25; Fetiches

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“Satisfecho”

La maldita tela no le cubría casi nada, ¿en qué demonios estaba pensando al aceptar?

Hace un par de días, su novio se entero que había estado usando una falda en presencia de Lolito y Fargan. Su reacción inicial no fue la mejor, aunque intento controlarse, pero cuando el estúpido híbrido comento que no era la primera vez que lo veían así, una avalancha de celos cayó sobre su persona.

Luzu no paraba de cuestionarle el porqué usaba esa prenda y, peor aun, porqué nunca lo había visto con ella. El dio una explicación muy simple pero que al parecer no dejo tan satisfecho al mayor. En esta época del año hace mucho calor, la falda es mil veces más cómoda que los pantalones, pero sobretodo, porque le sale de los cojones.

Desde ese día el castaño no dejo de insistir que quería verlo con la dichosa ropa aunque sea una vez. Al final acepto, pero con dos condiciones: observaría a un metro de distancia y nada de toques.

Llego la fatídica hora de despedirse de su dignidad. Tomo aire y se aferro un poco más a la manija de la puerta.

El problema no era que la prenda fuese de "mujer", eso daba completamente igual, sino que estaría exponiendo más piel de la que esta acostumbrado con su pareja. Por lo menos cuando no estaban en modo sexo.

Hasta ese punto ni siquiera se había atrevido a usar shorts en su presencia, pero bueno, era hora de terminar con esto.

Abrió la puerta y observo con detenimiento la reacción del mayor.

—¿Y-ya estás satisfecho?

La intensa mirada del castaño sobre sus piernas lo estaba volviendo loco.

—Auronsito...

No pudo más, giro dispuesto a huir como un cobarde. No lo admitiría nunca, pero el hecho de que su pareja lo viera usando falda lo estaba excitando de una manera que no es normal.

A nada de abrir la puerta sintió unos fuertes brazos tomarlo por la cintura y jalarlo hacia atrás.

—¿A dónde crees que vas darling?

Su cara afirmo físicamente la vergüenza que sentía. Lucho un poco antes de empezar a gritar.

—¡Luzu, puerco, sueltame! Dijimos que nada de toques, ¡no seas cerdo!

—Oh honey, ¿cómo quieres que me resista a esto?

La mano del mayor acaricio suavemente un muslo, sacándole un ligero jadeo.

—N-no...

—¿Seguro?

Las malditas manos de su pareja se movían jodidamente bien y por desgracia conocían de memoria sus zonas más sensibles. Una de ellas empezó a acariciar por encima de la tela su pezón derecho, mientras que la otra tocaba tentativamente su trasero.

—¡Ahh, Luzu!

El nombrado no contesto a su llamado, simplemente siguió con sus rítmicas caricias. La respuesta le fue obvia al notar el bulto que crecía en la entrepierna del menor, pero prefería escucharla de su propia voz.

—¿Auron...?

—¡Joder, Luzu! ¡Follame ya, coño!

No necesito más palabras, empujo al moreno contra el mueble más cercano.

Esa tarde ambos terminaron satisfechos y con un nuevo gusto por las faldas.

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500 palabras

Luzuplay MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora