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Estaban a un día de presentar el examen final de matemáticas y Youngjo ya no sabía que hacer para que Hwanwoong dejara de llorar por los terribles nervios que tenía el pequeño rubio.
Hwanwoong se encontraba en la cama cubierto hasta el cuello con cobijas y encima de él llevaba una sudadera con la capucha que tapaba su cabeza mientras dejaba que las lágrimas se deslizaran por sus mejillas sonrosadas.
— Bebé.— Llamaba Youngjo intentando abrazar a Hwanwoong, pero solo se alejaba para seguir llorando, acto que destrozaba el corazón del pelinegro.
— Todo saldrá bien, cariño.— Habló de nuevo con voz tranquila. - Has estudiado duro y puedes manejar cualquier tema que venga con cualquier ejercicio.
Hwanwoong lo miró por cortos segundos antes de gatear hasta él y abrazarlo por el cuello con aún lágrimas recorriendo sus mejillas y terminando en uno de los hombros de Youngjo. El pelinegro lo envolvió en un cálido abrazo mientras sobaba su espalda y lo mecía de un lado a otro como si de un bebé tratase.
— ¿Quieres salir? — Preguntó el pelinegro. Hwanwoong simplemente asintió y se quedaron un rato en esa posición hasta que el rubio se separó y besó los labios de Youngjo, sonriéndole al momento en que se levantaba a ducharse y arreglarse para salir.
Hwanwoong creyó que irían por ahí a comer y después caminar un rato con algún helado. Pero Youngjo se encargó de hacer sentir mejor a su novio y lo llevó al centro comercial más grande que había en la zona.
Primero fueron a un buen restaurante para tener una gran comida que dejó a Hwanwoong bastante lleno. Después de caminar un rato alrededor, Youngjo se detuvo en una heladería donde compraron dos ricos conos, uno con helado de fresa y otro con helado de vainilla y continuaron con su caminata tomados de la mano mientras comían cada uno de sus respectivos helados.
Llegaron a una gran tienda de ropa donde entraron y compraron algunas nuevas prendas, entre ellas un juego de sudaderas que hacían pareja. Al principio Hwanwoong no estaba muy seguro de la forma en la que el diseño se adaptaba a él, pero después de ver a Youngjo con una sonrisa mientras se miraba en el espejo con la sudadera puesta, decidió comprarlas. Cuando salieron de la plaza, comenzaba a oscurecer.
El clima de la temporada variaba entre calor por el día y amenazas de lluvia en las tardes por lo que comenzaba a sentirse frío y Hwanwoong pensó en que no pudo haber tenido mejor idea que comprar las sudaderas. Así que se dirigieron a un pequeño puesto donde vendían café y con sus sudaderas a juego, partieron hacia su casa.
Hwanwoong se aseguró de colocar bien la alarma a pesar de que el examen era unas horas después de su primera clase; también preparó lo necesario en su mochila y se dió un largo baño tranquilizante. Al salir de la ducha, Youngjo ya lo esperaba en la cama para poder dormir.
El verdadero día había llegado y Hwanwoong iba repasando en su mente algunos de los conceptos clave mientras caminaba junto a Youngjo hacia la universidad. Las ventajas de haber dormido bien la noche anterior y levantarse temprano era que podían tener un lindo paseo matutino hasta que llegaran a la escuela.