Apareciste Tú: El Romance #ERENA1

Capítulo 17: Él Tan Mío, Como Yo Suya

RENATA

─Mierda. ─escucho a Erick maldecir por lo bajo

─Vamos, responde. ─lo ánimo con una sonrisa

─Si, creó que debo hacerlo. ─dice dejando un último beso en mis labios antes de responder la dichosa llamada.
Lo vi tomar su celular de mala gana, me miró con una sonrisa y pude leer en sus labios un: "Es Kevin" deslizó la pantalla para tomar la llamada y lo puso en manos libres para ambos poder escuchar la conversación:

─¿Que quieres, Kevin? ─pregunto Erick con cara de pocos amigos

─¿¡Saber cómo éstas, dónde y con quién!?, Te he buscado todo el maldito día.

─Son demasiadas preguntas juntas, ¿No crees?, ¿Se presento algo importante?

─Estoy en la puerta del apartamento de Renata, y ya tengo los dedos acalambrados de tanto tocar, ¿Les pasó algo? ¿Dónde están? ─respondió haciendo oídos sordos a lo que antes dijo Erick, suena preocupado de verdad.

─Estamos aquí, y te recomiendo que te larges porque no saldremos ni de coña.

─¿Por que? ─su tono de vos se volvió aún más serió

─Porque eres un cretino, egoísta e inoportuno, Kevin.

─¿No me digas que...? ─deja las palabras en el aire y lo escuchamos reír

─Sí. Estaba a punto de... ─antes de que termine la frase le tapó la boca. Debo de estar roja de la vergüenza ─Ya hermano, estoy bien. Mañana te veo. ─dice y cuelga la llamada

Después de esa llamada ya no me sentía tan cómoda como en un principio, púes se me bajo el calentón y mis hormonas recobraron conciencia. Sin embargo Erick poco a poco fue despertando esa sensación nuevamente en mi. Cada caricia u beso suyo, cada una de sus palabras susurradas en mi oído, logrando así que mi piel se pusiera chinita por completo ante el tacto de sus largos y delgados dedos sobre mi piel.
Se sentía tan surreal el tacto de su piel rosando la mía, pero se sentía tan jodida mente perfecto;
Y la fricción de nuestros cuerpos unirse como si estos se pertenecieran mutuamente, como si cada centímetro de mi piel y mi ser le pertenecieran, sólo a él.
Y el cálido rose de nuestras manos entrelazadas, se sentía como en otra dimensión, a una dónde sólo estamos él y yo, siendo uno sólo.
Siento como si en éste preciso instante nuestras almas estuvieran conectadas.
Sin lugar a dudas, jamás podría sentirme así con alguien más que no sea Erick.
Estoy entregándome a alguien por primera vez y es tal como lo he soñado casi toda mi vida, con el hombre que amo, ese hombre al cual tire al piso el día que lo conocí, y que desdé el momento en que lo vi por primera vez a los ojos supe que sería alguien realmente especial e indispensable en mi vida.
Y como prueba de ello, aquí estoy entre sus brazos, y estoy haciendo el amor con él, con el amor de mi vida, de eso hoy no me cabe la menor duda, Erick es el hombre y el amor de mi vida, y nada ni nadie podrá cambiar eso núnca.

Él besa y recorre hasta el último rincón de mi piel.
El dolor que traspasa mi piel al sentir a Erick introducirse lentamente en mi es inevitable, lo hace lento y suave pero me es inevitable no soltar una lágrima de dolor. Sin embargo después de unas cuantas envestidas más, el dolor va desvaneciendo y se va convirtiendo en un placer que jamás había experimentado.
Nuestras miradas se conectan y juro que jamás había deseado tanto a alguien como lo deseó a él.
Núnca me había sentido tan lista como hoy para dar este paso en mi vida, núnca me había sentido más mujer que está noche.
Sentir su cuerpo encima del mío, sus tiernos y húmedos besos sobre mi piel, sus caricias, esa manera tan tierna en la que me mira, como si traspasará mi alma con cada mirada suya.

Joder, y el poder explorar, acariciar cada parte de su cuerpo, contemplarlo así. Él tan mío como yo suya.

─Te amo. ─susurra Erick en mis labios mientras siento tensar su cuerpo junto al mío, y siento mis cuerpo tensarse y mis piernas temblar y una enorme ola de calor recorre todo mi cuerpo, estoy a punto de llegar al tan llamado, climax.

─Amor... Yo... Me voy... No lo soporto. ─digo con hilo de voz, casi sofocando un gritó

─Vamos nena, correte para mí. ─dicho esto no lo soporto más y me corro con él aun dentro de mí y seguido termina él.
Erick sale de mí y se incorpora a mi lado con una sonrisa, le devuelvo el gesto e intento incorporarme mejor en la cama pero el ardor que siento entre mis piernas me recuerda mi virginidad reciénte mente pérdida. Por acto reflejo tiro de las sábanas en el intentó de cubrirme lo más posible, entonces es cuando veo una mancha de sangre en estas, me sonrojo por completó y rápidamente vuelvo a cubrirme y a acurrucarme al lado de Erick, él me enrolla en sus brazos, deja un tierno beso en mi frente, finalmente otro en mis labios y siento su mirada fija en mi, así que me incorporó un poco en la cama y apoyo mi barbilla en su pecho desnudo, y conformo que sí, me está mirando.

─¿Pasa algo? ─preguntó mirándolo a los ojos

─¿Por que lo hiciste? ─pregunta él con ternura y coloca un mechón de cabello detrás de mí oreja

─¿Hacer que? ─pregunté sin quitar mis ojos de los suyos

─¿Por que te entregaste a mi? Yo..., No esperaba eso. ─dice y veo un brillo especial en sus ojos

─Porque te amo y desdé el día que te conocí supe qué serías alguien especial en mi vida, porque mi alma, mi corazón y mi piel te pertenecen sólo a ti desdé el primer instante en que te vi aquella mañana lluviosa. ─me subí a horcajadas encima de él ─Porque no soportó la idea de que alguien más me toque, me haga reír, me diga te amo, que alguien más me haga suya, quiero que sólo tú seas ese alguien en mi vida y te juro que si volviera a nacer, te volvería a elegir.

─Cuándo te conocí sentí miedo, porque por primera en mi vida alguien me hizo sentir cosas, no lograba dejar de pensar en ti, no dormía en las noches y deseaba todo el tiempo poder cruzarme contigo en las calles aún sabiendo que la posibilidad era casi nula, me hiciste sentir vulnerable, Renata, por primera vez en mi vida vi a una mujer como algo más que sólo sexo, y me enamoré como un loco de ti. ─confesó él con una sonrisa y acaricia mis labios ─Núnca había hecho el amor con alguien, sólo sexo salvaje, pero contigo fue la primera vez.

─No quiero perderte, núnca. ─dije y una lágrima resbaló por mi mejilla, su confección hizo que mi corazón retozara de alegría y emoción, juntos conocimos esa experiencia tan hermosa.
Por ahí dicen que el sexo vacía el cuerpo pero hacer el amor, llena el alma.

─Jamás imaginé que llegaría a enamorarme así de alguien. Te amo Renata.

─Prometeme que núnca me romperás el corazón.

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