El beso

54 9 0
                                        

La fiesta se celebraría en la casa de un alumno que según me habían dicho era de su propiedad pues sus padres se la habían comprado, yo solo esperaba que no tuviéramos ningún problema con la policía por el ruido de la música. No estábamos lejos de la residencia, de hecho, solo eran unos diez minutos andando. El edificio que se cernía ante nosotros era precioso, al menos por fuera, con un pequeñito jardín que nos conducía hacia la puerta que estaba abierta de par en par de manera que la música se expandía a lo largo de la calle. Me sorprendí al descubrir que la súper fiesta que yo esperaba, resultó no ser "súper" en absoluto. Las novelas me estaban nublando el juicio de la realidad. No seríamos más de veinticinco personas, aunque sí que había alumnos de otros cursos pensé en mi inocencia que sería algo más parecido a una típica fiesta de universidad americana. La gente bailaba y bebía, pero no era un descontrol, no había nada roto, la música, aunque alta no era atronadora y las luces no parpadeaban como en una discoteca. Era una grata sorpresa, aunque nunca se sabía pues aún la noche era tan joven como nosotros.

-Aquí tienes guapa, -Roland me ofreció una bebida. - y otra para ti preciosa. -le extendió el vaso de plástico a Lex que inmediatamente dio un gran trago a su contenido.

-No has perdido tiempo en encontrar la cocina. -dije burlonamente. - ¿Te vas a ocupar de Lex esta noche? No suele beber con conciencia. -dije aprovechando que no podía oírme pues estaba saludando a unas compañeras de clase.

-Claro, no os quitaré ojo de encima. -me guiñó un ojo y se alejó a bailar con mi amiga.

Miré a mi alrededor esperando encontrar una cara conocida ya que, al llegar, André fue a saludar a unos amigos y Hugo desapareció sin decir nada. Me senté en una silla que se encontraba en una esquina de la sala de estar, esperaba poder pasar desapercibida, quizás me podría camuflar con el mobiliario. Fue en vano.

- ¿No te apetece bailar? -preguntó Hugo.

Se apoyó en el armario a mi lado, con los brazos cruzados y una bebida en la mano.

-No se me da bien bailar, si puedo evitarlo prefiero no hacerlo. No es agradable ver una especie de mezcla de Bambi recién nacido con un pato mareado como baile. -respondí bebiendo de mi vaso.

Esperaba que André viniera pronto, la verdad es que me apetecía pasar el rato con él, pero no parecía estar cerca.

-Seguro que preferirías estar en algún otro lugar en este momento. -continuó hablando como si no fuera consciente de que no quería estar con él en estos momentos, pero estoy segura de que lo era a juzgar por sus palabras.

- ¿Qué te hace pensar eso? -dije mirándole al darme cuenta que no tenía intención de irse de mi lado.

-Bueno, no hay que ser muy listo para fijarse en que eres el tipo de chica aislada; libros, música y películas. No te gusta que la gente te preste atención y prefieres estar sola la mayor parte del tiempo. Exceptuando a tu amiga Alessia claro. No hay mucho más aparte de eso. -me respondió con total convencimiento.

<< Pero, ¿Quién se ha creído éste?>>, pensé. Me gustaba estar sola de vez en cuando y leer también y escuchar música y estar a mi bola, pero eso no era todo. ¿Verdad?

-En ese caso, ¿Por qué me rondas tanto? Si se supone que soy una chica aislada sin mucho más que ofrecer... -me defendí sin mucho éxito.

-Porque nunca acepto un "no" como respuesta. -me sonrió y se alejó como si nada, dejándome con la palabra en la boca, otra vez.

<<Auch. Hugo-2 / Sophie-0>>, puntúe para mí como si fuera algún tipo de juego. <<No deberías entrar en su tonto juego, solo vas a hacer que la situación vaya a peor.>>, discutí conmigo misma.

El amor a la inversaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora