20; Cumpleaños

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“Mejor”

Faltaba poco menos de una semana para el cumpleaños de Raúl y aun no tenía nada preparado.

No es que tuviera la obligación de regalarle algo realmente, pues sólo eran compañeros de clase, ni siquiera eran amigos. Pero ese era el problema, Luzu quería ser más.

Llevaba enamorado del menor, aproximadamente desde los primeros meses de su educación secundaria, y ya estaban en tercer grado.

Seguía sin entender del todo que demonios le atrajo de Álvarez. Un día estaba tomando notas en Historia y al siguiente no podía despegar su vista del moreno.

Lo que menos le impacto de su primer amor es que fuera un hombre, sino que clase de hombre. Ya llevaba un tiempo teorizando acerca de su propia orientación sexual, aunque siempre que imaginaba a su chico ideal caía en marcados músculos, sonrisa galante, mirada comprensiva, etc. Pero el dueño de sus pensamientos termino siendo todo lo contrario. Alguien que se paseaba por la vida importándole poco la de los demás, siempre metido en peleas, con materias adeudadas y para agregarle más contrariedad a su prospecto inicial, era un poco regordete.

Y a pesar de todo eso, ahí estaba el, babeando por lo que se podría considerar un delincuente juvenil.

Bueno, lo que pasa es que Borja veía en Raúl lo que nadie más se dignaba a ver. Notaba su esfuerzo en sacar buenas calificaciones, pero le faltaba apoyo. No es que no le importasen los demás, es que no sabía como ayudarlos. Siempre que peleaba era por motivos nobles. Y podría seguir horas y horas describiendo el mundo que era para el Álvarez, pero necesitaba conseguir un regalo.

Al final, decidió que un pastel casero sería la mejor opción. Quería regalarle algo que fuera hecho por sus propias manos y realmente no era tan malo en la repostería.

Así llegó el tan esperado 5 de noviembre. Sabía que Raúl le esperaba detrás de esa puerta tal y como le indico más temprano. La situación era sencilla de explicar, Borja no quiso arriesgarse a que los idiotas de sus compañeros molestaran a Raúl con el tema de que es gay sólo por obtener un regalo de su parte. El ya estaba acostumbrado, pero que no fueran a joder a otros.

En definitiva, era mejor resguardar el obsequio con la enfermera y citar al moreno después de clases en el salón de biología.

Tomo aire una última vez antes de ingresar al lugar, pero la mirada expectante de Álvarez hizo que sus nervios saltaran de nuevo.

—¡Hola! Realmente no te llame por algo muy importante. Eh, sólo quería desearte un feliz cumpleaños y darte esto.

Alzo la caja a modo de ofrenda, confundiendo al menor, que simplemente murmuró un ligero "gracias".

Ya comenzaba a frustrarse mentalmente por lo tontas que salieron sus palabras cuando fue bruscamente abrazado por el contrario.

—Yo también te amo.

No tardo en contagiarse del rojo de las mejillas de Raúl.

Era el mejor cumpleaños de su vida y ni siquiera era el suyo.

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500 palabras

Luzuplay MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora