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El cumpleaños de Hwanwoong estaba a la vuelta de la esquina y eso tenía a Youngjo corriendo por todos los lugares favoritos del menor buscando un buen regalo para el rubio. Debía de ser un cumpleaños especial e inolvidable por lo que en secreto, cinco chicos se reunieron sin avisarle a Hwanwoong por obvios motivos a planear una pequeña fiesta sorpresa.
Para su suerte, a Hwanwoong le tocaba trabajar el día de su cumpleaños por lo que aprovecharían ese momento para poder organizar y decorar el departamento del rubio sin que se diera cuenta. Hwanwoong estaba en extremo estresado por la presión del examen final y si bien ya tenía los temas cubiertos, aún se sentía inseguro sobre sus procedimientos y respuestas, por lo que no tuvo la mínima sospecha sobre lo que sus amigos y novio planeaban para él.
Faltaban exactamente cuatro días para el cumpleaños del rubio y Youngjo aún no sabía que regalo darle. Pensó en comprarle unos lindos zapatos que combinaran con la mayoría de sus jeans, pero recordó que tenía muchos pares. Después quiso comprarle una colonia pero no quería que Woong oliera diferente a lo que estaba acostumbrado por lo que descartó la idea.
Llamó a sus amigos para saber cuáles eran sus presentes hacia su novio. Dongju mencionó que le había comprado un sombrero junto a Geonhak, Keonhee y Seoho decidieron comprarle unas tiernas pantuflas con estampados de maníes, pues era uno de los tantos apodos que tenían para el rubio. Youngjo suspiró exasperado pues quería que su regalo fuera el mejor.
— ¿Por qué estás enojado? — Preguntó Hwanwoong mientras envolvía la cintura del pelinegro en un abrazo, recostando su cabeza en el pecho contrario.
— Por nada con importancia.— Youngjo se espantó por un momento pues casi lo descubría.
— ¿Seguro? — Hwanwoong no estaba conforme con la respuesta de su novio, lo había escuchado bufar sonoramente varias veces.
— Si, bebé.— Youngjo le regaló una acaramelada sonrisa que hizo sonreír también a Hwanwoong con tranquilidad.
Después de eso, el pelinegro intentó ser más discreto en cuanto a expresar su frustración, además de que le preguntaba por alguna cosa que quisiera o necesitara pero el rubio simplemente respondía con un "No necesito nada" o "Creo que tengo todo lo que quiero", cosa que no lograba relajar a Youngjo.
Ahora el tiempo se le venía encima, faltaban dos días y seguía sin encontrar el regalo perfecto hasta que pasaron cerca de una propuesta de matrimonio en público donde él chico le cantaba a su prometida y decidió que le cantaría una canción cuando todos se fueran de la fiesta sorpresa. Con esa idea en mente, afirmó el agarre de su mano con la de Hwanwoong y caminó más emocionado que nada hasta su hogar.
Finalmente, había llegado el día en el que Hwanwoong cumpliría 20 años y Youngjo estaba demasiado nervioso esperando que todo saliera tal como lo habían planeado con anticipación. Pero al parecer ese día no iría del todo bien para su plan.