X.

8.2K 773 92
                                    


Confesiones.

Se avecinaron los días lluviosos en los que (Nombre) aprovechaba su tiempo para leer, beber varias tazas de té y dormir todas las horas que perdía cuando estaba en la agencia. Cerró la historia de romance con la cual llevaba enganchada desde hace días y suspiró,  tan enamorada como la protagonista. En momentos de soledad le era inevitable pensar en su vida y en los cambios que suscitaban en ella; el amor crecía en su corazón hacia el pelirrojo, los sacrificios que Enji hizo para poder sentirse merecedor de todo lo que cosechaba, un cálido sentimiento en la frialdad de su pecho e inevitablemente se le ablandó el alma, porque con esfuerzo le demostraba día a día a sus hijos lo que hacía para ser un mejor padre, un mejor hombre... y una pareja que valiera el riesgo.

Para nadie era un secreto aquella relación, en esos instantes dio la vuelta entera a Japón y los medios de comunicación explotaron, algunos se regocijaban por la felicidad de los susodichos y otros simplemente se dedicaban a criticar sin piedad la tonta conducta del varón o pintaban a la muchacha como una rompehogares profesional. Sin saber que ya había una contienda declarada entre el padre y el hijo por una mujer tan especial, que les producía esa paz en las entrañas.

El agua caía derramada sobre su cabellera, la tintura de fantasía poco a poco abandonaba los mechones y supo que regresaría a su tonalidad azabache natural o tal vez algo más maduro, que le diera ese toque serio, porque su traje de heroína ya de por sí le daba esa vibra jovial. Ese ambiente de suma relajación le enviaba a hermosos recuerdos en su cabeza, cuando Todoroki había confesado abiertamente lo que sentía por ella y las palabras que sin tregua se tatuaron en su pecho.

Tú pensabas que eran almas gemelas y Enji también, aunque estuvieran a destiempo, quizás enredados, esa certeza cobraba mucha más fuerte cuando sujetaban sus manos, besándose los labios, mirándose a los ojos... Acariciándose los sueños y las promesas que se habían hecho.

—Ojalá pueda hacer justicia a las ilusiones que has creado en tu mente respecto a los dos —habló, perdido en tu belleza siendo bañada por luz de luna—. Quiero amarte sin lastimarte, porque todo lo que toco se destruye entre mis dedos.

La fémina delineó la mandíbula ajena, rodeando los labios, apreciando la obra de arte que estaba delante de ella y le observaba como si fuese lo más etéreo del mundo. Besó su mejilla, con el silencio pidiéndole que dijera la verdad.

—Aún hay secretos que no conoces de mí, inmensamente oscuros que te harían huir por lo inhumano de mis pecados desmedidos... a quienes herí y no me perdonaron aunque intenté miles de veces redimirme —la voz firme poco a poco se quebró, sus misteriosos iris cristalinos por el reflejo de las lágrimas—. Mi razón dice que no debería ser amado por las cargas que arrastro, pero lo anhelo, estoy tan cansado de esa amargura.

(Nombre) lo calló con sutileza, peinando los alborotados tirabuzones carmesí, descendiendo por el contorno de su rostro hasta las cinceladas clavículas. Endeavor no era capaz de visualizar lo frágil que lucía en esa intimidad, sus miedos a flor de piel, sacando a flote una parte de él que jamás había sido descubierta y ella como conquistadora la adoraba sin titubeos.

No importaba si era Perséfone y Enji su Hades, estaba dispuesta a bailar sobre ese infierno ardiendo donde la llevara.

—No tienes que cohibirte, ni dejarte dominar por el temor de lo desconocido —consoló la mujer, la sábana de seda escurriendo por su desnuda anatomía—. Yo te enseñaré a amar libremente, le quitaré las espinas a tu corazón, llenaré de cuidados las cicatrices que encuentre y nunca te soltaré, porque estoy enamorada de ti, Enji Todoroki.

Mi persona favorita tiene la cara bonita, de un ángel su sonrisa.

Solo recibiste una sonrisa genuina, perfecta, que guardaste en el cofre de tus tesoros y se abalanzó sobre tu figura para endulzarte con cariños lo que restaba de velada.

—Recuerda que yo también debo cuidarte, así que no te preocupes —casi susurró, generando que tu cuerpo vibrara y las mejillas se te sonrojaran—. Todo estará bien, porque estoy aquí.

Alguien se preguntó como es que Enji se confesó, así que aquí está la respuesta (?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alguien se preguntó como es que Enji se confesó, así que aquí está la respuesta (?

Mírame ↳ Enji Todoroki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora