II: Fotografía.

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Al día siguiente

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Al día siguiente.
17 de enero de 2016.

—Oye, Lauren, hay algunos rumores.

—¿De mí? Que raro — digo con ironía.

—¿Has hablado con Alessia? — cuestiona Camila mientas nos adentramos hacia la cafetería de la universidad.

—Ujumh — asentí —, ¿por qué? ¿Ahora dicen que cambié mis gustos de género?

Ella bufa. —No seas idiota — nos sentamos en una mesa —, bueno, en realidad algunos sí que dicen eso — sonrío y niego con la cabeza—. Pero hay más, ¿quieres escucharlos?

—Sorpréndeme — digo tomando un sorbo de café.

Se acomoda colocando los codos sobre la mesa y recostando el mentón sobre sus manos.—Dicen que te volviste su amiga para ganar fama.

Trago mi café.—Eso es estúpido, yo ya tengo mi propia fama, no necesito colgarme de las faldas de alguien más.

Se encoge de hombros.—También dicen que pudiste estar implicada en la muerte de su hermana.

Sonrío.—Los idiotas de aquí solo quieren algo de emoción, y como sus vidas son tan patéticas y aburridas, se entrometen en la vida de los demás intentando encontrar algo de ella, Camy.

Camila me mira divertida.—Ahora, caminando de tema, ¿por qué le hablaste? Creí que dijimos que nos mantendríamos alejados de esas personas.

Termino de tomar el último sorbo de café.—Primero, yo nunca mencioné mantenerme alejada, y segundo, ni siquiera fui yo quien le comenzó a hablar, ella lo hizo y para ser sincera, me cae bien.

—¿Qué te cae bien? — dice Camila incrédula —, ¡Jesús! ¿por qué no pueden caerte bien las personas normales, pero si las retorcidas?

Me encojo de hombros.—La rutina y lo normal no va conmigo.

—Estás tirándote de cabeza hacia un volcán que en cualquier momento hará erupción —me mira con seriedad.

Me levanto para tirar la basura en el recipiente adecuado, regreso a la mesa y me siento.— Estoy acostumbrada a quemarme, ya hasta vivo en el infierno.

Niega con la cabeza, pero al final sonríe.—Solo ten cuidado, ¿vale?

Asiento. Después de unos segundos nos ponemos de pie y caminamos hacia nuestros cursos.

El día se pasa rápido. Hoy Dexter no vino a estudiar y Camila sale mucho antes que yo, así que voy caminando sola por los senderos de la universidad para salir, pero antes saco mi cámara y tomo algunas fotos de las copas de los árboles y del cielo, hoy está hermoso.

Me gusta la sensación de sentirme diminuta ante el cielo. Es como si mi existencia no fuera nada, pero luego, él mismo me hace recordar que estoy aquí por una razón. Quizás sea para arruinarle la vida a los demás.

SilenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora