Y si los poetas pueden tener mis ojos sobre sus líneas de amor y descontrol, ustedes pueden tenerme suspirando corazones por ser simplemente seres que amo sin medida.
Umbrablack.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Negar mis sentimientos está fuera de mis locuras-Umbra.
RHIGO.
La atención que le pongo a sus ojos marrones no pasa por alto para él, es bastante expresivo y por esa misma razón es que puedo estar seguro de que sus palabras son sinceras, algo que va a complicar mucho las cosas, no conozco demasiado de este chico, pero algo me dice que estoy frente a problema de emociones rebeldes.
Es un poco decepcionante, me atrae mucho, pero existe el hecho de que a mi no me interesan las relaciones serias, además mi corazón está con Darrell y cuando termine el instituto y me mude del infierno que es mi hogar pienso pedirle que sea mi novio, se que va a aceptar porque siente lo mismo que yo.
Hay algo super fuerte entre Darrell y yo, son sentimientos reales, y siento que aceptar lo que dice este chico sería como engañar a mi mejor amigo, a mi primer amor, y eso esta fuera de mis planes. Sin embargo, este chico tiene algo que me descontrola las hormonas más que cualquiera.
-Así que eres como todos al final. -digo con una sonrisa ladina al tiempo que lo alejo de mí, su expresión parece confusa-. Creyendo que con decir me gustas ya podrán obtener algo de mí, eso es patético.
-Uh, sí, es muy patético. -Que acepte mis palabras me hace elevar una ceja-. Aunque es más patético que creas que soy como la bola de idiotas que besa el piso que tu caminas. Sinceramente me gustas, pero observa cómo me importa menos que un puto grano de arena tu patético intento de hacerte el imbécil, porque estoy seguro de que sabes que no miento, Rhigo McColl.
Abro la boca para decir algo, mas de mis labios no sale nada, no tengo cómo rebatir sus palabras, y eso parece hacerlo sentir muy bien ya que una sonrisa victoriosa decora sus labios finos y expertos, porque he de admitir que él besa increíble.
Veo como relame sus labios y eso me tensa porque lo hace de una forma muy sensual, sus ojos parecen más oscuros de repente, quiero retroceder cuando da un paso en mi dirección, ahora estamos muy cerca.
-Mí vida, mis reglas. -pronuncia con detenimiento-. Siempre va a ser de ese modo, quiero que lo tengas muy en claro, también debería dejarle esto en claro a mí otro chico.
Arrugo mi entrecejo cuando esucho que dice eso último, por alguna razón no me gusta la idea de que este con alguien más.
-¿Otro chico? Vaya, que buena manera de dejar en claro que te gusto de verdad.
-Aww, creíste que tú eras el único. -Su tono burlon me hace sentir escalofríos-. Te conozco más de lo que crees, Rhigo, también tu mejor amigo tiene toda mi atención, Darrell y tú van a ser míos.
Sus orbes diabólicos me observan con ese brillo maligno que me parece interesante y al mismo tiempo pecaminoso.
-Eres codicioso, diablito. -pronuncio sin quitar mis ojos de los suyos.
-Solo me gusta obtener lo que deseo, y para tú suerte también me gusta tu mejor amigo, ese que tienes el placer de tener fuera y dentro de tu cama.
-¿Nos has estado acosando?-inquiero, sonriendo de costado.
Sus ojos brillan unos segundos y luego hace una expresión inocente y asiente.
Esto se pone más interesante a cada segundo. Debería de estar enloqueciendo, pero no, me llama la atención.
-Sin embargo, nunca me quedo demasiado tiempo observando sus deliciosos besos, ¿Quieres saber por qué?-inquiero, su tono me tiene embobado así que simplemente asiento, él sonríe de costado y se aproxima a mi rostro, conecta sus ojos con los míos y habla dejándome sin aliento-. Porque algún día estaré en una habitación, disfrutando de ambos, estaré encima de ti, sintiéndote rozarme y entrando en mí sin descanso y tú vas a escucharme gemir lleno de placer tu nombre y su nombre, Rhigo, desde que puse mis ojos en ustedes ese es un sueño que pretendo volver real.
No sé si debería tener miedo de su forma de expresarse, pero la realidad es que me enciende el tono deseoso y posesivo que me deja en claro que este chico no es ni remotamente como los demás.
-Nos vemos, McColl.
Solo me quedo mirando como se aleja de mí.
Qué chico.
***
Observo el pizarrón, hay muchos ejercicios matemáticos, pero no puedo dejar de pensar en Graham Stiller, un chico que casi siempre se está metiendo en líos, es bastante rebelde y eso fue lo primero que hizo que mis ojos se fijarán en él, y no, no fue en la cafetería cuando Darrell lo arrastró fuera, sino antes, cuando un grupo de chicos se metió con él en el patio trasero del instituto, creo que lo habían llevado a la fuerza a ese lugar, sin embargo, yo estaba pasando por ahí así que los seguí con intensión de detener la pelea, pero cuando me di cuenta él ya estaba dándoles una paliza sin templanza a esos tres, creo que tuvieron moretones por semanas, cortesía del castaño.
Sentí como si algo dentro de mi se removiera ante su forma de pelear, esa rebeldía y joder esa sonrisa cruel y burlona dibujada en su rostro tras haber golpeado y dejado tirado a esos tres en el patio trasero del instituto, me dejó paralizado. Él es brutal y rebelde, algo que no parece a simple vista, y cuando se enfada deja ver su verdadero ser y eso jodidamente me encanta.
Supongo que Darrell vio algo también en él, me pregunto qué.
Giro un poco mi rostro y me dedico a mirarlo un poco, esta muy concentrado en resolver los ejercicios en su carpeta, sonrío sin poder evitarlo, se ve tan bien cuando está centrado, en ocasiones llego a preguntarme como es que alguien puede ser tan perfecto. También me es inevitable no hacer comparaciónes entre él y Graham.
El castaño es rebelde y seductor, en ocasiones parece que juega con las emociones. Mientras que el pelinegro es serio y un poco frío, aunque es cálido conmigo y eso me hace sentir especial.
-¿Estás bien?-Parpadeo seguido ante la pregunta de mí mejor amigo, le sonrío y asiento-. Entonces presta atención, es tedioso tener que explicarte luego.
-No mientas, te encanta explicarme. -susurro acercándome a su oído-. Sobre todo cuando te follo sobre tu escritorio.
Los ojos de Darrell me fulminan, le dedico mi mejor sonrisa y le guiño un ojo, él niega evitando darme otra mirada se concentra en su tarea. Suspiro leve y me recuesto sobre el banco, pensando en qué rayos voy a hacer con Graham Stiller.
¿Debería caer ante él? O mejor dicho, ¿Deberíamos caer ante él?