ᴠᴇʀɢüᴇɴᴢᴀ ᴀʟ ᴀᴍᴏʀ || Noen Eubanks

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Lección aprendida

Tatiana's pov

Estaba escuchando música tranquilamente en mí casa hasta que sentí que alguien golpeaba la puerta, me levanté y era mí mamá.

—Tatiana, te la pasas todo el día encerrada en tu habitación. En un rato voy a salir, así que arreglate porque vas a venir conmigo .– no me dejó responder y se fue.

La verdad es que mí mamá tiene razón, la mayor parte del tiempo estoy en mí habitación claro cuando no estoy en la escuela. Así que me cambie la ropa con algo sencillo pero lindo y me maquillé un poco. A los minutos ya estaba en el auto con mí mamá.

—¿A dónde vamos? .– pregunté cuando ella encendió el auto.

—Tengo que ir a pagar unas cuentas y después vamos a ir al centro comercial .– respondió y yo asentí con la cabeza.

Estuvimos como una hora para hacer todas esas cosas hasta que fuimos al centro comercial, miramos un par de tiendas hasta que mí mamá me obligó a probarme un vestido.

—¿Ya terminaste de probártelo? .– me preguntó intentando abrir la cortina pero yo la agarre con la mano.

—Ya casi termino, no me abras la cortina .– hablé cansada, cuando termine de probármelo me mire al espejo y no me quedaba tan mal.

Abrí la cortina y mí mamá ahora estaba en la punta de la tienda mirando cualquier cosa.

—Mamá vení .– la llame, ella se acercó y me miró.

—Te queda hermoso .– sonrió — ¿A vos te gusta? .– me preguntó.

—Si, supongo .– sonreí.

Al final terminamos comprando el vestido y cuando estábamos saliendo de la tienda mí mamá me habló.

—Mira Tatiana ¿ese no es Noen? .– mire para el lado en que ella lo vio y efectivamente era el.

—Si, es el .– sonreí al verlo tan hermoso como siempre.

—No sabía que el tenía novia, es muy linda .– habló y lamentablemente el estaba con Abby, mí mamá tenía razón ella estaba muy linda como siempre no como yo que me veo mal con casi cualquier cosa.

—No, es la novia son amigos .– hablé cansada.

—¿Y no lo vas a saludar? .– me preguntó.

—No, se ve muy ocupado .– hablé cuando ví como el y Abby se reían mientras hablaban, se veían muy felices no quiera interrumpirlos.

[...]

Al rato ya estaba acostada en mí cama otra vez sin hacer nada más, estuve así como por media hora hasta que mí mamá entro a mí habitación.

—Ya está lista la comida .– me avisó.

—No tengo hambre .– respondí.

—Tu papá hizo papas fritas .– intento convencerme.

—Igual no quiero, gracias .– me di vuelta y me cubrí con las mantas.

—¿Por qué no querés comer? .– me preguntó.