Edén

Cap20. Pared Impenetrable.

Pasaron tres días en los que no hicimos nada, solo venían a buscarnos a las habitaciones para llevarnos a la cafetería, desayuno, cuarto, almuerzo, cuarto, cena, cuarto. Hablé con Viatrix sobre quien más sabía del plan y del por qué. Me contó que Eva, los trillizos, Zac y Sebastian sabían, además, no estaba segura si involucrar a Roma debido a su extraño vínculo con Erick que, de alguna forma, se había convertido en el vocero de Amelie. Itzan sólo me hablaba del plan. Habíamos acordado mantener cuan privado podamos lo que estábamos empezando, solo lo sabían cinco personas, Eva, Zac, Sebastian, Brycee, y Eros, él ni siquiera me ha mirado, sólo oigo pensamientos negativos proviniendo de él, acerca de cuan idiota había actuado, en como dejó que eso pasara, pensando que se había perdido o en que momento había pasado.

La luz del cuarto se encendió y me quedé ahí sentada en la cama mirando un punto fijo en alguna esquina del cuarto, había algo del día de hoy que no se sentía bien, lo sentía en mi columna, había tenido más sueños, de esos que quedaban pasmados en mi piel, pero el de hacáa una noche me había dejado tanto física como mentalmente agotada.

El aire frío proveniente de la ventila, me daba cada vez que se encendía, pero no ayudaba para nada a disminuir la temperatura de mi cuerpo, el tic tac del reloj colgado marcando las cinco, ¿cinco de la mañana?, ¿las cinco de la tarde?, no lo sé, sonando a la par de pequeños metales chocando, el doctor se acercó a mí con una gran jeringa de rojo vibrante espeso, buscó una vena en mi brazo la inyectó lentamente, sentí como si me desvaneciera, mientras que la temperatura de mi cuerpo subía a niveles que nunca había sentido.

– ¿Qué hizo? – le pregunté como pude.

– Algo que te une a mí, ¿sabes porque nos llamamos Edén? – negué levemente – es porque nos gusta la ironía de la religión cristiana, que Dios haya creado a Adán a su imagen y semejanza y a la pobre Eva de una costilla de Adán, haciéndola así su fiel sirvienta para el resto de la eternidad – poco a poco volvía a sentirme despierta – y lo que yo hice recién, fue transferir mi sangre a ti y a los demás convirtiéndolos en mis fieles sirvientes personales.

– Se ha olvidado de Lilith – el me miró con intriga – Aquella que fue creada del mismo barro que Adán y se reveló ante él y Dios, la religión cristiana la eliminó del nuevo testamento junto a muchas otras cosas, para así dejar a Dios como todo poderoso, pero ella se salvó escapando del Edén siendo refugiada en los brazos de Lucifer.

– Así qué piensas escapar, querida eso es imposible, morirás aquí.

– ¿Y por qué no me mata ahora?, acabaríamos con esto mucho más rápido.

– Eso le quitaría toda la diversión al asunto, además no te das cuenta qué cada acción tiene un precio Kathia, ¿cuál es el propósito de tus acciones?, ¿No ves que por tu culpa los que amas mueren? – el doctor me tenía atada a una cama muy similar a la de la primera vez, pero cada vez que intentaba moverme las esposas se ajustaban clavándose en mi piel con dientes de metal.

– A veces hay que hacer sacrificios – le digo mientras siento como los dientes perforaban mis muñecas y tobillos.

Él mantenía una pequeña sonrisa ladina aterradora en su rostro como si esperara que yo dijera eso, una ráfaga de viento helado había golpeado mi cuerpo que por algún motivo se encontraba hirviendo, pero se sintió como si quemara hasta mis huesos en lugar de aliviarme.

– ¿Crees que esto sea un sacrificio que valga la pena? – Dos Stigs trajeron a mis padres a rastras por una puerta de la habitación manteniéndolos de rodillas, ambos se veían horriblemente maltratados, la piel en sus mejillas era una leve capa que dejaba ver los huesos de sus rostros, sus cuerpos débiles incapaces de mantenerse de pie, al verme por un segundo sus rostros mostraron alivio hasta ver en el estado en el que me encontraba yo - ¿Crees que la muerte de tus padres valga la pena? – no sé de dónde la sacó, apuntó con un arma a la cabeza de papá y disparó.