¡ dieciseis !

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Jisung se despertó sintiendo el cuerpo de Minho junto al suyo. Sonrió y notó que aún no había amanecido. Se preguntó que hacía despierto en ese momento, si probablemente no había dormida más de dos o tres horas. Se removió en la pequeña —para dos personas, lo era— cama, incapaz de sentirse completamente cómodo como para volver a dormir. Dio vueltas, se soltó del agarre de Minho, y luego volvió a aferrarse a él, pero siempre había una parte de él que se sentía  adormecida por la falta de oxigenación. 

En eso, escuchó un quejido a su lado.

—¿Jisung? —la voz de Minho sonaba ronca y las palabras eran arrastradas— ¿Pasa algo?

—No, no. Sólo me desperté y ahora no puedo volver a dormir.

—Ah —murmuró Minho y con un brazo, rodeó la cintura de Jisung y lo atrajo contra sí.

Jisung se hubiese resignado a intentar dormir, de no ser por el leve bulto que sintió golpear con su espalda baja. Giró levemente el rostro para verificar que Minho volvía a dormir plácidamente y sonrió.

Si él no podía dormir, entonces Minho tampoco. 

Se acomodó contra el rubio de forma tal que su trasero quedase contra el bulto del mayor, y sonriendo con malicia, comenzó a moverse. En círculos, de arriba hacia abajo, pequeñas y suaves envestidas. 

¿Cómo se sentiría tener sexo con su mejor amigo?

Un suspiró abandonó los labios de Minho y Jisung dio por terminado ese trabajo. Con cuidado, se soltó del agarre de Minho y se sentó en el colchón, acomodando al mayor boca arriba. Una vez lo logró, se sentó sobre su regazo. Entrelazó sus deditos con los de Minho y los colocó sobre la cabeza del mayor; y luego de dejar un corto piquito en los labios abultados del mayor, comenzó a moverse desacaradamente. 

Sentía su bulto friccionarse sobre la ropa interior contra el de Minho. Notó como Minho comenzaba a respirar de forma más pesada y leves suspiros salían de su boca. 

—Hannie, bebé —susurró, apretando un poco el agarre con las manitos de Jisung—. ¿Qué haces?

—Estaba aburrido... Y como no podía volver a dormirme, pensé que despertarte sería más divertido —acercó su rostro al de Minho, y luego de dejar un corto beso en la punta de su nariz, bajó hacia su cuello—. Podemos hacer algo juntos...

La lengua del peliazul pasó por la piel del cuello de Lee, despacio, disfrutando cada centímetro de ella. 

Minho rió, y tomó con fuerza la cintura de Jisung, volteándolos y quedando sobre su pequeño cuerpo. 

—No te haces una idea de cuanto esperé por esto, Jisung.

—¿De verdad? —susurró Han, sintiendo como la piel de su pecho era mordida y succionada— De todas formas, te aseguro, que yo esperé mucho más que vos. Me gustas desde que... ¡Ah! —un suave gemido salió de los labios de Jisung cuando sintió la boca del mayor pasar por encima de su ropa interior— Me gustas desde que eramos amigos en la secundaria, Minnie... —una manito de Jisung se aferró a los cabellos rubios del contrario y lo empujó contra su cuerpo— Me gustabas mucho.

Dejó de hablar cuando Minho comenzó a tomarlo, a besarlo, chuparlo, succionarlo. Cuando sentía que en su cabeza no había más que una nebulosa de sensaciones tan placenteras como peligrosas.

Minho lo despojó de su única prenda al instante, e hizo lo mismo consigo mismo. Sus ojitos chocolate buscaron los de Hannie, el bonito, pequeño, dulce y provocador Hannie; su mejor amigo, su amante.

—¿Tengo que prepararte mucho, bebé?

Jisung negó.

—Que pregunta estúpida, Minho —el nombrado levantó una ceja—; estoy listo desde que los mejores de la universidad empezaron a hacer fila para probar mi culo.

Minho no quería oír eso, cómo otros chicos lo habían tocado antes. ¿Y si alguno de ellos era mejor que él? El rubio metió dos dedos dentro del menor de una sola estocada, sonriéndo al ver una mueca de dolor y placer instalarse en el rostro del peliazul.

—¿Decías algo, Sungie? —preguntó, moviendo sus dedos dentro del menor con la intención de encontrar su próstata. 

Han negó nervioso, inquietado por la situación. Minho se concentró en lo que hacía, sin mover ni una vez sus ojos de los de Jisung. Ese contacto, aún más íntimo que cualquier acto sexual, estaba volviéndolo loco.

Se inclinó levemente buscando los labios del menor, recibiendo una fuerte mordida y un grito agudo cuando sus dedos chocaron contra el pequeño punto de Han.






🍒






Jisung cayó junto al cuerpo de Minho, notando como ambos pechos subían y bajaban rápidamente.

El cuello del menor estaba decorado con muchas marcas violáceas y rojas, mientras que habían los mismos dibujitos en el pecho de Minho. 

Minho miraba a Jisung con una sonrisa embobada, pensando el el maravilloso y mágico ser que era Han, mientras que las mejillas del peliazul estaban ligeramente rojizas, quizás por el calor del momento, la intensa actividad física que habían realizado, o porque Minho lo había tratado como un precioso príncipe al momento de unirse. Lo había tratado con suavidad, como si él valiera algo, y le gustó sentirse importante por unos momentos. 

—Sos insaciable —comentó Minho entre suspiros.

—Sólo disfruto de la buena vida, Min. 

—No voy a poder venirme en dos semanas —se quejó Minho, buscando con su mano la de Jisung, y entrelazando sus dedos cuando la encontró—. No puedo creer que lo hayamos hecho tantas veces, bebé.

Jisung rió y se sentó sobre el colchón, acariciando los nudillos de Minho.

—No me digas bebé —pidió, cambiando su anterior semblante juguetón y divertido a uno serio, un tanto triste y apagado.

—¿No te gusta?

—Me gusta demasiado —sus ojitos se apagaron repentinamente, ese brillo que había en ellos ya no estaba; Minho se preocupó—. Y vos tenés novia. 

—Ya te dije que la voy a dejar si eso es lo que querés, pero hace una semana te negabas a que lo haga.

—¡No quiero que la dejes! —exclamó, elevando bastante la voz. Minho se sentó frente a Jisung, mirándolo fijamente— No quiero que la dejes por mí —bajó la voz, casi hablando en un susurro—. No valgo la pena, Minho. No puedo darte nada de lo que ella sí. ¿Qué diría tu hermano? ¿Cómo lo cuidarías si ella no está con vos? —sus palabras eran bastante duras, no notó cuando el mentón del mayor tembló y como salía de su cama, tomando la ropa que había en el piso y poniéndosela.

—Entiendo. Ahora veo por qué nadie dura más que una noche con vos —dijo enojado, clavando sus ojos oscuros en los de Jisung—. Porque tenés miedo, y no sabés apreciar lo que los demás hacen por vos. 

Jisung lloraba frente a los ojos acusatorios de Lee; esa era la primera vez que alguien le escupía en la cara la realidad. Y Han no se sentía listo para escucharla, no quería hacerlo; no cuando su cabecita se lo recordaba todas las noches antes de dormir.

—¡Te odio! —le gritó a Minho mientras lo veía abrir la puerta de la habitación— Pensé que eras mi mejor amigo, Minho. 

—Dejamos de ser mejores amigos cuando me besaste en ese bar. Te amo demasiado, Jisung. Espero que puedas verlo antes de que decida tirar todo por la borda de una vez por todas. 

Salió del departamento con esa actitud altiva y superada. Pero cuando la puerta se cerró detrás de él, recargó su cuerpo contra la pared más cercana y lloró. Lloró hasta sentir que ya no tenía más lágrimas y su pecho dolía un poquito menos; sin embargo, nunca dejaría de dolerle por completo si no eran las manitos de Jisung las que lo cuidaban.











uia que intenso

BABY DON'T LIKE IT  ━ MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora