Capítulo Once

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20 de Enero del año 2020

-¡Zack!-Se escuchó el gritó en el primer piso mientras estaba en mi cama recostado.

-Oye Zack. Vale te esta llamando.-Dijo Ian en susurros llegando a la puerta de mi cuarto, por lo que dirigi mi vista hacía él.

-Dile que ya voy.-Le dije con una sonrisa, a lo que él asintió mientras se iba.

Me puse mi chaqueta y me dirigi al primer piso. Al llegar a este sonreí al ver a Vale jugando con Michael.

-¡Y los autos avanzan hasta la línea de llegada! ¡El rojo toma la delantera! ¡Y M gana la competencia!-Gritaba Vale para después levantarse y tomar a Michael y levantarlo.-¡Has ganado!

-¡Gane! ¡Gane!-Celebraba mientras abrazaba a Vale con emoción.

**********

-¡¿En serio?!-Pregunté sorprendido.-¿No mientes?

-No, no lo hago. Mi etapa depresiva se acabó.-Me dijo con una sonrisa.-He botado todos los objetos con filo que tenía, y bien sabes que los cuchillos de la casa no sirven.-Dijo con una sonrisa.

-¿Hace cuanto tomaste esa decisión?-Le pregunté con una sonrisa.

-Hace dos días, pero no me he cortado desde hace mucho tiempo.-Me dijo ella con alegría.

-¿Cuanto exactamente?-Le pregunté.

-Llevo casi un mes.-Me dijo sonriendo mientras dirigía mi mirada inconscientemente a sus brazos.

Vale tenía los brazos igual de marcados que los de Ian. Ambos tenían cortes por todos lados, y al menos para mi, era horrible ver los brazos de Vale así de lastimados.

-Esta es la mejor noticia que me puedes traer.-Le dije acomodando mi cabello.-No sabes cuanto me tranquiliza que lo dejes.

-Lo quiero dejar mas que nada por ustedes.-Me dijo con tristeza.-Se que a Leila y a ti les duele que me lastime.-Me dijo con una leve sonrisa.

-Pues a Leila le duele, a mi me preocupa.-Le dije con seriedad.

-Pues tienes razón jajaja.-Río levemente.-Oye por cierto ¿Me puedo quedar esta noche aquí? Mi viejo no va a llegar a la casa.-Me preguntó con nervios, por lo que suspire.

-No deberías preguntar, simplemente dime 'Zack. Esta noche me quedo'.-Le dije con seriedad.-Esta es tu casa Vale. Tenemos un cuarto para invitados que puede quedar para ti en cada oportunidad que vengas.-Le dije con una sonrisa mientras desordenaba su cabello.-Siéntete en casa, en serio.-Le dije, para después levantarme de la silla.-Ahora vamos a almorzar.-Le dije, a lo que ella asintió para después levantarse y seguirme al comedor.

Todos estaban sentados con sus platos servidos, pero entonces me percaté de algo.

-¿Quién cocinó?-Le pregunté a Leila.

-Sam insistió en cocinar.-Dijo Leila con molestia.-Ella hizo el arroz, yo cocine la carne.-Me tense al escuchar aquello.

-Lo hice con todo el amor del mundo.-Dijo Sam con una mirada de desquicio.

-Leila, agradezco que hayas separado ambos platos.-Pensé mientras tomaba el tenedor y el cuchillo para empezar a picar la carne.-No vamos a caer en la trampa de Sam. De seguro esta loca le hecho veneno.-Pensé mientras veía que todos imitaban mi acción, incluso Sam.-La primera pista de que algo le hizo al arroz.-Pensé victorioso mientras comía con calma.

Todos terminamos de comernos la carne y ahora mirábamos en silencio el plato de arroz. Nadie sabía que hacer. ¿Comer o no comer? Creo que esa era la duda que todos teníamos en mente mientras observaba a Sam, quien nos miraba con una sonrisa de lunática.

-¡Mierda!-Pensé asustado al ver que Michael probaba una cucharada de arroz.

Silencio. Absoluto silencio. Nadie decía nada mientras observábamos la reacción del chico.

-¡Esta rico!-Gritó comenzando a comer como condenado.

-¡Bien!-Celebró Sam con alegría y un leve sonrojo en sus mejillas debido a la emoción.

-Espera ¿No lo envenenó?-Pensé sorprendido mientras veía que todos, ahora mas aliviados comenzaban a comer.

-Vaya Sam, en serio te ha quedado genial.-Le dijo Vale con una sonrisa, a lo que Sam simplemente le dirigió una mirada de tranquilidad.

-Fue mi primera vez en la cocina, me esforcé bastante.-Dijo ella con alegría, por lo que en ese momento ya decidí calmarme y comencé a comer aquel arroz, y tal como decían los demás, tenía un muy buen sabor.

Así paso la hora del almuerzo. Entre conversaciones y gritos de Sam.

**********

-¡Oye Vale!-Gritó Sam con una sonrisa mientras se acercaba a ella. Me sorprendía bastante que ahora se llevaran tan bien.

-¿Qué pasa?-Le preguntó.

-Bien. Como confío en ambos jejeje.-Su risa me daba a demostrar que algo le pasaba, y que era bastante interesante.-Les voy a decir que hay alguien que me gusta.-Escupi la bebida que tenía en mi boca debido a la sorpresa.

-¡¿Qué?!-Grité, a lo que Sam reía.

-Eso jejeje.-Dijo con una sonrisa de calma.

-Ahora entiendo porque su actitud ha cambiado tanto.-Pensé mientras la veía en silencio.

-¿Y quién es la afortunada?-Preguntó Vale con una sonrisa juguetona, a lo que Sam se sonrojó.

-Es Maka.-Me tense al escuchar ese nombre salir de sus labios.

-¿Le gusta Maka?-Pensé mientras la observaba hablar animadamente del tema.-¿En qué momento pasó aquello?-Pensé mientras sentía inquietud.-Me voy a mi cuarto.-Dije para después levantarme del sillón y me dirigi a mi habitación. Me encerré y me recosté en la cama.-Mierda.-Susurre.

Aquella noticia en serio me había tomado por sorpresa. A Sam le gustaba alguien, y para variar era la misma persona que me gustaba a mi.

-Ya perdí la batalla mucho antes de comenzar.-Pensé mientras miraba el techo, y por primera vez en varios años de mi vida, una lágrima cayó por mi mejilla.-¡No Zack! ¡Tu no lloras!-Me critiqué con rabia, secando aquella lágrima con el dorso de mi mano.-Eres fuerte Zack, y las lágrimas no forman parte de tu vida.-Pensé levantándome de la cama para después, debido a la ira, comenzar a golpear las paredes sin parar.

Estaba cegado. Cegado por un amor que sabía que jamás se cumpliría.

El Hombre De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora