•° Narra A-Chan ♥
Suspiraste arduamente tratando de conciliar el sueño...apenas llevabas un día entero desde que resultaba seguro salir al exterior y definitivamente querías morir debido a la sensación de saber que estabas siendo abrazada por el endemoniado gigante hecho de huesos cuyas manos se desplazaban a los costados de tu cintura...sus ronquidos producían unos ecos constantes en la habitación silenciosa de la noche que impedían el cerrar tan necesitado de tus párpados por el cual rezabas para que de alguna forma pudiesen desplazarte al mundo de los sueños donde al menos podías sacarte la imagen de aquella sonrisa presumida de cierto monstruo...lo más lamentable de esto es que resultaba desconcertante que una parte de ti lo disfrutaba de manera mínima.
Tratabas de justificarte con varios pensamientos algo contradictorios entre sí...que se debía a que había pasado mucho tiempo desde que dormiste de esta manera con alguien más, prácticamente cuando tu hermano mayor decidió independizarse apenas cumpliste los 12 años de edad mientras él ya era un hombre adulto que trataba de conseguir su título universitario...solías acostarte en su cama en los tormentosos días de tormenta en busca de protección de una de las personas que más estimabas, tu madre estaba demasiado ocupada intentando poner la casa en orden con la ayuda de tu padre...era una estructura peculiar de los conocidos años 50, un edificio que daba acceso a un patio común y donde cada alcoba de las ventanas podían interactuar entre sí permitiéndote entrar en el apartamento de algún vecino del lugar, cosa que disfrutabas siendo todos una pequeña comunidad que se conocían desde generaciones. Aunque eso no cambiaba que fuera necesario algunas reformas.
...Extrañabas egoístamente esos tiempos, riendo de lo absurdo que resultaba el estar ahora en los brazos de una criatura mágica cuya existencia asignabas para los cuentos de hadas o antiguas leyendas con las cuales los adultos pretendían asustar para que se portasen bien a sus demandas. Al menos estabas viviendo una aventura particular donde percibías cierto interés de Sans sobre ti...recordandote que parecía conocerte, enumeraba aspectos y gustos que ni siquiera tu familia conocían de ti...provocando que preguntaras si acaso te estuvo vigilando todos estos años a lo que él respondería que sabrías todo en su debido momento y te estabas volviendo irrascible a ello.
Hiciste lo que cualquier persona madura habría hecho en tu situación...voltear tu costado para que el rostro de Sans estuviera cerca del tuyo, apenas desplazaste ambas manos en sus pómulos y comenzaste a sentir que tan rígido resultaban sus huesos cuando trataste de apretar la redondez de estos. Era la primera vez que lo notaste aún cuándo él te había tocado en más de una ocasión...no de esa manera por supuesto, solo cuando le convenía ya fuera para molestarte o que no quedases congelada parada en la nieve...
...Nunca habías visto la expresión tan tranquila de este monstruo consumido por el cansancio, ni siquiera estabas segura si había dormido desde tu llegada a sus dominios...poco eras consciente de que Sans se tomaba en serio la labor de cuidarte, las primeras semanas resultaron las más complicadas cuando su hermano menor seguía desplazándose entre la superficie y el subsuelo en busca de hacerse con la chica más importante de su vida por un estúpido juego que su lado sádico había desarrollado...comprobar que tan dispuesto estaba él por mantenerla alejada de todo contacto de su poder más abarcado al arte del combate.
Sans nunca se había esforzado tanto en su larga vida de monstruo, por lo que para Papyrus era entretenido de presenciar que tan hábil resultaba sus acciones para proteger a la humana que por razones que su memoria impedía recordar amaba con toda la agitación de su alma...pero no estaba dispuesto a perder en el juego comenzado con su hermano mayor... él lo sabía perfectamente que tan competitivo se había vuelto en los últimos meses, por lo que le fue sospechoso que no hubiese rastro alguno de su presencia en este universo...
Lo único que quería era dormir tras tantas noches en vela teniendo visiones aterradoras del cual podría ser tu destino sino se preparaba para ello...por eso sus brazos te mantenían apretada a su lado, temiendo encontrar rastros de polvo en sus manos a pesar de que sabía cuan imposible era en un humano acabar de esa manera, pero no podía evitarlo, esa es la muerte que él conocía en su especie...la calidez de tu cuerpo frotando el suyo le hacía sonreír en plenitud, tan acogedor...
Y mentalmente disfrutaba de tu actitud curiosa respecto a su cuerpo...podía permanecer callado a pesar de la tentación que sería reírse por sentir el tacto de tus manos más delicadas en sus huesos...era algo que se guardaría para sí mismo...
...
No quería que te detuvieras después de tantos años esperando por ti...aunque eso lo comentaría en otro momento, ahora mismo mantenía una estrecha concentración para que un creciente rubor celeste no apareciera en sus mejillas...
×|| Continuará •>• ||×
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AU Sans x Lectora 2!
RomanceBásicamente otro libro donde recapitular historias propias acerca de tu amado esqueleto monstruo ♥