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Luego de haber terminando todo aquel viernes por la noche en la tienda, las cosas habían ido en picada.
Se evitaron todo el fin de semana. No se reunieron a jugar videojuegos como tanto solían hacerlo, no salieron a ninguna parte, ni si quiera intercambiaron mensajes. Simplemente ambos habían decidido ignorar la existencia del otro, o por lo menos intentar hacerlo, por razones bastante similares.
Empezó la semana y fue una completa pesadilla asistir a la escuela. Se vieron obligados a encontrarse nuevamente, pero aún así las cosas no cambiaron demasiado; se mantenían sumamente cortantes entre ellos y no charlaban a menos que fuera por una causa necesaria.
Desde el primer momento en que fueron vistos cruzar los pasillos, sin dirigirse la palabra ni mirarse, fue una obviedad para todos sus conocidos que habían dado fin a su "relación". Las miradas curiosas de los demás habían vuelto, tal como cuando habían empezado, excepto que en esta ocasión se debían a razones completamente distintas.
Definitivamente todo empeoró cuando el menor le dijo a su amigo que ya no necesitaba de su ayuda en la tienda. Realmente si lo hacía, pero Yeosang pensó que, si se mantenía lo más lejos posible de Park, sería más sencillo borrar aquellos sentimientos que había desarrollado en algún punto y volver a quererlo como un amigo más. Sin embargo, no anticipó para nada la reacción de Seonghwa.
En el momento en que soltó las palabras, el rostro del más alto se volvió una piedra, más tenso e inexpresivo que nunca. Sabía perfectamente que se había molestado. Seonghwa no era la clase de personas que hacía escándalos al enfadarse. Bastaba con una de sus oscuras miradas para que te hiciera saber que no estaba feliz, y para el menor fue sorprendente recibir una de ellas.
— ¿Irán mañana a la fiesta de Hyunjin?— preguntó San en el almuerzo llamando la atención de sus amigos, quienes se encontraban distraídos y envueltos en sus propios pensamientos.
— Sí, trataré de llevar a Eunbi— respondió primero Seonghwa, con algo de pesadez en su voz.
El más bajo de los tres jugó un poco con su comida, ignorando a los chicos.
— ¿Qué hay de ti?— le preguntó Choi al castaño, dando leves toques en su mano. Por alguna razón, los ojos de Park se clavaron en aquella escena y no pudo despegarlos hasta que fue descubierto por Kang. Desvió la mirada.
— No estoy seguro de querer ir— contestó sin muchas ganas Yeosang, descansando el rostro en su mano.
— Vamos, puedo llevarte. Te vendría bien distraerte un poco, te ves triste—animó San—. En realidad, ambos se ven tristes— miró con atención a sus dos amigos. Sabía que algo andaba mal desde que pisaron la escuela luego del fin de semana, pero había decidido ahorrarse las palabras, pensando que todo pasaría pronto y volverían a estar bien.
El pequeño grupo de tres muchachos se vio envuelto en un silencio, bastante incómodo a decir verdad.
El castaño tragó saliva al sentir los ojos del pelinegro sobre él.
—¿Acaso pelearon?— indagó San, sin demasiado tacto.
¿Habían peleado? No realmente. Tampoco habían discutido, o eso creían. Entonces ¿A qué se debía el trato que empezaban a tener entre ellos?
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𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐅𝐀𝐊𝐈𝐍𝐆 | seongsang
أدب الهواة❝ Seonghwa era un joven con un amor no correspondido. En un intento de atraer la atención de la muchacha que había robado su corazón, una loca idea pasa por su cabeza y, luego de insistir un poco, logra convencer a su mejor amigo de ayudarlo. Así, K...