Apareciste Tú: El Romance #ERENA1

Capítulo 21: Postergando Lo Inevitable

ERICK

TIEMPO DESPUÉS

Renata y yo hemos podido pasar mucho más tiempo juntos, por no decir que vivo más en su casa que en la mía, y después de todo; organizando horarios todo es posible, y aún más cuando tienes una buena motivación. Como a quién ver al salir todos los días de un largo día de trabajo. Y mi motivo es, Renata.
Hemos podido salir más, más libremente por las noches, a cenar, al cine, oh simplemente a caminar por las calles de esta enorme ciudad, tomados de la mano. Esa es de mis salidas favoritas con ella, cuándo la siento tomar mi mano mientras caminamos entre la multitud, o a solas, pero tomados de las manos, es cuando siento que estamos más conectados que núnca. Su mano encaja con la mía como si estuviera hecha justo para mí. Y amo esa sensación.
He podido conocer más a la chica que día a día me enamora más y más, he podido conocer facetas de ella que no sabía que tenía; como lo mucho que disfruta bailar mientras cocina, su buen sentido del humor, su color favorito, que es el naranja, o que se levanta a las 3:00 AM a beber yogur de fresa, todas las madrugadas, sin omitir una sola noche, también descubrí lo nerviosa que se pone cuando me quedo observándola, y la delata ese tic nervioso suyo de rascarse el puente de la nariz, también descubrí su postura favorita para dormir, e incluso que le gusta mucho usar esa remera enorme color verde para dormir en las noches.
Lo mucho que le molesta que le intenten despertar en las mañanas, o lo mucho que odia que festejen su cumpleaños. Intenté hacerle una fiesta sorpresa hace un mes, por su cumpleaños número 21, pero no tuve suerte, literalmente no me habló por una semana. Ese tema es sagrado para ella y bueno también ahí fui yo de bruto, sabiendo de sus malos recuerdos de su cumpleaños de niña... Quise cambiar eso y no puedo, pero bueno, como dicen por ahí; no ahí peor lucha que la que no de hace.

Anoche me quedé a dormir con ella, como casi todas las noches durante los últimos 2 meses, debo decír que vivo más aquí que en mi propia casa; allí sólo voy por un baño y ropa limpia. Y anoche no fue la excepción, luego de cenar me invitó a ver una película de acción, y esa fue la escusa de anoche para que no me fuera y pues como todas las noches, cualquier excusa es válida..., pero, ya sabemos en qué término la dizque, “película de acción”.

Cuando desperté, ella aún dormía plácidamente entre mis brazos, podría pasar el resto de mi vida observándola dormir, se parece tanto a un ángel, ella es el ángel se mi vida. Pero debo irme a arreglar unos pendientes de trabajo y si sigo embobado observando su belleza no haré nada en todo el día y menos si llega a despertar.
No quise despertarla; sólo deje un cálido beso en su frente y en su mesita de noche una rosa junto con una nota que decía:

“Tengo pendientes que resolver, te veo en la noche. No olvides que te amo. Erick.”

Baje a mi piso con toda la resaca del mundo, estaba muerto después de la desvelada de anoche, me gusta pasar la noche en su casa, pero por alguna razón que desconozco anoche ella estuvo muy inquieta, y no logré pegar un ojo en casi toda la noche.
Entre a mi casa, deje las llaves sobre el mueble de la entrada y me dirigí a la sala, ahí vi a Kevin, sentado, de brazos cruzados y muy, pero muy serio. Desdé que lo conozco es una de esas pocas veces que lo he visto tan serio y cuando lo está es porque algo malo esta pasando.

─Hasta que te dignas a venir. ─dijo con un tono de voz serió, como si le molestara que pase tiempo con mi novia.

─Pase la noche con Renata. ─respondí pero no obtuve respuesta alguna por su parte, me encamine a mi habitación para darme un baño. Alguien está de mal humor hoy, pensé.

─Luego tú y yo tenemos que hablar, Erick. ─dijo él antes de que yo entrará a mi habitación, sólo asentí y me adentré en el baño.
No se de que quiere hablar Kevin conmigo, pero lo conozco demasiado bien y se que si está así es porque algo le preocupa de verdad y sin dudas, tiene que ver conmigo.
Y para mi mala suerte también creó saber sobre que quiere hablar conmigo. Es un tema que he estado evitando durante meses, desde antes de conocer a Renata, e incluso desde antes de salír de California.