『O8』

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Estaba exhausto.

Cerró la puerta de la tienda asegurándose de echarle llave y se dispuso a irse. El camino a se le hizo interminable.

Su rutina consistía básicamente en dos cosas; ir a la escuela y luego ir a la tienda. Sin embargo no era tan simple. Apenas tenía tiempo para comer algo entre ambos turnos. Sí, almorzaba en la escuela como todos los demás estudiantes, pero eso no evitaba que tuviera un hambre feroz al llegar a su casa. También terminaba su trabajo tarde, bastante tarde, y tenía que regresar caminando en medio de la noche. Al principio sentía miedo, este aumentó cuando una vez sufrió de un intento de robo en el camino. Pero, con el tiempo, supo acostumbrarse a las oscuras calles y afortunadamente no volvió a vivir una experiencia similar.

Aquel último mes tuvo la compañía de Seonghwa en la tienda, por lo menos dos días a la semana, por lo que podía descansar un poco más. De igual forma, seguía teniendo poco tiempo para llevar a cabo sus pasatiempos e incluso obligaciones.

Luego de un rato de caminata, llegó finalmente a su casa.

Abrió la puerta y tuvo intenciones de ir directo a su habitación a preparar su mochila, era viernes e iría a dormir y jugar videojuegos a casa de Park, como solían hacer cada semana. Sin embargo, se detuvo al encontrar a su madre de pie en medio de la sala, con brazos cruzados y semblante serio.

Algo sucedía, y lamentablemente estaba seguro de que lo involucraba. Tragó saliva, ciertamente asustado, pero decidió disimular y fingir que no sucedía nada.

— Hola— saludó en voz baja, mirando a la mujer con duda— ¿Llegaste temprano?— preguntó para aliviar el ambiente, pero no funcionó, pues el frío rostro de la contraria no cambió.

Era un poco raro hablar con ella. Podían pasar días sin tener contacto, pues él siempre estaba ocupado en algo y su madre jamás estaba en casa, pasaba la mayor parte de su tiempo con su... Acompañante. Debía admitir que le molestaba cada vez que la pareja hacía sus viajes, además no le caía bien ese hombre, pero decirlo en voz alta solo generaría problemas y más tensión de la que ya existía en su casa.

Esperó unos segundos, pero la mayor no soltó una sola palabra. No hacía más que mirarlo de mala forma.

— Voy a... Preparar mis cosas. Iré a casa de Seonghwa— avisó, dispuesto a escapar de la situación.

Siguió caminando lentamente al nuevamente no recibir respuesta, pero justo en el momento en el que estuvo a punto de subir las escaleras, la firme voz de su madre lo congeló.

— Recibí una llamada de la escuela.

Yeosang sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Estaba jodido.

Él no había faltado el respeto a nadie, ni si quiera se había metido en problemas con alguien. De hecho, era bastante cuidadoso con respecto al trato que tenía con los profesores y demás alumnos. Realmente no hacía nada, y ese era el problema; no hacía nada. Se la pasaba durmiendo, y cuando intentaba hacer algo se frustraba rápidamente debido a que no lograba entender una sola cosa.

Apretó los labios sin saber qué responder.

— Tienes las peores notas que alguna vez vi— le dijo la mujer, usando ese tono tan cruel que acostumbraba a incorporar en su voz cuando estaba realmente molesta y quería que lo supieran.

— Mamá, puedo-

— Hago todo por ti ¿Y me pagas así?- interrumpió—. Eres un malagradecido— sabía lo que se venía y no quería que fuera así. Su madre era el tipo de persona que, al estar enojada, diría cosas dolorosas hasta terminar por explotar.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐅𝐀𝐊𝐈𝐍𝐆 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora