XI: ¿Verdad o reto?

181 17 16
                                    

17 de febrero de 2016

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

17 de febrero de 2016.
Jueves.

—Quiero ir a una fiesta —dice Dexter en un puchero.

Estamos caminando juntos hacia una cafetería cerca de la universidad, las ráfagas de aire hacen que mi cabello se mueva hacia atrás y algunas hebras se queden atrapadas en mi cara.

Camila no vino hoy a estudiar, tuvo que hacer algunos trámites, así que hoy solo somos Dex y yo. Dexter va cantando y moviendo las caderas. Recibimos miradas de algunas personas, pero realmente no nos importa, incluso Dexter hasta canta más fuerte cuando pasamos delante de las personas que lo miran con mala cara.

—¡Por eso esperaba con la carita empapa...

Dios santo, los gritos desafinados que se le salen a este hombre me asustan. Si así grita cantando, no quiero estar cerca de él cuando le estén dando duro.

—¡Demonios, Dex! Primero afínate — siseo con exageración.

Él suelta una carcajada.—¡Vamos, Lau! ¡Canta conmigo! — me anima dándome un leve empujón.

Lo miro y entrecierro los ojos.—No a la contaminación auditiva, cielo.

Me da una mala mirada.—Deberías sentirte honrada de escuchar tan melodiosa voz — rueda los ojos —, no todos tienen el privilegio.

—Gracias al cielo — me mofo.

Hace un mohín y me saca la lengua.—Eres una envidiosa igual que Camila.

Abro la boca con indignación.—Cállate, apestoso.

Él comienza a reír.—Te amo, cariño.

—No me importa — le saco la lengua. El resto del camino sigue cantando y Jesús, de verdad voy callarlo de un golpe.

Para cuando llegamos a la cafetería él ya se ha callado, el lugar es moderno, tiene algunos sillones de cuero negro, los bancos son bastante grandes, casi iguales a los que tengo en la isla del departamento solo que estos rodean la barra, tiene una lámpara colgando en cada una de las mesas dándole más luz. Nos sentamos en una mesa cerca del gran ventanal, hacemos nuestra orden con el mesero y él no tarda mucho en llevarla.

—¿Sabes? Estaba pensando que nunca has conocido a alguna de mis parejas — habla Dexter mirando hacia los lados.

Tomo un sorbo de mi bebida.—Seguramente tendría muchos amigos ya, puesto que cambias de pareja cada semana.

Abre la boca indignado.—¡Eso fue grosero, Lauren! — me mira con una sonrisa y ladea la cabeza dándome una sonrisa ladeada —, mi mamá dice lo mismo.

Ruedo los ojos.—Todos saben que eres muy activo, Dex. No hay que ser muy listo para saberlo.

Hace el símbolo de paz con los dedos y junta los labios simulando que da un beso de piquito. Niego con la cabeza.—Estoy orgulloso de mí.

SilenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora