9

2K 104 3
                                    

FESTEJO

No diste cuenta de cuándo exactamente, pero se encontraban festejando y bebiendo su nueva victoria cuando la lluvia comenzó a caer y fue entonces que te recordaste aún llena de la sangre de sus enemigos, pues tu cuerpo que en algún momento se había acostumbrado a la rigidez de la sangre seca en tus ropas comenzaba a retomar su flexibilidad con ésta diluyéndose gracias al gran torrente que les caía encima, así que mientras bebías el sobrante de cerveza en tu vaso te decidías a partir por mejores ropas, pero su eterna mirada sobre ti te detuvo.

     Si bien Ivar festejaba al igual que sus hermanos y demás guerreros rodeado de vino y mujeres eras consciente de que su mirada rara vez se despegaba de tu cuerpo, al principio te había parecido divertido e incluso habías jugado a seducirlo a la distancia solo para verlo pasarse las manos sobre el rostro y jugar con su lengua dentro de su boca, sin embargo esto te jugó en contra haciendo que fueras tu quien terminara excitada. 

     Te fuiste alejando sintiendo la ahora pesadez de tus ropas sobre tu cuerpo, más no llegaste a tu tienda al ser detenida a medio camino por un Ubbe demasiado felíz y ebrio.

     -¡Cristiana!- gritó a tu encuentro sosteniendo tu mano y acorralandote contra un árbol, tu lo miraste de mala manera por ese apodito con el que les gustaba llamarte -esta bien, Gida- susurro raspando tu nombre con su voz- me contaron que fuiste tú quien acabó con su capitán- asentiste -y que fuiste bañada con su sangre en un río carmín proveniente de su garganta- reíste ante su mención y lo sentiste posar su grande mano en tu rostro -aún hay sangre en tu cuerpo- susurro esta vez en tu oído y sentiste el calor de sus cuerpos chocar causándote estremecimientos -no me importaría ayudarte a deshacerte de ella- terminó por murmurar contra tus labios y te beso.

     Por supuesto que lo seguiste besando e incluso lo abrazaste con fuerza para sentir su gigante cuerpo contra el tuyo; no te sorprendías al hacerlo, Ubbe era el más parecido a Ragnar de los hermanos y cómo una niña que creció oyendo de sus grandes hazañas creciste idolatrandolo, así que no, no te sorprendía el hecho de responder a los besos de Ubbe quien para ti era la viva imagen de su padre, tu gran héroe.

     Sus fuertes labios y su gran cuerpo te impedían hacer cualquier tipo de movimiento, sus manos buscando la abertura de tus ropas solo te excitaban más, pero el golpe de su cuerpo sobre el tuyo les dio a entender que había un problema y al igual que él ambos se detuvieron para voltear a ver que lo había provocado, encontrándose con un Ivar sujeto por sus muletas y de mirada bastante enojada.

     -Upss- susurraste y te soltaste de Ubbe, quien dió la vuelta para encarar  a su hermano.

     -¡Ivar Hermano! ¿Qué te trae por acá, por qué no estás disfrutando la celebración con nuestros demás hermanos?- le pasó el brazo por el hombro al hablar.

     -Bueno, hermano- Ivar dejó de lado su malhumorado rostro para sonreír tétricamente de lado hacia ti y responder -Pasa que Amaedis y yo dejamos unas cosas pendientes, y necesito hablar con ella- No despegó su vista en ningún momento de la tuya mientras, podías ver su respiración aun forzada por su firme enojo -Así que lamento interrumpirlos, pero ella viene conmigo- Jaló tu mano y te jaló hacia él, pero antes de dar un solo paso lejos de Ubbe, él te sujeto levemente de la cintura.

     -Esta bien hermano, yo regresaré a festejar con los demás- sujetó tu rostro con su otra mano y te beso; suficientemente largo para que Ivar desesperara y apretara la mano que tenía sujeta en la suya y lo suficientemente pasional como para sentir que tus rodillas menguaban en su abrazo- Te veo al rato Gida- Soltó tu cintura y con su pulgar delineo tu labio inferior, para alejarse con una sonrisa luego de palmear la espalda de su hermano - Nos vemos hermano- fueron sus últimas palabras ya que estaba lejos de ustedes.

     -Y ¿Qué te trae por aquí Ivar?- preguntaste rompiendo la unión de sus miradas y soltandote de su mano para pasar a su lado

     -Vamos- Por su parte fué lo único que dijo, para luego pasarte de largo y “caminar” frente a ti apoyado por sus inseparables muletas.

     Reiste parte del camino en silencio sin inmutarte de pasarlo o irte de su lado, estabas más que segura de que se encontraba por demás enojado, pues sus rezongos y maldiciones a la lluvia y al camino no dejaban oculta su actitud, así que cuando decidiste que había dejado de ser divertido te acercaste a él y sujetando una de sus muletas, le pasaste el brazo por la cintura para que se apoyara en ti, a lo que él rabio momentáneamente para pasar a sujetar tu cuello con su mano libre.

     -No volverás con Ubbe- habló entre dientes, demostrando parte de su enojo hasta que, con una sonrisa, alejaste su mano de ti sin sentir resistencia por su parte.

     - ¿Y por qué no lo haría?, si me la estaba pasando tan bien a su lado- respondiste burlona.

     - ¿Por qué dices?, porque no permitiré que mi hermano disfrute de algo que me pertenece- respondió seguro.

     -Ja ¿Y quien dice que soy tuya?- Respondiste mordiendo tu labio, retandolo, mientras  seguían con su camino.

     - Lo digo yo- Te detuvo y miró a los ojos hasta que tu seguiste andando el corto trecho que les quedaba a su tienda y entraron -De hecho- sonrió ladinamente- No podras siquiera salir de aquí hasta que así lo decida- se recargo en una mesita que había dentro y te jaló hacia sí.

     -Te lo dije antes Ivar. Yo NO soy de na…-

     -No- Interrumpió -Tu seras mia Gida- murmuró contra tus cabellos gracias a la altura que le daba el poder permanecer de pie recargado en ese lugar.

     -No tientes a tu suerte Deshuesado- Sonreíste dejándote hacer, abrazada a su pecho, hasta que sentiste cómo fuiste arrojada a un lado.

PROSTITUTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora