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La fecha para recibir los resultados de la prueba final de matemáticas que Hwanwoong había presentado era el mismo día que el cumpleaños de su novio.
Hwanwoong había planeado una cena en algún buen restaurante en compañía de sus amigos, por lo que con anticipación había llamado para agendar una reserva para ese día.
Mientras tanto, aún continuaba con su trabajo de ponerse en forma pues eso era parte del regalo de Youngjo y desde hacía un buen tiempo fue que comenzó a hacerlo.
Porque si de gustos a la hora de intimar hablaban, Hwanwoong sabía con mucha precisión los de su novio. Había notado la manía de Youngjo sobre acariciar constantemente su cintura o abrazarlo por esa parte la mayoría del tiempo.
También notó las marcas continuas que tenía en su cintura después de varias rondas de sexo. Y Hwanwoong no se quedaba atrás, pues amaba que Youngjo lo tomará fuertemente de esa parte de su cuerpo, logrando dejar sus dedos plasmados en su nívea piel.
Youngjo estaba muy emocionado por la cena que tendrían en unos cuantos días.
— Aprovecharemos para celebrar que has sacado una excelente nota en el examen de matemáticas que hiciste.— Decía mientras daba pequeños brincos en su lugar, mirando con un gran brillo en los ojos que hacía sonreír enternecido a Hwanwoong.
— Suponiendo que me irá bien, cariño.— Hwanwoong resopló y se dejó caer en el sofá frente a la televisión. La espera por su nota lo mantenía estresado, aunque ya no del mismo modo que cuando lo iba a presentar.
— Bebé.— Llamó Youngjo. — Saldrás bien, confía.
Hwanwoong le regaló una linda sonrisa, el pelinegro se sentó en un extremo del sofá palmeando uno de sus muslos invitando al rubio a recostarse en él mientras encendían la televisión y pasaban el resto de la tarde viendo sus programas favoritos.
Hwanwoong también tenía planeado llevar a su novio a una gran tienda que sabía sería su lugar favorito, por lo que cuando subieron al taxi, Hwanwoong le pasó una venda para los ojos y unos auriculares a Youngjo y así lograr que el viaje sea un misterio.
— ¡¿Ya casi llegamos?! — Gritó Youngjo hacia Hwanwoong en el coche. Hwanwoong rió por la constante inquietud de su novio. Quitó uno de sus auriculares y habló.
— Ya casi, se paciente.
Finalmente, el carro se detuvo. Hwanwoong se encargó de pagar y bajar de dónde viajaban primero para después tomar a Youngjo de la mano y ayudarlo a descender.
Comenzaron a caminar y Youngjo apretaba con algo de la fuerza la mano de su novio, temiendo caerse mientras caminaba. Hwanwoong se detuvo y decidió que cambiaría la forma de conducir a su gran novio pelinegro.
Hwanwoong tomó ambas manos de Youngjo y se dió la vuelta, dándole la espalda al mayor y afianzó el agarre de Youngjo en sus hombros, caminado de esa forma hasta que llegaron al lugar donde Hwanwoong iba a gastar una gran parte de sus ahorros en su novio.
