04; Comiendo helados

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“Necesario”

Realmente quería esperar a que él le dijera la verdad, pero comenzaba a desesperarse.

Desde que Luzu llegó a casa se veía raro. Hablaba por lo bajo y evitaba ver a Auron a los ojos. El menor sabía que la campaña provocaba que por lo regular su novio regresará estresado, pero no evasivo.

Al ser ya ambos adultos y no jóvenes tímidos por su primera relación, no dudo en preguntarle directamente que le ocurría y si el mismo tuvo algo que ver con la actitud que estaba tomando. Borja negó todo con una sonrisa y anunció que iría a preparar la cena.

Llevaba 20 minutos chocando con los muebles de la cocina y era la tercera vez que tiraba por accidente un sartén.

Cuarta. Basta, era suficiente.

—¡Auronsito! Ya te dije que no tienes que entrar cada que se me cae algo. El día de hoy amanecí con manos de mantequilla, jaja.

Ignoro sus palabras y lo tomo de las muñecas, dejando primero el utensilio en la barra.

—¿Auron?

—Luzu, dime que te pasa honestamente. No me mientas, no quiero cabrearme contigo.

Sus palabras salieron más severas de lo que planeó, pero sirvieron para que el mayor lo mirara a los ojos. El castaño era malo mintiendo.

—Yo...hoy comencé a pensar en las primeras elecciones —agacho su cabeza y comenzó a temblar levemente, no quería llorar—. Creo que mis compañeros y el pueblo no voto por mi porque realmente no tenía nada que aportar. Era y sigo siendo un estúpido soñador... —seguía siendo un niño que no podía aceptar perder—. Tengo miedo de no ser electo otra vez porque no sé si podría vivir con ese fracaso.

Auron lo soltó para poder limpiar algunas lágrimas traviesas que ya salían de sus ojos. Acuno su rostro y le propino un beso un poco brusco, pero con infinito cariño.

—Esta vez las elecciones son por partido, no por alcalde. Estamos juntos en esto, y si sale mal, juntos nos vamos a hundir.

No le dio tiempo al mayor de reaccionar, lo cargo cual saco de papas y lo deposito en el sillón de la sala.

Sin decir nada volvió a la cocina para sacar dos botes de helado de la nevera que de por si tenía planeado comer esa noche con su pareja.

Al regresar le entrego uno de ellos a Luzu y el se tumbo a su lado.

—Helado de yoghurt con frambuesas, ¿tienes una reserva secreta de mi helado favorito o lo compraste hoy por algo en específico? ¿Qué planeabas?

—Menos preguntas y más acción.

Encendió la televisión simplemente como sonido de fondo. Hoy sería una noche de lloriqueos y quejas de su novio, pero no le molestaba.

El mayor entendió enseguida sus planes y no pudo evitar sonreír antes de comenzar a llorar nuevamente. Amaba a su pareja. Le dio un beso en la mejilla antes de hacerse espacio entre sus brazos.

El tiempo se paso entre llantos, caricias y consuelos.

Aveces es necesario una noche de helados.

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500 palabras

Luzuplay MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora