☀21. Irónico.

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Existe un momento de nuestras vidas donde debemos aceptar realidades

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Existe un momento de nuestras vidas donde debemos aceptar realidades. Detenernos para analizar el entorno; ver los colores alcanzables por nuestra vista, oler los innumerables aromas que ofrece el viento, sentir las emociones que nos proporciona el nuevo día. Luego de parar nuestro motor —que va a toda velocidad—contemplamos estos segundos de calma, listos para la próxima carrera. Lo complicado es cuando deseas quedarte en esa estación y no avanzar al próximo destino. 

¿Qué es la realidad? Eso que tanto duele pero que a todos nos llega, de buena o mala manera. Esta es mi realidad pero no estoy dispuesta aceptarla, aún no. 

—¿Qué ves?—Me pregunta Alex mientras nos bajamos del puente para pisar el puerto de Santa Lucía. Alessia dirige su mirada hacia donde veo yo y lo comprende en instantes. 

—A ellos dos.—No señala a Alonso ni a esa chica con peculiar ropa. 

—Oh... ya entiendo.—Comprende Alex sin volver  a mencionar una palabra. 

—Adelántense y pidan un taxi.—Les informo alejándome de ellos, caminando con paso seguro hacia Alonso. 

¿Qué estoy haciendo? 

La chica rubia que lo acompaña se aparta unos metros cuando me ve acercar. Es mucho más baja que yo y parece solo una niña. En cambio yo parezco la ex loca que va a montarle una escena de celos. 

¿Qué cosas no? 

—Te vi botar mi carta. No tuviste que ser tan grosero conmigo.—Digo despacio frunciendo el ceño mientras que Alonso ve el mar. ¿Se atrevió a darme la espalda?—Estoy hablando contigo.—Insisto. 

—Estuvo mal de mi parte, lo sé. Pero mi intención no era que lo vieras.—Se excusa. 

—¿Entonces cuál era tu intención? —Le pregunto molesta. Alonso se quita los lentes de sol y me mira directo a los ojos. 

Dios no me mires así, por favor.

—Ninguna. ¿Está bien? No es como que planeara encontrarme contigo en la terraza junto a Ezrael.—Suelta molesto apretando sus puños. 

—¿Me estabas espiando?

—¿Qué?—Me mira desconcertado.—Claro que no. Luego de leer tu carta empecé a caminar y a pensar pero luego te vi sentada de lo más tranquila con un agresor—Levanta la voz y lo obligo a caminar unos metros más para no llamar la atención de las personas—y dije "Al diablo. Ella ya no necesita nada de mí"—Termina. 

¿Es posible que Alonso esté celoso? o ¿solo es preocupado por mí porque hablé con un hombre que me hizo tanto daño? Creo que un poco de ambas. 

—Escúchame.—Agarro sus manos echas puños para intentar tranquilizarlo. Sus mejillas se empiezan a poner rojas del cólera.—Encontrarme con Ezrael también fue una coincidencia. Quiso hablar conmigo en un lugar con personas por lo que fuimos a cubierta de la piscina. Se disculpó conmigo y practicamos algo que nos enseñaron nuestros terapeutas. Se llama "el arte de dejar ir". Estoy libre de él. He cerrado ese ciclo.—Alonso suelta nuestras manos. 

Amarte en pedazos. [Completa ✔️][Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora