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Hwanwoong se preguntaba cómo habían terminado así.
Hwanwoong sentado encima de Youngjo, semidesnudos.
Ambos chicos se encontraban, como ya era costumbre, en el departamento del menor, sentados alrededor de la mesa junto con los libros y útiles del rubio. Originalmente, tenían planeado estudiar un poco y luego ir al sofá a darse mimos; pero todo fue completamente distinto.
— A-ah, Youngjo.— Gimió el menor mientras sentía como Youngjo besaba la parte trasera de su cuello, dirigiéndose hacia su espalda desnuda dejando leves mordidas de vez en cuando.
— ¿Qué sucede, bebé? — Inquirió el mayor tomando fuerte de las caderas al rubio, frenando cualquier movimiento del menor sobre su miembro.
Soltando un suspiro, dijo: — Vamos, por favor.
— ¿Por favor, qué? — Youngjo disfrutaba de hacer que el menor perdiera la paciencia. — Si no me dices que quieres, yo no sabré que darte.— Dijo de forma inocente el mayor, sabiendo qué era lo que Hwanwoong quería.
— Por favor.— Lloriqueó el menor. — Te quiero dentro.— Pidió suplicando.
Complacido por las palabras del rubio, dijo: — Bien, pero hay una condición.
— ¿Qué? — Hwanwoong no estaba para condiciones. Él solo quería la polla de Kim dentro de él mientras lo follaba duro.
- Tendrás que terminar un ejercicio. -
— ¿Bromeas? — Bramó el menor. — No podré concentrarme en estas condiciones.
— ¿Qué condiciones, querido? — Preguntó Youngjo tomando del mentón a quien se encontraba encima de él, haciendo que lo mirara. — Solo estás sentado en mi dura polla, Woongie. Considéralo... Trabajo bajo un poco de presión. — Depositó un casto beso en los suaves labios de su novio, mientras tomaba una libreta y escribía el ejercicio.
Youngjo se recargó en el respaldo de la silla mientras observaba a Hwanwoong resoplar. Tenía que encontrar la manera en que el chico estudiara más rápido, pues el tiempo se les venía encima. Se dedicó a admirar al contrario que se encontraba recargado en la mesa, resolviendo de forma rápida lo que le habían encargado.
Recorrió su cuerpo trazando líneas sin sentido en la espalda de Hwanwoong. Observó su pequeña cintura que tanto amaba apretar mientras tenían sexo y notó cómo habían unas pequeñas marcas rojizas en esa área, sonriendo satisfecho. Por último, observó el trasero respingón del menor y según él, no estaba tan excitado, pero al ver cómo encajaban el trasero de su novio y su miembro erecto, se arrepintió de haber hecho que Hwan resolviera ejercicios matemáticos.
Un poco frustrado, se acercó a ver cómo iba el menor, dándose cuenta de que en realidad trabajaba rápido y bien, así que, sonriendo, le dijo:
— Vamos, puedes hacerlo más rápido.— Ya estaba impaciente, necesitaba enterrarse en su bebé.
