¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Despertar en los brazos de Youngjo se había vuelto una costumbre, tanto, que cuando no dormía en su departamento con él, a Hwanwoong le era imposible caer dormido, aunque estuviera muy cansado, sino que hasta altas horas de la noche se dormía. Y cuando despertaba, la energía en él era nula.
Ese era uno de esos días, despertó de no muy buen humor hasta que su novio llegó con el almuerzo.
— Youngjo.— Habló quedito, pues no estaba seguro de lo que iba a decirle.
— ¿Mm? — Hizo un sonido mientras su vista se enfocaba en la televisión frente a él, pero al no tener respuesta del menor, volteó a verlo. — ¿Que pasa, Woongie?.
— Múdate conmigo, por favor.— Soltó con rapidez mientras apretaba sus ojitos.
A Youngjo le sorprendió la petición del menor, por lo que se quedó unos segundos pasmado, pensando en cómo serían los días junto a Hwanwoong. Despertar abrazados, ir a la universidad, cocinar, dormir juntos a diario, y una gran sonrisa se instaló en su rostro. Hwanwoong poco a poco abrió sus ojos, observando al mayor sonreírle.
— De acuerdo, dime cuándo es conveniente que traiga mis cosas.— Hwanwoong chilló emocionado, mientras se tiraba encima del mayor a repartir besitos por toda su cara.
— Gracias, gracias, gracias, amor.— Hwanwoong se levantó presuroso dejando a un Youngjo riendo por las acciones de su novio. — Vamos, levántate. Hoy mismo traemos tus cosas.—
Y así es como fue un largo día de una mudanza improvisada.
— Es lo último.— Dijo Youngjo mientras se limpiaba el sudor con el dorso de su mano, a lo que Hwanwoong tomó un pañuelo y comenzó a secar el sudor de su Hyung con delicadeza.
El mayor había traído lo más importante con él; su ropa y accesorios se encontraban en la habitación del menor y algunos objetos de uso personal en el baño. Hwanwoong desocupó la habitación que tenía de sobra para convertirla en un pequeño estudio y que ahí Youngjo pudiera colocar sus instrumentos musicales.
— Estoy ansioso por que me muestres alguna de las piezas que has hecho.
— Puedo tocarte algo en el piano.— Los ojos de Hwanwoong brillaron de la emoción y tomó asiento en el piso, mientras que el mayor se preparaba para tocar algo para su novio.
La suave melodía empezó a sonar por la habitación, entrando delicadamente en los oídos del menor, viendo como las manos de Youngjo se movían con parsimonia a lo largo del piano. Hwanwoong cerró sus ojos disfrutando de la delicada pieza que el mayor tocaba, y aunque no tuviera letra, se sentía como una canción de amor.
Fue entonces que Hwanwoong se dio cuenta de lo mucho que amaba al mayor. En tan poco tiempo de haberlo conocido, se rindió ante él. Al principio tenía miedo; miedo de engancharse con una persona y que al final, lo terminara botando.
