—Quiero amarte.— Susurra.
Me separo rápidamente de ella asustado y lo único que alcanzo a decir es:
—Samantha, no debimos...
—Aunque nos separemos y tomemos caminos diferentes, aunque pase mucho tiempo o nos perdamos, te prometo que nos volveremos a encontrar, puedo esperarte por siempre.—Dice todavía cerca de mí. —Ahora eres mío.
Siento como todo mi rostro se enrojece así que volteo mi cabeza hacia otro lado. Ella se ríe ante mi desgracia y me golpea fuerte el hombro.
—¿Por qué te sonrojas tan a menudo?— Pregunta de la nada.— Me hace querer besar cada una de tus pecas.
Su confesión me recuerda un pecado pasado por lo que me obligo a mí mismo a admitirlo.
—Samantha, tengo algo que decirte.— Acomodo mis piernas de tal manera que estoy arrodillado frente a ella. —Cuando aún no podías recordar nada, yo te besé sin tu consentimiento. Lo siento mucho. No debí hacerlo.
—¿Yo qué hice? ¿Te aparté de inmediato?
Trato de traer a mi memoria lo que pasó después y digo: —Te besé por varios segundos, luego cambió la escena.
—Entonces yo también quería hacerlo.— Finalmente admite.
—¿Qué?— Pregunto frunciendo el ceño.
—Yo también quería que me besaras, si no te hubiera apartado. Eso mismo hizo Dylan y lo empujé de inmediato. Si duró tanto el beso es porque quería que lo hicieras.
Asiento lentamente pero no puedo contener una sonrisa tonta formada en mi rostro. Cae la noche y numerosas estrellas iluminan el cielo, las observo atento hasta que Samantha toma mi mano en un descuido. Nos acostamos en una manta y contamos cada estrella que nos acompaña, luego ella me relata diferentes historias de su vida mientras la escucho en silencio. También quisiera contarle mi vida pero no recuerdo nada, sin embargo, aunque no tengo un pasado que compartir con ella, le prometo que estará en mi futuro.
Abro mis ojos y estoy en una nueva escena. La cafetería está repleta de alumnos agrupados en mesas, busco alrededor y me entristezco cuando no encuentro a Samantha. Me ruge el estómago así que me dirijo al mostrador en busca de algo que comer, espero varios minutos pero la señora que sirve la comida nunca llega, entro a la cocina y tampoco encuentro nada.
—¡Maldito escritor! Los extras también comemos.— Exclamo con un puño levantado.
—Tobby.— Dice saliendo repentinamente Rose. —Te estaba buscando, ven.—Atrapa mi mano y me lleva casi a la fuerza. En nuestro camino observamos a Dylan haciendo pública su relación con Samantha, Alisson empuja a unas cuantas chicas al enterarse y los demás aplauden ante la noticia. Ruedo los ojos, solo falta que empiecen a cantar encima de las mesas.
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EXTRAordinario
Fiksi Remaja«Él era solo un extra. Ella, un ordinario personaje principal. Juntos eran EXTRAordinarios». ¿Qué harías si descubrieras que eres, de hecho, un personaje de un libro? ¿Y un personaje extra además de eso? Bueno, eso es lo que estoy viviendo. No se co...