Luzuplay Month

27; Hijos

Los nombres originales de las
gemelas fueron modificados
ya que en la vida real no
podrían llamarse igual(?).

"Guerra"

Cuando termino de ordenar sus cofres, de inmediato partió a casa de Auron. El menor le llamo horas antes para pedirle de favor que cuidara a sus hijas aquella tarde, pues al parecer le surgió un imprevisto en el trabajo. Obviamente, accedió encantado.

Ya habían pasado poco más de 8 años desde la muerte de Mónica. La pobre chica no logro sobrevivir al duro parto de las gemelas y, si bien Auron nunca tuvo la mejor relación con su pareja, le tenía un gran aprecio. Los primeros años fueron muy, muy duros. El moreno no sólo tuvo que soportar la tristeza que la perdida de la joven le trajo, sino que a su vez debía hacerse cargo de sus hijas.

Siendo un padre primerizo y recién viudo, agradeció infinidad de veces la ayuda que el castaño le brindo. Luzu si bien al principio lo hizo por su eterno amor al contrario, no tardo en hacerlo por el inmenso cariño que adquirió por las pequeñas. Sabía que no eran sus hijas, pero una parte de el lo sentía así.

Al llegar, una sonriente y apresurada cara lo saludo. El menor recitó las instrucciones de siempre y le dio las gracias una vez más. Todo sucedía como de costumbre hasta que sintió un beso en su mejilla izquierda. Apenas reaccionó para alcanzar a ver una silueta que se alejaba a la distancia.

Confundido, decidió entrar a la casa antes de comenzar a teorizar sobre lo que había pasado.

Dos pequeñas melenas castañas se asomaron desde la sala y lo recibieron con una brillante sonrisa.

—¡Luzu!

Gritaron al unísono, bueno, solamente Carol, la mayor de las dos por minutos y la más expresiva. Coral se limitó a extender su tímida sonrisa.

—¿Puedo unirme?

Dijo el mayor señalando lo que parecía ser una fiesta de té entre almohadas y peluches. Al obtener la aprobación de las dos, tomo asiento entre un oso de felpa y una inquietante cebra.

La tarde transcurrió entre anécdotas escolares y bocadillos imaginarios, nada fuera de lo normal, hasta que las gemelas decidieron asaltarlo con una rara propuesta. Todos en aquella sala debían confesar quien les gustaba.

Después de asignar el orden con ayuda de unos dados, Carol siendo la primera anuncio con orgullo que le gustaba Brayan, el cani del salón. Un notable descenso de animo se sintió cuando una apenada Coral susurro el nombre de "Paradise".

El castaño supo que era su turno. Le encantaría decir la verdad pero no podía simplemente soltar que estaba enamorado del moreno, así que opto por decir que no le gustaba nadie.

Se sorprendió al obtener una mirada incrédula por parte de las niñas.

Sí, eran muy pequeñas pero no eran tontas. Sentían esa vibra rara y cálida que desprendían los enamorados cada que los mayores se juntaban.

Desde que se percataron de esto, ambas decidieron llevar a cabo un elaborado plan para unirlos.

Puede que hoy perdieran una batalla, mas no la guerra. Luzu sería su padre cueste lo que cueste.

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