14; Celos

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"Dos veces"

Dentro de su relación, sin duda alguna, el más celoso de los dos era Luzu. Su pareja ha llegado a herir a varios pueblerinos e incluso compañeros suyos a causa de este sentimiento.

Aunque él admitió esta cuestión, se justificó más de una vez con que lo máximo que hacía era un poco de manipulación mental, pero Auron no era tan tonto, sabía que algunos cuantos habitantes tenían cicatrices debido a la posesividad de su novio.

Bueno, eso fue en su peor época, cuando todavía había algo de evil en el. Actualmente, la mayor atrocidad que Luzu podía cometer por celos, es ponerse a patalear y lloriquear por su atención, hasta que fuera a darle mimos.

Pero ahora, justo en estos momentos, el que estaba celoso era el. Últimamente su novio salía mucho con el comisario del pueblo, Alexby.

No dudaba ni un poco de su pareja, pero conocía al policía. Aveces era demasiado confiadito y ni se diga exhibicionista. ¿Cuántas horas de cárcel tendría que pasar por matar al comisario del pueblo?

El día de hoy su novio tenía un terrible retraso de 15 minutos en llegar a casa. Y contando, pues todavía no había rastro de él ahí.

Espero y espero hasta que vio al castaño adentrarse por la puerta principal. 23 minutos, con 42 segundos. Fue suficiente.

—¡Auronsito! Perdón por llegar tarde, Alex no paraba de hablar y no me di cuenta de la hora.

—Luzu...¿con qué se supone que has estado ayudando a Alex durante estas dos semanas?

—¿No te he contado? Pues verás, nuestro pequeño compañero esta enamorado de la rata de Fargan. Al principio intenté convencerlo de que probablemente sólo estaba cegado por la necesidad de tener pareja, porque vamos, ¿quién quisiera a Fargan en su sano juicio? Pues al final resulto que él, y ahora estoy haciendo de cupido. ¡De hecho! Necesito tu ayuda para...

Siendo honestos, no escucho nada de lo que dijo. Detuvo a su parlanchín novio con un beso y lo empujo no tan delicadamente hacia el sillón.

Apenas corto el contacto de labios, descendió rápidamente a su cuello. Le daría una sutil advertencia a ese policía por medio de la piel del mayor.

—¡Auron! ¿Qué demonios haces? ¡Oye! ¡Ah!

Después de unos minutos de arduo trabajo, soltó a Borja depositándolo en el sillón. Sólo hasta ese momento decidió observar el rostro de su novio por primera vez desde que llegó a casa.

Estaba totalmente rojo hasta las orejas y con los ojos vidriosos por el dolor que las mordidas en su cuello provocaron. Y lo más importante, estaba excitado. Todo el tiempo se la paso gimiendo y jadeando en el tono más bajo que pudo, pero como Auron estaba hecho una bestia hace tan sólo segundos, no se dio cuenta.

—¡Eres idiota!

Después de recibir unos cuantos golpes en el pecho ridículamente débiles, el moreno procedió a resolver el pequeño gran problema que el había causado en su pareja.

Esa noche dejo en claro su relación dos veces.

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500 palabras

Luzuplay MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora