12; Haciendo las pases

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“Dudas”

No supo cuando sucedió, pero en algún momento, volvieron a ser los mismos.

A pesar del dolor y tristeza que trajeron consigo las elecciones, Luzu no podía evitar extrañar a Auron, y Auron no podía evitar buscar a Luzu.

No paso mucho tiempo para que el límite de ambos llegará a su fin.

Borja seguía siendo más tímido, más cauteloso. Lo máximo que logró fue sostener la mirada del moreno una vez en la plaza, intentando a través de ella expresar algo. No sabía si era perdón o amor.

Pero Raúl no era tan paciente. A la primera oportunidad que se le presento, citó al mayor a hablar. Aunque su valentía fue digna de reconocimiento, cuando el dichoso día llegó, no logro profundizar el tema de la disculpa y la reconciliación. Fue una vil presa del pánico.

A pesar de eso, su esfuerzo sirvió de algo. A partir de ese día, sin necesidad de palabras, ambos volvieron a reunirse varias veces. Al encontrarse explorando, de compras, pescando, literalmente en cualquier situación, alguno de los dos daba el primer paso para acercarse al contrario.

Las primeras veces sólo charlaban, pero con el tiempo volvieron a reír. De silencios incómodos a miradas traviesas. De susurros melancólicos a gritos de euforia. Poco a poco su relación volvía a ser la misma.

No, de hecho era distinta. Ahora compartían heridas, errores y lágrimas. Esta vez eran más humanos, más sinceros. Su relación no era la misma, era mejor.

Por eso Luzu no puede definir cuando hicieron las pases como tal. Porque todo paso de una forma tan mágica y hermosa que no puede catalogar un único gran día de la reconciliación.

En estos momentos se encontraba esperando al moreno que, como aquella primera vez que se dieron la oportunidad de hablar, lo citó frente al pueblo, en el campo.

Cuando por fin llego el susodicho, de inmediato se pusieron a charlar. El castaño no sabía si su plática tenia un propósito, pero honestamente no le importaba, disfrutaba pasar tiempo con el menor.

—Luzu, la verdad es que...quería preguntarte algo —por fin salía la razón.

—Dime.

—...¿quieres ser mi amigo?

El mayor, sin poder evitarlo, soltó una carcajada que no le simpatizo mucho al contrario. ¿Qué demonios le estaba preguntando? No lo admitiría en voz alta, pero el mismo ya estaba pensando incluso en dar el siguiente paso.

—No se a que le ves la gracia.

Dejo de reír para poder mirar al menor. Estaba llorando.

Desde el día que no pudo conciliarse formalmente con el castaño, Auron no paraba de dudar sobre su amistad. El era alguien que necesitaba reafirmar sus relaciones, de otra manera, se sentía inseguro, culpable.

El mayor, a pesar de no entender la situación, lo tomo en un fuerte abrazo y respondió.

—Claro que quiero ser tu amigo Auronsito. 

Gimoteo entre sus brazos y agradeció mil veces en voz baja, mientras que Luzu palmeaba su espalda en un intento de consolarlo.

Sin saberlo, sus propias dudas también quedaron despejadas.

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500 palabras

Luzuplay MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora