24; Boda

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“Disculpas”

Era un completo imbécil. Por más que corriera con todas sus fuerzas no llegaría a la cita, principalmente porque de esta ya habían pasado tres horas.

Ingreso a su hogar jadeando. Era muy tarde joder.

—¡Luzu, mi niño, ya llegué!

Al no recibir respuesta por parte del castaño, comenzó a inspeccionar la casa empezando por la cocina. Giro hacia el comedor y lo que vio lo hizo sentir la peor escoria del mundo.

La mirada quebrada del mayor llena de lágrimas, afirmaba su dolor sin necesidad de palabras. Unos segundos bastaron para que Luzu decidiera levantarse y enfrentar al contrario.

—¿Qué fue esta vez? ¿El tráfico? ¿Un paciente? ¡Jódete tú y tus putas excusas! ¡Estoy harto!

Con cierta violencia lo empujo de la entrada para hacerse camino. Auron quedo perplejo, desde que se casaron hace ya tres años nunca lo había visto tan molesto.

No lo siguió, en su lugar tomo asiento para contemplar la maravilla que había preparado su pareja probablemente con muchísimo amor e ilusión.

Al salir de su shock, se hizo añicos. Lloró porque se sentía estúpido e impotente. Si fuera una pelea cualquiera, lo arreglarían como siempre, discutiendo o en la cama. O discutiendo en la cama. Pero esta vez era diferente.

Hace semanas que no dedicaba ni una hora a Luzu y todo por ser tan desorganizado.

Ser psicólogo es una profesión difícil, y más sin un asistente. Pues ese era su caso desde hace aproximadamente dos meses. Tuvo problemas con su última secretaria y no ha vuelto a contratar a nadie más desde aquel entonces.

Claro que se negó infinidad de veces a las proposiciones de Borja, que iban desde salir a algún lado o ya de mínimo tener sexo. Pero cuando empezó a sentir que su relación estaba pendiendo de un hilo, acepto tener una cita casual en su propio hogar.

Al final se quedo dormido en la oficina por exceso de cansancio.

Sacó su celular con el propósito de escuchar música que lo sacara momentáneamente de su miseria, pero la maldita reproducción aleatoria tuvo que colocar esa canción. La melodía que acompaño el baile principal en su boda.

Lo golpearon recuerdos vagos de toda su historia juntos. Tenía que hacer algo ahora o sería el fin de su matrimonio. Bueno, tal vez estaba exagerando, pero sus pies se movieron antes que su razonamiento.

Encontró a su esposo en la sala, mirando a la nada. Desconectó los audífonos del aparato y subió el volumen al máximo, llamando su atención al instante. Botó el celular a ningún punto en específico y, sin pedir permiso, tomo al mayor entre sus brazos, forzándolo a levantarse y comenzar una torpe danza.

El al principio sorprendido Borja, termino por sonreír y soltar pequeñas lágrimas de alegría, siguiendo el ritmo.

—Perdón Auronsito, es sólo que...

Shhh, calla amor. No es momento de pedir disculpas.

Ambos con traje, sonriendo como idiotas, dejándose llevar por la música. Sin importar lo que otros podrían pensar, esa noche estaban en su maldita boda.

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500 palabras

Luzuplay MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora