Capítulo Veintitrés

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15 de Febrero del año 2020

Estábamos durmiendo plácidamente en mi cama. Sabía que Sam me estaba abrazando y era bastante relajante, pero entonces aquellas pesadillas volvieron.

Sentía como las manos de aquél tipo apretaban mi cuerpo fuertemente mientras cometió aquél acto que tanto había marcado mi mente, sentía miedo y no sabía que hacer para alejarlo de mi cuerpo, pero no podía, no se alejaba.

-Ayuda.-Pensaba mientras de mis ojos salían lágrimas, en serio quería que este chico parara.-Ya no puedo...ya no quiero.

-¡Zack despierta!-Escuché el grito de Sam mientras me sacudía. Abrí mis ojos sorprendido y sentí el sudor en mi rostro. Frío.-¿Estás bien?

No respondía, estaba en shock, no era capaz de decirle nada. Estaba temblando mientras sentía esas manos tocando mi cuerpo.

-Zack, calmate.-Me dijo esta vez acariciando mi rostro y obligándome a mirarla a los ojos.-Tienes miedo.-Me dijo con una leve sonrisa.

-Lo siento.-Le dije al percatarme de que la había despertado, a lo que se molestó.

-No digas eso idiota, me preocupas, y si desperté fue por preocupación.-Dijo molesta para después besar mi frente.-Tu amiga Sam te va a proteger ¿Si?

-Sam, no es necesario que lo hagas.-Le dije molesto, a lo que ella suspiró.-Sam, soy él que esta a cargo de esta casa. Soy el pilar de cada uno de los integrantes, no puedo dejar que alguien más se preocupe por mi.-Le dije, a lo que Sam me dio una cachetada en mi mejilla derecha.

-¡No seas idiota!-Me crítico molesta mientras me observaba con ira.-Que seas el pilar de la casa no quiere decir que no necesites ayuda.-Me dijo, a lo que negué.

-Sam, tu no entiendes.-Le dije, a lo que comenzó a jugar con una mecha de su cabello.

-Si entiendo Zack, pero el problema es que estar a cargo de todo esto es una gran carga, debes dejar que te ayude.-Me dijo, a lo que evité mirarla a los ojos.

-Sam...no quiero hablar de esto ¿Si?-Le dije, a lo que ella solo agachó la mirada.

-Entiendo.-Susurró para después recostarse en la cama nuevamente.-Trata de dormir otro poco.-Susurró para después simplemente quedarse en silencio.

**********

Me levanté lentamente y comencé a vestirme. Dejé a Sam tapada debido a que se había descubierto, y como dormía en ropa interior prefería que no existiera el riesgo de que la encontrarán así en la cama.

-Hola.-Saludé a todos los que estaban abajo, quiénes me saludaron de vuelta.

-Oye Zack.-Me habló Juliette, pero yo simplemente la ignoré.-Zack, por favor escúchame.-Dijo ahora tomando mi mano para detenerme, pero yo la aparté de inmediato.

-Aléjate, ya te dije que no te quiero cerca.-Le dije firmemente y con frialdad, a lo que ella agachó su mirada y suspiró.

-Entiendo.-Me dijo para después alejarse de mi.

-Bien hecho Zack.-Me dijo Leila con una sonrisa.-Esta bien que te des a respetar.

-¿Y eso?-Le pregunté sorprendido.-Es raro que me apoyes con una decisión así.

-Tienes pareja y ella te esta molestando demasiado.-Dijo con simpleza mientras preparaba los huevos revueltos.-Así que es mejor que la alejes un poco de ti.

-Gracias por apoyarme en esta decisión -Le dije, a lo que ella asintió con una sonrisa.

-Tu sabes que siempre te voy a apoyar Zack.-Me dijo con calma, a lo que asentí.

-Gracias.-Dije nuevamente para después servirme el café y comenzar a tomarlo.

**********

-¡Ya llegó la reina de la casa!-Gritó Sam bajando con mucho ánimo las escaleras, a lo que todos la observamos con gracia.

-Buenas tardes.-Le dije al ver la hora y darme cuenta de que eran las doce con veinte.

-Vaya. Es bastante tarde.-Dijo mientras jugaba con su cabello.-Por cierto Leila.-Dijo acercándose a ella y jugando con su cabello, para después acercarse a su cuello y besarlo.-Buenas tardes Leila.

-Sa...Sam.-Dijo Leila en un leve gemido, a lo que se tensó.

-¿Y esto?-Pregunté sorprendido viendo el como ambas se miraban de manera coqueta y con deseo.

-Oh, pues decidimos tener esta clase de relación como para olvidar el hecho de que la persona que nos gusta no nos va a dar una oportunidad.-Dijo Sam con simpleza, dejándome sorprendido.

-Leila...¿Tu?-Ella asintió.-Espera, no lo entiendo.-Dije intentando asimilar la información.-La católica ¿Con la satánica?-Pregunté mirándolas, a lo que ambas asintieron.-Pero se llevan mal.

-Nos llevábamos mal.-Corrigió Sam.

-Leila...creí que para ti esto seria un pecado.-Susurre, a lo que Leila se tensó.

-Zack...sigo pensando así, pero no puedo hacer nada.-Dijo sonrojada, dejándome intrigado.-A partir de hoy...Sam es mi pecado, y no me molesta ser una pecadora por ella.

-¿Será que en realidad le esta gustando?-Pensé sorprendido, a lo que observaba como esas dos se besaban.

-Pero bueno, las felicito.-Dije alegre, a lo que ambas se miraron con una sonrisa.-Al menos serán felices de una u otra manera.-Les afirmé, a lo que Sam asintió.

-Eso espero.-Dijo guiñandome un ojo para después abrazar a Leila y acercarla de la cintura.

**********

El resto del día se paso en juegos y risas como era de costumbre, mientras Vale lo único que hacía era jugar con Michael y Juliette.

Juliette, esa clase de mujer que nadie pensaría que podrá hacer cosas malas, yo solo la juzgaba por un error, y tenía mis razones para aquello, no obligaría a que el resto la odie ni nada, eso quedaba en su decisión.

-Leila...tengo que hablar contigo.-Dijo Juliette, a lo que Leila sonrió y asintió.-En privado.-Dijo, a lo que esta vez Leila se puso mas seria y la llevó al segundo piso, lo mas obvio, a su habitación.

-¿Qué querrá hacer?-Pensé mientras observaba a los demás.

Sinceramente...Jamás pensé que ese sería el inicio de todo. Nunca se me había pasado por la cabeza.

El Hombre De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora