Minho y Jisung estaban sentados en el sillón de la sala de estar del departamento del mayor. Ambos continuaban con su maratón de Bloodride, la serie que habían comenzado a ver juntos antes de que su relación de mejores amigos se desvirtuase notablemente. Sobre la mesa ratona frente a ellos habían varios paquetes de frituras a medio comer, y cada uno sostenía en sus manos una botella tamaño pinta de cerveza. Minho, también sostenía en su mano izquierda un cigarrillo a medio consumir, golpeándolo de vez en cuando contra el cenicero junto a él para quitarle las cenizas.
Jisung estaba concentrado en lo que pasaba en la pantalla del televisor, tapando parcialmente sus ojos cada vez que no quería ver una escena que consideraba escalofriante o que podría provocarle pesadillas en la noche. Los chicos con los que se acostaba no solían abrazarlo al dormir luego del sexo, por eso prefería no necesitar ningún tipo de consuelo durante la noche.
Repentinamente, notó como la serie frenaba y Minho volvía a colocar el control remoto de la televisión sobre la mesita, sin continuar con el capítulo que estaban viendo.
—¿Por qué la paraste? —preguntó Jisung dándole un trago a la casi vacía botella de cerveza.
—Me aburrí.
—Pero era un buen capítulo —murmuró el peliazul al notar como Minho comenzaba a acercarse a él.
—Yuna salió a cenar con sus amigas y no va a volver hasta tarde.
Jisung lo miró extrañado, cuestionándose mentalmente su estaba bien hacer eso. Era cierto que no le agradaba la novia de su mejor amigo, y que él de verdad quería estar con Minho, pero no creía que fuese justo hacerlo a espaldas de la muchacha que tantas cosas había hecho por el mayor.
—No está bien que hagamos esto, Min —el rubio estaba cada vez más cerca de Han, y ambos podían sentir la respiración del otro chocar contra sus labios.
—No puedo resistirme. Te miro y necesito besarte y tocarte. Quiero sentirte debajo de mí gimiendo tan alto que hasta los vecinos puedan escucharte, diciendo lo mucho que te gusta que te domine —Minho bajó su rostro hasta el cuello de Jisung y comenzó a dejar besos húmedos allí mientras que una de sus manos se colaba bajo de su remera amarilla y acariciaba su abdomen—. Sos hermoso, Jisung. Peligrosamente hermoso y cuando estoy con vos solo quiero hacer cosas malas. Quiero hacerte olvidar de todos los chicos que jodieron tu lindo culo —la mano que antes se encontraba sobre su pancita, se metió, ahora, dentro de los pantaloncitos grises y acariciaba descaradamente el miembro semi-erecto del peliazul—, y que sólo puedas pensar en lo bien que se siente tenerme dentro tuyo.
Jisung jadeó por lo bajo y Minho sonrió. El peliazul tomó entre sus manitos el rostro de Lee y busco sus labios desesperadamente. Se fundieron en un beso necesitado y hambriento, muy poco delicado. Jisung mordía el labio inferior de su mayor sin cuidado, intentando dejarle una bonita marca rojiza.
Minho tomó el cuerpo pequeño de Jisung por la cintura y lo sentó sobre su regazo. Las piernas de Jisung se acomodaron a ambos costados de Lee y sus miembros quedaron peligrosamente cerca.
La habitación se llenó del sonido que hacían sus bocas al chocar y separarse, junto con sus respiraciones un tanto agitadas.
Todo, era extremadamente excitante.
Minho agradecía que los pantaloncitos grises de Jisung fuesen tan ligeros, porque podía mover sus manos sobre la piel del menor sin problemas, clavar sus uñas en el trasero de Han cada vez que sentía como le moría el labio con rabia.
Jisung gimió cuando sintió las uñas clavarse con fuerza en su piel por quinta vez, sintiendo aquella zona sensible y lastimada. Minho sonrió con malicia y acostó el cuerpito sobre el sillón. Le quitó a Han la remera y se deleitó con la vista tan inocente que emanaba el menor. Sus mejillas rosadas, los labios entreabiertos y sus manitos sobre su cabeza.
Minho volvió a buscar la boca del peliazul, besándolo esta vez, con cariño y dulzura, sintiendo los deditos de Jisung enredarse en sus cabellos. Sus manos pasaban despacio por la cintura del chico debajo de él, por su abdomen y su pecho. Disfrutaba sentir las pequeñas sonrisas que adornaban los labios de Hannie en mitad del beso, y comos sus piernas se enredaban en su cadera.
Los labios de Minho bajaron desde la boca de Jisung hacia su mandíbula, dejando allí algunos besos suaves. Luego pasó a su blanquecino cuello, donde mordió, succionó y chupó, recreando las marcas que había hecho varias noches atrás. Leves suspiros abandonaban la boca de Jisung.
Minho siguió descendiendo por su cuello, y se frenó en su pecho. Mordió su piel y succionó sus botoncitos rosados sin descaro. Amaba oír los suspiros que su menor se negaba a soltar pero no lograba mantener dentro de él; amaba como sus manitos jalaban su cabello y como levantaba su pecho buscando el contacto con sus labios.
Sus besos bajaron hasta llegar al abdomen bajo de Jisung, sintiendo el pequeño cuerpo bajo el tensarse notablemente. Pasó la lengua por la piel sobre el elástico de los pantaloncitos y sonrió malicioso. Sus manos tomaron la prenda y la bajaron ligeramente hasta los muslos de Han. Dejó caricias y apretones suaves en la cara interna de las piernitas del menor, con sus ojos clavados en la erección bajo aquellos bóxers blancos.
Minho estaba decidido a complacer al menor, pero cuando levantó su rostro buscando los ojitos excitados de Jisung, cualquier plan que tenía desapareció. Los ojos de Han estaban fuertemente cerrados y diminutas lágrimas caían por sus mejillitas mientras una de sus manos refregaba su nariz. Minho se levantó inmediatamente y tomó el cuerpo del menor para dejarlo sobre sus piernas.
—Hey, Sungie. ¿Qué pasa? —el tono de voz preocupado de Minho era en verdad tierno, pensó Han— ¿Hice algo que te molestó? ¿Fui muy rápido? —Jisung negó moviendo su cabeza a ambos lados— ¿Entonces? ¿Por qué lloras?
Las manos de Minho acariciaban dulcemente la espalda desnuda de Jisung, transmitiéndole amor y confianza.
—Yo... No quiero que por hacer estas cosas conmigo pierdas todo lo que Yuna puede darte.
Minho atrajo la cabecita del peliazul a su pecho y la apoyó allí, meciéndose lentamente para calmar a Jisung.
—No llores, bonito. No llores. Está todo bien, ¿si?
—¡No! Nada de esto está bien —sus manitos se cerraron en un pequeño puño sobre los hombros de Minho—. No está bien que quedes en la ruina por mí.
—Estoy seguro de no tener problema de estar en la peor situación del mundo si te tengo conmigo, Jisung.
—¿Y tu hermano? —preguntó Han, queriendo creer lo que decía.
—Él lo entendería. De todas formas, si Yuna no se entera no pasa nada.
—No quiero arruinar nada.
—No arruinas nada, precioso. Al contrario, lo mejoras.
El labio inferior de Jisung tembló, anunciando que volvería a llorar. Minho lo abrazó y dejó que se descargase contra su cuerpo. Él lo conocía, sabía que bajo esa faceta de chico malo y desinteresado había alguien completamente perjudicado por los abusos que sufrió durante su adolescencia. Jisung era un pequeño bebé actuando como si fuese el amo del mundo.
Minho lo acariciaba despacio mientras miraba como sus manos se movían sobre su piel. Sin notarlo, comenzó a cantar On Melancholy Hill en un tono de voz bajito, para que solo Jisung lo oyese.
'Cause you're my medicine
when you are close to meSintió el cuerpo de Jisung relajarse sobre el suyo, dejar de llorar y respirar tranquilamente. Pero la canción nunca se detuvo. La voz dulce de Minho pintó ese lienzo gris en el que se había transformado su relación de algunos colores apenas visibles. Todavía tenían cosas a las que enfrentarse, y que arreglar. Pero en ese momento, abrazados y cuidándose, ambos se sintieron bien; se sintieron finalmente felices.
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BABY DON'T LIKE IT ━ MINSUNG
Fanfiction♡.'- ❝A Jisung le gustaba Minho, pero él tenía novia❞ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤlee minho & han jisungㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ♡; angst, fluff, drama, +16 ♡; inicio- marzo 16, 2020 ♡; fin- junio 22, 2020