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Corre en mi dirección, pero no pierdas tu camino-Umbra

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Corre en mi dirección, pero no pierdas tu camino-Umbra.

GRAHAM.

Soy el ser más impuntual del jodido planeta, lo juro. No importa que ponga cómo cinco alarmas en mi habitación, ni siquiera eso logra despertarme. Para colmo mis padres trabajan desde muy temprano y no pueden hacerme el favor de darme un golpe potente para despertarme y no estar llegando una hora tarde al instituto. Mi hermano no cuenta ya que él sale temprano a sus prácticas de fútbol.

Y otra cosa importante es que el guardia de la entrada del instituto es un pesado. Apenas intente entrar me detuvo con su típica expresión amargada.

-Vamos, viejo, déjame entrar, no seas tan amargado, mira que eso te quita años de vida, eh. -intento persuadirlo.

-He dicho que no puedes pasar, solo se permite pasarse diez minutos, no una hora, así que no pierdas el tiempo y vete.

Maldito viejo arrugado, hasta una pasa se ve mejor que tú. Es lo que deseo decirle, pero vamos, eso me costaría un castigo, porque este anciano siempre me mete en problemas con el director.

Doy media vuelta maldiciendo al tipo arrugado, sin embargo, me quedo paralizado cuando noto a Rhigo caminar en mi dirección, bebiendo una bebida energética, en cuanto lo tengo frente a mí siento que todo mi cuerpo tiembla, se ve tan guapo hoy. Su chaqueta negra y gris del equipo de fútbol americano le queda muy bien, parece amoldarse perfectamente en los lugares correctos, como por ejemplo en sus brazos bien maziosos. Pero lo que más me gusta de él, es su sonrisa, esa que parece brillar y dejarte sin aliento, puede que exagere un tantito, pero vamos, él es una tentación tan grande que me vuelvo incoherente cuando lo miro.

-Te ves tan sexy. -digo sin siquiera pensarlo, inmediatamente me cubro la boca, bajo su mirada sorprendida-. Ujum-Aclaro mi voz y quito mi mano de mis labios-, digo que eso es lo que deben pensar todas las chicas al verte, que envidia, hermano.

¿Hermano? Mierda, yo si que estoy pendejo.

Él eleva una de sus cejas, sin disimulo alguno me recorre con sus bonitos ojos celestes, no me incomoda en lo absoluto que me mire, por mí, si le apetece, hasta me puede manosear un poco, o mucho, no me negaría a sentirlo.

-Me pregunto que más piensan las chicas de mí, hermano. -pronuncia la última palabra en un tono que roza la burla y la diversión-. Por cierto, no te había visto antes, bueno, hasta ayer que vi como Darrell te saca de la cafetería, admito que me sorprendió no saber de ti antes.

-Ah, eso, veras es que estás demasiado ocupado siendo popular y follando con las animadoras que te ofrecen sus placeres. -digo sonriendo con inocencia, él en cambio se limita a mirarme entre pasmado e incrédulo-. Asistimos al mismo instituto desde hace como un año, con este dos, pero no te preocupes, entiendo que tus bonitos ojos no hayan tenido el placer de haberme visto antes, por estar admirando la superficie plástica de las personas con las que te rodeas.

Sí, puede que esto parezca como un reproche, pero es que soy demasiado directo como para ahogarme con mis pensamientos. Me gusta desde que entré a este instituto, pero jamás recibí una mirada de su parte y estaba bien, no es como que fuera su deber mirarme, pero eso no quita que sienta un poquito de rencor por sus estúpidos ojos que solo miraban a esas mujeres de piernas flojas. Y no es que odie a las mujeres o que crea que son unas perras por follar con quienes se les dé la gana, es solo que, vamos, soy un ser posesivo sin importar que aún no me pertenecen ni Rhigo ni Darrell.

Y sí, también se me puede considerar un pervertido de primera, pero eso no significa que soy un fácil, mis deseos no me nublan la mente.

Quiero tener sexo con él y Darrell, su mejor amigo. Pero no por eso me lanzaré como estúpido a sus pies. Me gusta más la idea de tenerlos a mis pies, bajo mi encanto y solo para mí.

Quiero que ambos me pertenezcan. No es un deseo drástico.

Aunque también esta el puto hecho de que no tengo idea de sus orientaciónes sexuales. Rhigo solo se folla a las animadoras, pero en una de las fiestas se escapó con un chico al segundo piso, y ya saben que cuando se sube a ese lugar solo es a follar. Por otro lado Darrell es más complicado, no lo he visto interactuar o coquetear con nadie, sin embargo, eso no me asegura que sea un santo.

-Así que eres de los que se atreven a decir todo lo que piensan sin tapujos ni límites. -Vuelco mi atención en Rhigo, quien me sonríe de costado, hay un brillo extraño en sus ojos, algo que no puedo definir.

-Lo soy, pero no te quedes con solo ese detalle de mi persona. -advierto regalándole una sonrisa maliciosa-. Sinceramente espero que seas alguien curioso, Rhigo McColl.

Abre la boca para decir algo, pero paso junto a él, evitando que diga algo más, es mejor no decirle nada más, aún no estoy seguro de nada respecto a su sexualidad, así que es mejor no tentar a que me de un puñetazo, por ahora me conformo con haber llamado su atención.

-Espera. -Él sin ejercer mucha fuerza me toma por el brazo, logrando que gire en su dirección-. Tengo una pregunta para ti.

-Más te vale que sea buena, porque me acabas de cortar una salida genial. -expongo, haciendo un pucherito.

Él se ríe y niega con la cabeza, cuando sus ojos se fijan en mis labios algo se remueve en mi interior, no se si son las jodidas mariposas o algún problema intestinal, pero se siente bastante bien.

-Yo diaria que más que buena, es un poco personal. -Elevo una ceja, él aclara su garganta y sin demora me deja sin aliento-. ¿Quieres follar conmigo?

Creo que se me paro el paquete... digo, el corazón.

Umbrablack

Adictos a tu locura. © ✔️#1 [Bilogía Amor De Tres.]. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora