Alquimia De Vapor

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Alquimia de vapor de LibertyLand4

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Alquimia de vapor de LibertyLand4

Ya casi terminaba la tarde en Londres, el sol estaba en el punto perfecto para los artistas que, antaño, disfrutaban de colorear y contornear los bellos paisajes de aquella ciudad que, por la gracia del cielo, pudo sobrevivir a las más grandes catástrofes de la humanidad.

Salvo una, la que estaba gestándose en ese instante.

La industria había avanzado mucho, el negocio de las máquinas de vapor era todo un éxito y, al parecer, científicos como Angus Bland no habían tenido escrúpulos a la hora de expandirse sobre todo lo existente.

Por un momento, pareció un sueño hecho realidad, todos los gobiernos estaban boquiabiertos frente a los avances científicos con el vapor como fuente principal de energía. Se había vuelto una interesante dependencia, todos querían más, los ingenieros y científicos tenían más opciones, cada una de sus maquinaciones, fantasías y diseños más locos se hicieron realidad en cuestión de años, incluso meses en algunos casos.

Toda esa tecnología, todo ese avance y esa maravilla de posibilidades, todo ese poder cegó al mundo; cambió la sociedad, la carrera armamentística y de infraestructura internacional terminó con grandes guerras que sólo buscaban apoderarse de las principales fuentes de madera. Un material excepcional, barato y abundante, reciclable y renovable, uno que fue deteriorándose, perdiéndose y disminuyendo hasta finalmente extinguirse.

Los metales fueron lo siguiente, nuevas formas de fundición y aleación parecieron abrir puertas imposibles hasta el momento. La euforia del poder estaba en todos los habitantes de la tierra. Nadie notó el cambio, cuando las tardes dejaron de ser naranjas para volverse grises, cubiertas por la niebla que dejaba el vapor de agua.

Iba más allá de lo meramente estético o los recursos disponibles. El clima se vengaba de los humanos, una y otra vez; terremotos, tsunamis, tornados en lugares inusuales, cambio de los vientos y heladas inesperadas aparecieron.

Los asentamientos terrestres ya no duraban nada, eran efímeros, la naturaleza se vengaba de la humanidad casi diariamente hasta que, finalmente, los humanos se dieron cuenta de que ya no valía la pena continuar ahí.

Angus se lamentaba por la tierra diariamente, añoraba los viejos páramos donde solía ir a descansar junto con su amada antes de que un terremoto se la llevara. Extrañaba el cielo azul que ya desde su niñez no había vuelto a ver.

Él tuvo la "bendición" de nacer durante la revolución industrial. Sus padres, de buen pasar económico, le pudieron pagar una buena universidad y, finalmente, se volvió un inventor muy famoso siendo uno de los diseñadores principales del gran crucero "Noe"; un barco volador, según las palabras de la prensa, que sería capaz de sacar a la humanidad de la tierra, muy lejos de aquel infierno al que alguna vez habían llamado hogar.

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