Al terminar nos llevaron a cenar y a nuestras habitaciones nuevamente, entré al pequeño baño y vi mi reflejo, a pesar de todo lo que había sucedido se veía intacto, las manos de Anthony realmente hicieron un buen trabajo, mi cabello había crecido bastante, lo sujeté como pude y mojé mi rostro intentando asimilar todo lo que había sucedido hoy, Eros, Iryna, incluso aquel momento que pareció tan íntimo con Itzan pero a la vez no fue nada privado, de solo pensarlo el calor sube a mis mejillas, me pregunto, si no hubiésemos sido observados por los demás ¿Qué hubiera pasado?, pero era inútil pensar en eso, teníamos un plan, y era mucho más importante que cualquier cosa que llegara a surgir sin aviso. Salí del baño y me acosté mirando el techo, con demasiadas de emociones encontradas, pero ninguna que me molestara.
– Atención – una vez que ya nos encontrábamos todos listos cerca de la puerta la suave voz de la doctora se oyó por los altavoces – Asignados y Subordinados dirigirse a la entrada del campo de entrenamiento, serán guiados por el Oficial Thanatos a los baños, de ahí lo seguirán hasta el galpón de cristal.
Así lo hicimos, cuatro filas, dos de hombres, dos de mujeres, separados todos por equipos, fuimos por nuevos pasillos de paredes de cristal negro, hasta llegar al familiar pasillo cinco de aseos y enfermería, se llevaron a los chicos por otro pasillo y a nosotras nos separaron, al Equipo Alpha lo hicieron infresar a la puerta de la derecha del pasillo mientras que a nosotras al izquierdo, la puerta se abrió con el lector de retina de Thanatos, dejándonos entrar al familiar cuarto con camas y cajones a la derecha y duchas de azulejos blancos a la izquierda. No había necesidad de hacer preguntas, todas ya sabíamos cual era la cama asignada a cada una y lo que teníamos que hacer, me quité la ropa y entre a la ducha, lavé mi cabello junto a mi cuerpo, intenté enfocarme en la mente de Itzan aunque estuviera lejos, al no lograrlo escuchaba a Eva, ella tarareaba una canción mientras que repetía, "no mires, no mires a nadie, son solo chicas no las mires" lo que me sacó una pequeña sonrisa, sentí ojos clavados en mí, sabía perfectamente de quien eran así que volteé el rostro, para encontrarme a esos ojos verde gris muy entretenidos en mi trasero, al darse cuenta de que la había visto giró rápidamente para dejar de mirar.
– Lo siento no fue mi intención Kathia – pensó para ambas.
Yo solo reí y dije – No pasa nada Iryna – luego la corriente de aire caliente vino y salí a esperar a los Stigs ya en la cama, esto sólo significaba que había pasado otro mes, solo venimos aquí una vez al mes.
Tres meses hacía que nos encontrábamos aquí, esta vez vino solo un Stig, era una mujer, comenzó con el gel para depilación, aunque no tuviera un vello púbico en mi cuerpo, siguió a darme la ropa interior deportiva limpia, me entregó un traje nuevo, este no era negro entero con rombos de colores a sus costados, era blanco de dos piezas, pegado al cuerpo, era extremadamente cómodo y flexible, tenía pequeños detalles y terminaciones en negro y plata. Al ponérmelo hizo un pequeño sonido tecnológico y le salieron mangas que fueron deslizándose por mí piel hasta llegar a mis manos en forma de guantes dejando mis dedos descubiertos, en las piernas pasó igual solo que formó un par cómodas botas blancas.
Después la Stig comenzó a arreglarme el cabello con delicadeza que ya llegaba un poco más debajo de los hombros, cortó las puntas rotas y lo peinó en una cola de caballo alta, era una sensación familiar, como cuando mamá me peinaba de niña, estaba tan concentrada en la comodidad del traje y la sensación de sus manos en mi cabello que las voces habían disminuido y no había prestado atención a sus pensamientos, a esa voz angustiada y perdidamente triste que provenía de ella. La voz que provenía de mi madre.
Me volteé y con esa máscara que traía puesta no podía verla, pero sabía que era ella, sabía también que lo que estaba por hacer sería un error. Pero lo hice igual – ¿Mamá? – le pregunté esperando alguna reacción como respuesta. Ella levantó la cabeza y escuché un sollozo de su parte a lo que la abrace intentando no hacer ruido y deje caer unas lágrimas – Quiero decirte tantas cosas mamá.
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Edén
Fiksi Ilmiah(NOVELA EN REVISIÓN Y EDICIÓN) Desde el 2020, el año en que estalló la tercera guerra mundial es así, bombas bacteriológicas, nucleares, y químicas. Todo destruido, masas de tierra devastadas, algunas especies de animales extintas y otras modificada...