no esté— explicó, finalmente terminando de guardar sus libros—. Siento que me falta algo.

Seonghwa levantó las cejas—. Ahora cásate con él— le dijo en voz baja, pero de todas formas había sido escuchado.

El castaño rió ante su comentario cerrando su casillero y le dio un pequeño golpe en el hombro al chico a su lado. Ambos empezaron a caminar en dirección al patio de la escuela.

— No me molestaría. San es bastante guapo, me gusta— admitió medio en broma el menor encogiéndose de hombros.

— ¿Debería considerar esto una infidelidad?— cuestionó Seonghwa mirando hacia otro lado, fingiendo estar ofendido.

Yeosang volvió a reír fuerte y se colgó del brazo de su amigo, quien no pudo mantener su rostro serio por mucho más tiempo y acompañó al más bajito con carcajadas.

Podía tenerle mucho cariño a San, pues este era un gran amigo, pero debía admitir que nadie podría igualar algún día la confianza que le tenía a Park y viceversa. Eran incontables las tardes de diversión que pasaron juntos, pero los momentos buenos no eran lo único que habían compartido, pues muchas veces se vieron a sí mismos consolando al otro en situaciones tristes. Sin importar las circunstancias, siempre se apoyaban. Si es que alguna vez discutían, no llegaban a durar más de un día completo enojados, pues rápidamente solucionaban sus desacuerdos.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐅𝐀𝐊𝐈𝐍𝐆 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora