Capítulo Cuatro

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1 de Enero del año 2020

Me levanté del suelo completamente mareado, literalmente me sentía cansado.

-¡SIGAMOS FESTEJANDO!-Gritó aquella maldita rubia mientras tomaba otra botella de vodka y la abría.

-¡¿De donde mierda saca tanta energía esta mujer?!-Me pregunté mientras me reincorporaba en el sillón.

-¡Fiesta fiesta! ¡Pluma pluma gay!-Suspire. Esa mujer en serio era bastante loca de repente.

Estaban todos levantándose y entonces vimos a Leila abrir la puerta de entrada. Al abrir la puerta logramos ver a Vale.

-¡Hola chicos!-Gritó con alegría abrazando a Leila, quién la abrazo con gusto y cariño. Esa mujer en serio quería a Vale.

-Oh. La mocosa.-Dijo Sam con seriedad, para después suspirar e irse sola, alejándose de nosotros y llevándose la botella.

-Oh. A pesar de todo aún no me quiere hablar.-Dijo Vale una vez se alejo de Leila.

-Déjala mi niña, sabes como es Sam.-Dijo Leila.-Tienes que darle tiempo.

-Si. Tienes razón.-Dijo Vale con una leve sonrisa.-Espero en serio podamos llevarnos bien.

-Tranquila Vale. Yo sé que podrán.-Dijo Michael con alegría mientras movía sus pies con diversión.

-Si pequeño. Tienes razón.-Vale se acercó a él y lo abrazó.-Feliz año nuevo mocoso inquieto.

-Feliz año Vale.-Dijo el muchacho con cariño mientras respondía al abrazo. Ese muchacho en serio quería bastante a Vale.

-Oye Zack.-Vale me miró con curiosidad.-¿Me dejarás abrazarte?-Me preguntó, por lo que le dediqué la peor de mis miradas.-Ok. Eso definitivamente es un no.-Contestó nerviosa.

-Zack, no deberías mirarla así.-Me crítico Leila mientras me miraba con las manos en su cintura.

-Ella conoce las reglas, sin contacto.-Dije con seriedad para después suspirar.-Vale. Feliz año nuevo.-Dije simplemente para después desordenarle el cabello, el cual ahora era demasiado corto y con un rapado en el lado derecho.

-¿Por qué me desordenas el pelo?-Me preguntó con un puchero para después acomodarse el cabello.

-Esa es la única muestra de afecto que te puedo dar. Mas no puedo hacer y lo sabes.-Le dije con seriedad, a lo que ella sonrió.

-Y créeme, para mí es un gesto genial.-Dijo alegre.

-Oh. Jejeje.-Dije algo frío.-¿Como es que puede sentirse feliz por un gesto tan mínimo?-Pensé con curiosidad.

-¿Y donde está Ian?-Preguntó Vale, a lo que Leila se tensó.-¿Qué paso?-Preguntó preocupada.

-Mi niña. Ian esta en su cuarto, ésta algo mal.-Le dijo con una mirada de tristeza, a lo que Vale se alertó y corrió escaleras arriba, directo al cuarto de mi hermano.

**********

Pasaron al menos unas dos horas en ese lapso en el que Vale había ido a ver a Ian. Realmente ese muchacho estaba muy mal. Se había vuelto a cortar y había perdido bastante sangre.

El Hombre De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora