¡ ocho !

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Después de unas arduas horas de trabajo, Minho creyó que visitar a su mejor amigo sería una buena opción de distraerse. Tenía muchos pensamientos que no lo dejaban tranquilo y quería alejarse de ellos, aunque sea un rato. 

Tocó el timbre descuidadamente y sonrió tímidamente cuando el rostro de Hyunjin apareció detrás de la puerta.

—Al parecer las cosas entre Jisung y vos fueron bastante bien.

—Sí, creo que si —respondió el rubio riendo, pasando al pequeño espacio en el que vivía Han.

—Está en su habitación, parecía bastante malhumorado —advirtió Hyunjin para luego dejar solo a Minho en la sala de estar.

Minho dejó su mochila junto al sillón y se dirigió al cuarto del menor, intentando adivinar por qué estaría de mal humor si se suponía que la noche que habían pasado fue fantástica; o al menos eso Minho creía. 

Entró sin golpear, sintiéndose con la amistad necesaria para invadir la privacidad del otro sin problemas. Sin embargo, Minho sintió que su alma abandonaba su cuerpo cuando vio a Jisung. El peliazul estaba arrodillado sobre la cama con el torso desnudo, vistiendo únicamente unos bóxer negros. Su mano derecha sostenía el celular frente a él, obviamente tomándose una foto, y la contraria agarraba de forma desinhibida su marcado bulto. Su figura pequeña y frágil quedaba en evidencia, junto con su estrecha cintura y levemente trabajadas piernas. Su cuello y clavículas estaban decorados con marcas rojizas y violáceas hechas por Minho la noche anterior. Los músculos de sus brazos estaban apenas contorneados, Jisung aún era chiquito frente a los ojos de Lee.

—Oh, bueno. Creo que no estás de mal humor —dijo Minho rápido y salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él.

Le llevó unos largos minutos recuperar el aire totalmente. Apoyó su cuerpo contra la pared, notando el contraste de temperaturas entre su torso y el concreto. La puerta se abrió junto a él, y la carita sonrojada de Jisung apareció al instante.

—Pasá —pidió, y una vez el rubio hizo lo que le indicó, cerró con llave—. Minho, te pasaste de idiota. No podés entrar a la habitación de alguien sin golpear. 

—Creí que había confianza para hacer eso.

Jisung lo meditó un momento antes de responder. Cualquier cosa que dijese iba a ser un tanto mala e hiriente para el mayor.

—La hay, pero, no creo que estemos en condiciones de ver cuando el otro le va a mandar nudes a alguien.

—¿Ibas a mandarle esa foto a alguien? —Minho elevó una ceja— ¿Mostrando las marcas que te hice ayer? 

—Sí, ¿por qué no? —Jisung transformó su rostro en una mueca incrédula.

—Jisung, la mayoría de las parejas usan los chupones para marcar territorio.

—Primero —dijo Han, levantando su dedo índice—, no soy un perro. Segundo, no creo que seamos una pareja, así que esa lógica no aplica en nosotros.

—¿Y qué significan entonces? —Minho se acercó a Jisung, tomándolo bruscamente por la cintura, sus ojos penetraban peligrosamente los del menor.

—¿Qué tenés un fetiche extraño que involucra morderme las clavículas y succionar la piel de mi cuello?

—Quizás —admitió el rubio, llevando una de sus manos hacia la cabecita azulada de Jisung y tomando brutamente sus cabellos. Tiró levemente hasta que sus narices quedaron a la misma altura, el cuello de Jisung, su curiosa nuez de Adán y las marcas quedaron expuestas aún más—. Perdón si voy muy rápido, es que lo que sentí ayer... Ahora entiendo por qué todos quieren acostarse con el famoso Han Jisung.

Los labios de Han se curvaron en una sonrisa satisfecha.

—Todos vuelven así, pero ninguno consigue lo que quiere.

—¿Y yo? ¿Voy a poder acostarme con vos, Jisung? —Minho tironeó suavemente los cabellos de Han hasta rozar sus bocas, dejándole el camino listo al peliazul para iniciar el beso.

—No sé, no creo. Tenés novia, Minho. Y los dos sabemos todo lo que está en juego, no podés arriesgarte a perderla. 

BABY DON'T LIKE IT  ━ MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora