–Paul... –Alex finalmente se acercó a su amigo.
–¿Qué? –preguntó él secamente.
–Quiero disculparme por despreciar tu ayuda. Entiendo por qué lo hacías, y que tal vez era lo mejor para mí, pero... No me gusta Emma.
–¿Y por qué me dijiste eso?
–Porque tú estabas tan insistente preguntándome quién me gustaba y... Supuse que así te ibas a relajar. Lo siento mucho. ¿Puedes perdonarme?
–Claro que te perdono, tonto. No vuelvas a mentirme.
Se juntaron en un torpe abrazo, que los hizo sentir bastante incómodos. No lo dejaron durar mucho tiempo. Entonces, Paul volvió a hablar, bajando el tono de voz y mirando alrededor nerviosamente:
–Te pido perdón por ser tan insistente, Alex, pero... Me parece que tendrías que encontrar una chica.
–¿Por qué?
–¡Shhh! ¿No lo notas? –señaló su pecho, después el de Alex– Esto, no está bien. No es normal. Te lo pido por favor, Alex, –ahora su voz se había vuelto casi un sollozo– Hazlo por mí.
Y se marchó de nuevo, dejando a Alex más solo y con más dudas que la vez anterior.
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Una familia feliz
General FictionNuestra familia es lo primero que nos acompaña cuando llegamos al mundo. Solemos tener con ellos vínculos llenos de respeto, admiración y amor, y esperamos que ellos también nos acompañen cuando nos vayamos. ¿Pero, qué pasa si las diferencias, las p...