Diferentes Pero Iguales - Flamantha

12. Visita de Flavio

Narra Samantha

A la mañana siguiente el sonido del timbre me despertó.

Era la única que estaba en casa así que me tocaba ir a abrir.

Tardé cinco minutos largos en bajar con las muletas porque todavía no las dominaba.

Miré por la mirilla haber quien era y era Flavio, al verle me sorprendí, automáticamente abrí la puerta.

- Hola - dije tímidamente

- Hola Sam, ¿Puedo pasar? - preguntó

- Si, si claro - dije - ¿No tienes que ir a clase?

- Hoy es sábado Samanthi - dijo

- ¡Es verdad!

- ¿Cómo vas te duele? - preguntó

- No, no me duele, pero no puedo hacer nada y me aburro - dije

- Por eso he venido, para que no estés sola y no te aburras - dijo sonriendo

- Gracias - respondí sonriendo - vamos al sofá que me duelen las manos de las muletas

- Vale - respondió

Fuimos al salón y nos sentamos en el sofá.

- Tienes las manos muy rojas - dijo cogiéndome las manos

- Si, y duelen - dije poniendo un puchero

Me acarició las manos, cosa la cual agradecí porque me aliviaba un poco el dolor.

De repente sonó un móvil, era el mío.

Solté mis manos de Flavio y mire haber quien era.

*whatsapp*

Nick: Samantha ¿cómo estas?, me he enterado de que te has echo una esguince.

Me había olvidado de él. Y todavía no me había aclarado.

Samantha: Bien, en reposo absoluto en casa, gracias por preguntar.

Nick: Si quieres voy a tu casa para acompañarte.

Samantha: Tranqui, no estoy sola.

Nick: ¿Qué está Anaju?

Samantha: No

Nick: ¿Y quién está?

Dudé si decírselo o no, pero finalmente se lo dije.

Samantha: Esta Flavio

Nick: A, vale

Y ahí terminó la conversación.

- ¿Quién era? - preguntó Flavio

- Un amigo que me preguntaba como iba la pierna, por cierto, lo conoces - mierda no tenía que haber dicho eso último

- ¿Él del otro día, cuando lo del trabajo? - preguntó

- Si, él, pero solo es amigo eh - le aclaré

- Vale, vale - dijo

- Flavio, ¿tienes agua?,  es que tengo sed - dije para cambiar de tema

- No, pero si me dices donde está la cocina te traigo - dijo

- Bueno, voy yo, era por si tenías aquí - dije mientras me intentaba levantar

- No, tienes que descansar, ya voy yo - dijo impidiendo que me levantara

- Vale, es esa puerta de ahí - dije señalando la puerta de la derecha - en la encimera tiene que haber una cantimplora con agua azul que pone Samantha, cógela porfi.

Fue a por la cantimplora y volvió.

Me la dió y cuando se sentó nuestras caras quedaron a menos de siete centímetros, me miró para confirmar que podía besarme y sonreí.

Nuestras bocas se juntaron en un pequeño y dulce beso, sonreí y esta vez fui yo quien lo besé.

Nos separamos y para disimular mi emoción bebí un poco de agua.

- ¿Qué hora es? - le pregunté, con la prisa no había mirado la hora

- Son las dos y veinte de la tarde - dijo sonriendo

- ¿Ya? - dije asustada - Flavio, lo siento pero te tiene es que ir, mi madre tiene que estar al llegar, porque sale a las dos del trabajo.

- Vale, tranquila, ya me voy, pero no sin antes preguntarte una cosa - me dijo

- ¿Qué cosa? - pregunté con miedo

- Ese tal Nick con el que el otro día te vi besándote, ¿no será tu novio no? - preguntó

- No, no, estoy soltera - le dije - como dije antes es solo un amigo, pero al parecer le gusto, por eso me besó, no fue por otra cosa, aunque igualmente no quiero nada con él - ese fue el momento, en el que realmente me di cuenta de que no quería nada con él, yo lo que quería era estar con Flavio, al fin me había aclarado, o eso creía.

- Bueno, antes de que te vallas quiero hacer algo - dije - cierra los ojos.

Decidida me acerque a su boca y lo besé, él automáticamente abrió los ojos y me lo devolvió.

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Hola,
Espero que os guste.