Cap7. Código 56.

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Quizás esto debía suceder.

Quizás esto no fue al azar.

Quizás realmente somos especiales.

Quizás seamos los primeros humanos alterados genéticamente.

Quizás seamos los primeros metahumanos.

Al menos los primeros en contar la historia.

Pero quizás no es así.

Quizás esto no debía suceder.

Quizás esto fue completamente al azar.

Quizás no somos especiales.

Quizás no somos los primeros humanos alterados genéticamente.

Quizás no somos los primeros metahumánoses.

Y menos los que contaremos la historia.

Si no lo somos... ¿Qué paso con los otros?, ¿Están muertos?, ¿Y si no?, ¿Tienen recuerdos de esto?

El doctor ha finalizado el entrenamiento, nos llevaron nuevamente al cuarto verde, esta vez sin los Stigs, los uniformes fueron retirados de la habitación dejando una musculosa blanca y un pantalón camuflado junto con una chaqueta del mismo estilo. Al salir nos dirigieron al comedor, sólo ocupado por nosotros, el eco de nuestras pisadas y respiraciones no había nadie, ni los cocineros. Nos llevaron a nuestro cuarto al cabo de una hora, habían anulado nuestras habilidades, aún no entiendo cómo ese pequeño chip las controla, si, se supone que es parte de nosotros, de nuestro sistema. En el comedor se lo veía eufórico, asombrado, excitado, maravillado y eso me enferma.

Ya en el cuarto descansé en mi cama por un rato hasta que Eva se acostó conmigo abrazándome, acaricia mi cabello con tal suavidad que me empieza a dar sueño, me cuenta todo lo que pudo hacer maravillada, igual que la mayoría en la habitación. Tal vez también yo estaría maravilla si mi ex no me hubiese ahorcado para conseguir que mis poderes aflorarán, pero no puedo, el hecho de que está vivo me causa un gran alivio, pero el que me haya superado tan fácilmente me afecta.

Están todos en sus mundos, hablan entre sí, conociéndose, algunos están solos en sus camas mirando el techo, y uno duerme, el muchacho que tuvo el ataque de pánico duerme. Me pregunto qué pasará por la mente de los demás. Me he dado la vuelta para quedar frente a ella, sigue hablando y aunque suene entusiasmada y gesticule entusiasmada con sus manos, sus ojos dicen otra cosa. Siempre me ha sido fácil leerla, está triste, preocupada y angustiada, mamá decía que los ojos son las ventanas al alma, y así podríamos leernos entre nosotras, descifrarnos, o al menos intentarlo.

– Logré que cayera en la laguna, aunque después me hizo caer por la cascada – habló con desgano.

– ¿Entonces qué se supone que eres?

– Verticss, Eros te lo ha dicho, me permite manipular el espacio, tiempo y la materia, lo que me deja crear portales, y eso es sólo el principio. Puedo teletransportarme a donde quiera sin necesidad de uno. Hubiese sido mejor si me entrenaba otra persona, él realmente es un idiota, se me ha acercado demasiado, dice que podría tener una chace con él, es tan divertido, aún no ha entendido que no me gustan los de su clase – se ríe de una manera tan alegre que por un segundo se me olvida donde estamos y me río con ella – Creo que con su idiotez podría morir incluso antes del combate final.

– ¿Cuándo se supone que será eso? – sólo levanta sus hombros.

– ¿Tengo cara de saberlo? – me dijo haciendo una mueca triste – Kathia... ¿Qué crees que les haya pasado a mamá y papá?

Me siento a su lado para poder tomar sus manos, se sienten tan frías, no sé cómo responderle, sólo lo peor pasa por mi mente, no hay buenos escenarios. Le doy una sonrisa triste, aunque desaparece rápidamente ya que alguien grita detrás nuestro, esa clase de grito llega a crear grietas en almas puras, can la desesperación y el dolor que emanaba su voz.

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