– ¿Qué sucede? – le pregunté sin darme vuelta a verlo.
Suspiró profundamente y antes de responder a mi pregunta dijo – Hay que ir volviendo. Nada de lo que debas preocuparte – Lo miré a los ojos esperando algo más, porque sabía que no era cierto.
– Mentirme no te sale últimamente ¿sabes? – le dije mientras volvíamos – Tu silencio mental me está poniendo nerviosa.
– Lo siento, olvido que necesitas de mí para vivir – eso me hace reír un poco y alzar la mirada para verlo, traía una sonrisa tonta en su rostro idéntica a la mía, sus ojos seguían mirando hacia adelante, su cabello realmente es hipnotizante cuando cambia de tonalidad con las luces del anochecer, ahí me di cuenta de cuan rápido había pasado el día, aunque habremos entrado aquí a las 15hs aproximadamente.
Seguimos caminando hasta llegar con los demás, Eros y Zac hablaban recargados en uno de los troncos caídos en el suelo, Eva le hablaba a Sam quien estaba demasiado avergonzada de sus ocho patas arácnidas mientras que Eva lucía fascinada preguntándole sobre ellas, mientras tanto Brycee, y Sebastian estaban separando las bayas en un tronco discutiendo cuantas debía comer cada uno, y si sobraba alguna, y si se caía y si había suficiente agua. Pusimos las armas que trajimos en el suelo y las bayas en el tronco, dejamos que ellos se encargaran de eso.
– Te será incomodo dormir con eso – me dice Eva tomando una de las pistolas que había traído Itzan colocándole el cartucho de goma.
– Si, realmente no lo había pensado.
– ¿Y el peliblanco va a ayudarte verdad? – pregunta mientras apunta con el arma colocándosela correctamente – Hay mucha tensión ahí, me agrada.
– ¿Si sabes que él también lee la mente verdad?
– No lo sabía... pero de todas formas no me importa, hay cosas que no está mal escuchar por accidente, quizá sea el empujoncito que se necesita para hacer un movimiento – piensa para mí y sé que él también está escuchando porque lo veo sonreír mientras niega con la cabeza, sentado afilando la espada de madera que había traído Brycee.
– Si sabes que no tenemos tiempo para esas cosas ahora, estamos en un laboratorio y somos las ratas.
– Sabes que podríamos morir y te quedarás con la pregunta en la punta de la lengua arrepentida si sobrevives y él no o al revés – pensó esto con una mirada cómplice hacía Itzan.
– Tiene razón Ángel.
– Salte de la conversación, no es de tu incumbencia.
– Creo que me gusta Ivannya – dice esta vez en voz alta haciendo que mi completa atención cayera en ella esta vez – nuestras habitaciones son contiguas y hay un pequeño ducto de ventilación en una esquina y hablamos por ahí las noches en las que no podemos dormir o cuando entrenamos no puedo sacarle los ojos de encima, tiene algo que me atrae como un imán, aunque al principio era tedioso, me encuentro pensando en ella todo el tiempo. Es como si viviera en mi cabeza de formas que no debería, pero no es algo que me moleste, al contrario, me hace sentir muy bien.
Y en eso me doy cuenta, que me ha pasado algo similar con Itzan, pero también con Iryna, la tensión que siento cuando estoy cerca de ellos, lo repulsivo que era el pensamiento de que estuvieran en mi cabeza cuando no debían, que me encontraba soñando con ellos... con él... pero no era algo que debía pasar, no quiero sufrir demás si algo les pasara, no quiero volver a sentir lo que sentí la última vez que perdí a alguien que amaba de esa forma. Lo encuentro viéndome nuevamente, pero esta vez al darse cuenta vuelve rápidamente a la espada.
ESTÁS LEYENDO
Edén
Science Fiction(NOVELA EN REVISIÓN Y EDICIÓN) Desde el 2020, el año en que estalló la tercera guerra mundial es así, bombas bacteriológicas, nucleares, y químicas. Todo destruido, masas de tierra devastadas, algunas especies de animales extintas y otras modificada...