Adictos a tu locura. © ✔️#1 [Bilogía Amor De Tres.]. +18

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Es apasionante saber que tu lugar seguro apenas ha abierto sus puertas-Umbra.

GRAHAM.

Esquivo un puñetazo y aprovecho que está en desequilibrio para mandarle un derechazo en las costillas, eso es suficiente para descontrolarlo, así que me muevo más rápido dándole golpes potentes que en pocos segundos lo envían al suelo por tercera vez. Él sabe que ya perdió, pero es terco y no desea rendirse, pero ahora ya no podrá levantarse sin ayuda.

-¡El ganador es G! -exclama Hedd llegando hasta mí y levantando mi brazo en señal de victoria-. Te pagaré en mi despacho, buena pelea, niño. -me susurra y luego se aleja para revisar al sujeto en el suelo.

Por mi parte recibo felicitaciones de algunas personas que no conozco de nada, pero que disfrutan de venir a este galpón para ver peleas callejeras. No me gustan estos lugares y mucho menos el ambiente, pero tengo que ganar dinero sea como sea. Y si tengo que romperle la cara o los huesos a los demás, lo haré. Paul necesita comprar sus medicinas y pagar su tratamiento, al menos hasta que pueda tener su cirugía.

-¿Estuve increíble, verdad? -pregunto cuando me acerco hacia donde ha estado sufriendo mientras me veía pelear.

-Yo no voy a morir por mi enfermedad, tú me vas a dar un maldito infarto, infeliz. -dice mirándome mal y logrando que me abrace a él y le besuquee la mejilla-. Déjame, en serio, Ham, te dije que esto no está bien, podrías lastimarte, Dios mío este gilipolla.

Elevo una ceja cuando habla en español. No me sorprende, después de todo su madre es española y desde niño les ha enseñado su idioma natal, a él y sus hermanos menores. Pero Paul sólo habla en español cuando realmente está cabreado. Así que hago una mueca y me alejo un poco para tomarlo por los hombros. Nuestros ojos, azul y marrones conectan en una mirada que espero compartir muchos años más.

-No te enojes, mejor amigo, no voy a lastimarme, sabes que muy pocas cosas me hacen daño, unos golpes no son nada. -Mis manos pasan de sus hombros a sus mejillas-. Te amo, Paul, y es por eso que hago esto, para poder darte dinero y para que jodidamente puedas seguir a mi lado y al de tu familia.

-También eres mi familia, Ham. -dice con una leve sonrisa-. Jamás lo olvides.

-Jamás dejes que lo olvidé. -pido con seriedad-. Tienes que estar a mi lado, recordándome que soy tu familia también, y para eso, debes estar bien, Paul.

-Okay.

***

Saco el dinero que necesito y el resto lo dejo en el sobre que con una sonrisa le entrego a mi mejor amigo, este lo toma y lo guarda en su mochila. Ahora mismo nos encontramos saliendo del galpón, por suerte papá me presto su auto, claro que él piensa que estoy haciendo grupo con algunos compañeros por los exámenes que se aproximan, amo a mi padre, pero en ocasiones es un tantito iluso. Lo contrario de mamá, ella ya me habría descubierto antes de que siquiera abriese mi boca, por suerte ella tuvo que ir a lo de su jefa para arreglar algunos asuntos con las máquinas de cocer.