9. La médica

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Narra Samantha

Estaba echada en la camilla, no me dejaban moverme, mi madre se acababa de ir y Anaju y alguien más estaban al llegar, no sé porque pero algo me decía que era Flavio.

A los cinco minutos alguien picó a la puerta.

- Samantha - dijo Anaju a la vez que abría la puerta

- Anaju, hola - le dije

- ¿Qué tal? - me preguntó mientras se acercaba para abrazarme

- Bien, podría ser peor - le respondí

- Sam, a venido también Flavio, no paraba de insistir diciendo que quería venir y no me quedó más remedio que traerlo - me dijo

- Vale, ¿y donde está? - pregunté

- No lo sé, me dijo que iba un momento a hablar con alguien - me contó - por cierto, avisé a los profesores

- Gracias Anaju, no sé que haría sin tí - le dije

- Sam, ¿tienes hambre?, si quieres bajo a por algo a la cafetería.

- Si, por favor - dije - cógeme lo que tu veas, luego cuando pueda ir a casa te pago

- Tranquila, te lo pago yo - me abrazó y se fue - Vuelvo ahora

- Chao

No habían pasado ni si quiera 2 minutos desde que se había ido Anaju y alguien picó.

- ¿Se puede? - dijo una voz grave, nada más oírla me di cuenta que era de Flavio

- Si - le contesté

- Sam, ¿estas bien? - me preguntó mientras entraba tímidamente

- Si, estoy bien - le respondí

Se acercó y se sentó en un lado de la camilla.

- ¿Y Anaju? - me preguntó

- Fue a la cafetería a por algo para que coma - le respondí

- Vale - sonrió

Me moví con cuidado para sentarme a su lado.

- Sam, ¿qué haces?, echate ahora mismo

- No quiero - le dije

-Tienes que descansar - me dijo mientras me acariciaba la espalda

No le hice caso y me quedé sentada mirándolo.

Él también me miraba mientras sonreía.

Nuestras caras se acercaban lentamente, poco a poco nuestros labios se juntaron en un pequeño beso.

Nos separamos y lo abracé, no se muy bien porque pero me cayó alguna que otra lágrima.

Nuestras miradas se volvieron a juntar, Flavio me secó cuidadosamente las lágrimas y sonreímos los dos.

En ese momento Anaju picó la puerta, con ayuda de Flavio me volví a echar.

- Hola, ya estoy aquí - me dijo - ah, hola Flavio

- Hola - respondió

- Me he encontrado con la médica y también ha venido - dijo mientras entraban ambas

- ¿Beatriz?

- ¿Flavio?

- ¿Os conocéis? - pregunté

- Esta es mi hermana - nos dijo Flavio a las dos

- Hola - respondió Beatriz - bueno, Samantha, vengo a decirte que mañana ya podrás ir a casa, pero tendrás que estar en reposo absoluto. Más tarde vendré a hacerte una prueba.

- Vale - le respondí, después de esto se fue

- Sam, toma - dijo Anaju mientras me daba una palmera de hojaldre.

- Muchas gracias - le sonreí

- Anaju, tengo que ir al baño - le dije

- Ahora te ayudo - dijo mientras me ayudaba a levantarme

Cómo no podía ella sola Flavio también me ayudó.

Más tarde volvió Beatriz para hacerme la prueba.

- Samantha, según los resultados estarás así veinte días más o menos - me dijo - La primera semana reposo absoluto por lo que no podrás ir al Instituto ni a ningún lado, pero tendrás que hacer lo que manden igualmente - siguió - Aquí tienes un justificante, el cual le tienes que entregar a tu tutora para que sepa porque no vas a clase, como tu no puedes se lo das a alguien para que se lo de.

- Vale - le respondí

- Bueno, cualquier cosa me llamas, por cierto, Flavio a las 9 como tarde en casa que mañana tienes que ir a clase eh.

- Ya lo sé - dijo tímidamente

- Eso espero, dicho esto me voy - dijo mientras se iba.

Anaju y yo nos reímos.

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Hola,
Espero que os esté gustando.

Diferentes Pero Iguales - Flamantha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora