Apareciste Tú: El Romance #ERENA1

Capitulo 28: Atormentado

ERICK

Siento que soy una mierda, la cagué, y la cagué bien grande.
No quería que esto pasara, pero no supe controlarlo como debía, de verdad yo no quería llegar a estos extremos con ella, no lo merecía, pero siento como si mi pasado se estuviese haciendo cada vez más presente en mi vida, en mi relación con Renata. Las cosas se me están yendo de las manos, y eso me desespera como no tiene ella idea.
Y se que eso para nada justifica todo lo que pasó en mi habitación hace unos momentos, sino todo lo contrario, me pongo en evidencia a mi mismo como persona, me revele ante ella de la peor de las formas y yo no soy así, yo ya no era así y siento que con esto estoy volviendo a ser el chico de hace años, ese que se perdió en el alcohol. Y no quiero volver allí, pero sobretodo; no quiero perder a la mujer que amo por eso.

Núnca fue mi intención gritarle, ni mucho menos maltratarla, ella no lo merecía y yo, sólo la trate como a una basura, me odio a mi mismo por haberle causado ese daño, de sólo imaginarme la ahí, en el piso y llorando por mi culpa, mientras yo le gritaba todas esas cosas que no eran verdad y que ni siquiera sabía porque lo estaba haciendo, la recuerdo y, me dan ganas de romperme la cabeza contra la pared, ¿Como pude ser capaz?
¿Como pude ser capaz de dejarme influenciar por mi pasado? Sí, mi cabeza es un caos desdé anoche, cuando la vi con Joel abrazada y bailando; y tal vez eso y lo de la llamada misteriosa hicieron que perdiera la poca cordura que me quedaba. Pero lo de la llamada, eso fue la gota que derramó el vaso para yo perder los estribos de mi mismo, y justamente con ella, pero cuando entré a la habitación y la vi con mi celular en sus manos, sentí mi sangre hervir, pude sentir como si en ese momento me hubiese quedado helado, los músculos de mi cuerpo se tensaron, y sentí pánico, mucho miedo de que ella se enterara de toda la verdad; que ese maldito número que me había estando marcando, terminará con lo nuestro. Con nuestra felicidad.
Pero no, no fue así y cuándo me di cuenta de mi gran error, ya era demasiado tarde, ella ya se había ido de mi lado, y no quiere verme ni en pintura y no la juzgo, yo haría lo mismo si estuviese en su lugar, es que, ¿Quién maltrata a la persona que ama?, definitivamente nadie, sólo yo, y lo hice porque soy un completo idiota e egoísta, que primero actúa y luego piensa.

Y aquí estoy, tirado en el sofá de la sala, bebiendo de una botella de wisky que encontré en uno de los estantes de la alacena, cagando me aún más la vida, como si eso fuese a solucionar todos mis putos problemas. Soy un completo imbécil.
Salgo de mi transe al ver que Kevin entra a la casa furioso, camina rápidamente hacía mi y me agarra de las solapas de la camisa y me levanta del sofá bruscamente, ¿Que carajos?

─Eres un maldito idiota. ─me grita en la cara y sin más me rompe el labio de una trompada, para luego empujarme nuevamente al sillón y empezar a dar vueltas furioso en la sala.

─¿Que mierda te pasa?, ¿Por que me pegas?
─pregunté molestó, y me limpie con mis dedos el hilo de sangre que corría por mi labio y volví a beber de la botella.
Supongo que se están preguntando porque no hice nada para devolverle el golpe, pues lo hubiese hecho, en otra ocasión; pero no hoy, ni ahora. No me interesa saber porque me golpeó, no tengo cabeza para nada ni para nadie que no sean Renata.

─¿Se puede saber que mierda te pasa a ti, Erick? ─grito Kevin

─A mi nada, ¿A ti que te pasa? ─respondí sin más

─Acabo de encontrarme con Renata, hecha un mar de lágrimas. ¿Que explicación le das a lo que le hiciste? ─dijo él parándose frente a mi y eso llamó mi atención, ella llorando, por mi culpa.

─¿Dónde estaba? ─pregunté y él negó con la cabeza molestó.

─¿Es una broma?, dices que la amas y sin embargo la lastimas, te juro que no puedo creer que tú allás sido capaz de maltratarla, Erick. ─dice con énfasis, remarcando lo idiota que fui. Ahora entiendo porque su golpe, lo merecía, así como merezco mil más por haberme comportado como un completo idiota con ella. ─¿Que pasa contigo, hermano? Pensé qué jamás serias capaz... ─agrega dejando palabras en el aire