『O9』

3K 479 104
                                    

• • •

Estaba mucho mejor anímicamente que hace un par de días y le daba gran parte del crédito a su amigo.

El más alto siempre cuidaba de él, pero se había vuelto extremadamente atento luego de haberlo visto llorar aquella noche. No era una atención que realmente le molestara, si era sincero le resultaba un poco agradable ser cuidado. Park seguía bromeando como siempre, sin embargo en ese último tiempo se dedicó a ser más cariñoso y cuidadoso en ciertos aspectos. Todos los días, sin falta, le preguntaba cómo estaba y trataba de asegurarse de mantenerlo animado siempre.

San también se había preocupado al enterarse de lo ocurrido, pero nada había cambiado demasiado, pues el chico siempre se había comportado de forma dulce y atenta con Kang. Pero, por alguna razón, no se sentía como el tipo de atención que el mayor de los tres le brindaba. No estaba seguro de cómo explicarlo, pero era una sensación un poco más cálida la que lo llenaba cuando se trataba de Seonghwa.

Al contrario de sus pensamientos negativos, su semana había resultado ser bastante tranquila.

No intercambió muchas palabras con su madre luego de la discusión, pero sabía que se encontraba arrepentida, pues buscaba formas muy poco directas de disculparse. Trataba de llegar a casa más temprano y se esforzaba en cocinar algo para su hijo, a pesar de que la gastronomía no había sido algo en lo que se destacara. Yeosang sabía que de la boca de aquella mujer jamás saldrían unas disculpas, pero igualmente apreciaba los pequeños detalles.

— ¡No, aléjate!— gritó Seonghwa haciendo alboroto. Solía tomarse muy en serio los videojuegos de carreras. Los videojuegos, en general.

San, a su lado, rio a carcajadas por la desesperación del chico— Vas a perder, Park— advirtió mientras empujaba levemente al mayor sin quitar la vista de la pantalla.

— Calla.

Yeosang soltó un risa por lo competitivos que eran sus amigos. Los tres se reunían bastante seguido en casa de Choi, o por lo menos cuando el más bajo de los chicos tenía tiempo libre, como ese día. La mayoría de veces jugaban aquellos videojuegos que les servían para liberar estrés y gritar lo que quisieran, justificándose con haber perdido, pero existían ocasiones en las que simplemente se reunirían a charlar un poco y la pasarían bien.

Por haberse distraído un par de segundos, Seonghwa terminó perdiendo el control de su auto en la pantalla y quedó en último lugar, ganando así Choi el primero. El muchacho pego un salto en su lugar e hizo un gracioso baile festejando y restregándole su victoria al mayor, quien se había echado para atrás con los brazos cruzados.

— ¡Mí turno!— soltó Yeosang y sin darle tiempo a Park de lamentar su pérdida se lanzó al cómodo sofá, tomando asiento en medio de los chicos.

Le quitó el mando de las manos a su mejor amigo y este bufó en respuesta, sin cambiar su postura de enfado.

— Parece que tendré que ganar de vuelta— alardeó San.

— Eso lo veremos— respondió el castaño, dispuesto a hacer que el otro chico perdiera esa partida.

Seonghwa inconscientemente rodeó los hombros del más bajito con sus brazos, pero a ninguno de los dos pareció haber notado ese gesto o si quiera importado. Hasta ese punto, ya estaban demasiado acostumbrados para que se les hiciera raro.

— Véngame, Cheonsa— dijo dramáticamente el mayor sacándoles una risa a sus amigos.

— Espera ¿Cheonsa?— preguntó de repente San mirándolo con el ceño fruncido, sin quitar la vista de la pantalla.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐅𝐀𝐊𝐈𝐍𝐆 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora