"La chica de al lado" - Libro 1- Sasusaku 🔞

Capítulo 15♥

Sali sin mirar atrás. La puerta se cerro detras mio.
Escuche como se quebraba. La senti llorar, pero no podía volver.
No. Si ella no estaba dispuesta a confiar en mí... No. Si ella no quería dejarse ayudar.

Entre a mi casa dando un gran portazo.

Itachi bajo preocupado,
—¿¡Qué sucede?!— Me dijo asustado. Yo no era de tener estos arranques.

Levante los ojos cubiertos de lágrimas que amenazaban con salir sin control. Se acerco y me abrazo.

—Pase lo que pase, sea la razón que sea, siempre voy a estar para vos.

Comence a llorar. Sentía que la angustia se había acumulado en mí cuerpo por muchos años. Todo lo que no dije antes. Todo ese dolor que me guarde, la culpa, el sentimiento de fracaso, de haber fallado, había entrado en erupción como un volcán, si eso era, un maldito volcán vomitando años de dolor, entre lágrimas y con la voz cortada empeze a sacar esa mierda que tenia dentro.

— Ella me gusta, es especial, pero.... Ita... ella es como Sumi.
Aún nose porque, pero ella hace lo mismo, consume, y se lástima. Vi las marcas. Y me di cuenta enseguida.— Itachi respiro hondo, mis palabras de seguro también le traían recuerdos dolorosos.

>>¡¡Quiero ayudarla!!— llore sim control, aferrandome a mi hermano como si fuera un ancla.— Pero, pero nose como... Voy a perderla... Voy a perderla como perdí a mí hermana. — sentí el abrazo de Itachi, apretarse a mi alrededor. Fue reconfortante. Y lo necesitaba.

—Debes dejar de culparte por Sumire.— su voz fue apenas un susurro.— Sabes... la primer vez que la vi, apenas tenia cuatro años.
No recuerdo mucho, pero se que me sentí abrumado, yo me convertía en hermano mayor. Estaba enojado con nuestros padres. Porque deseaba un hermano con quién compartir los autitos. Y en vez de eso me habían pintado media habitación de color lila y habían instalado una cuna y una mesedora—negó enfaticamente — dónde antes tenía mí escritorio y mis dibujos.— sonrió perdido en sus recuerdos. Yo lo escuchaba atento, porque Itachi siempre hacia lo mismo, me contaba una gran historia, antes de ayudarme a resolver mi mierda.

>> Los primeros meses fueron los peores. Ella lloraba mamá corria.
Casi ni me dejaba dormir y yo la ignoraba la mayor parte del tiempo.
Después del primer añito. Una madrugada, se despertó mi pequeña compañera de habitación, yo leia en silencio un libro de latín, era un prodigio de cinco años— se  mofó— me acerque a la cuna, antes de que mamá viniera corriendo, a calmar a la niñita llorona. La miré y ella me sonrió y tendió los bracitos.— una  sonrisa débil tiro de su boca. —
La levante y me sente en la mesedora con ella. "Duermete Sumi... duermete ya
... porque Mikoto te va a retar..." empece a cantar dulcemente, mientras la mesia. Ella me sonreia. asi estuvimos un buen rato, hasta que ambos nos dormimos.
Finalmente la pequeña había conquistado mi corazón.
Desde ese momento fuimos inseparables. Le leía mis libros avanzados, y ella balbuceaba incoherencias. Le prestaba mis autitos aunque los  llenara de babas... una día mamá vino con la notocia de que tendriamos otro hermanito y nuevamente la historia se repitió. Te odie, por robarme la  atención de todos. Hasta Sumi, de pronto eras su nuevo bebé, pequeño gordo y adorable, ella jugaba a las muñecas contigo, te paseaba en su carreola de plástico, cuando mamá no la veía. Yo estaba enfermo de celos. Entonces  empezaron a seguirme. Ambos. ¡Dios eran tan insoportables! Peleaban y tenía que estar mediando entre ustedes.— me miró serio.— ¡Eras un infierno de hermanito menor! ¿Adorable? ¡Mis pelotas! Eras la encarnación del maligno, y ella era tu maldita mentora. Se aliaban solo cuando se  trataba de hacer maldades.— sonreí, aun tenía lagrimas en mis ojos, pero no pude evitarlo. La frustración de Itachi era divertida.

—No puedes reclamarme nada han pasado veinte años. — bufé divertido.

—Ella te amaba, cuanto mas la desafiabas, mas te adoraba.  No le fallaste, en todo caso yo les falle a ambos. Era el mayor, debí notar las  mismas cosas que pudiste ver con tanta facilidad.

— No fue así. Ella ocultaba bien sus problemas. Descubrí las marcas por error. Me hizo prometer que no diría nada.— baje mi cabeza con culpa.
Itachi me revolvió el cabello.

— ¿Abandonamos a Sumi cuándo todo se fue al diablo? — Negué. — ¿Vas a dejar que la pelirrosa te aleje?

— Ella no confía en mí. — masculle molesto.

— Respuesta incorrecta.  — alce la mirada y los ojos de Itachi, tenían esa chispa de diversión. —Sasuke... primero que nada necesito que te concentres, hay cosas que no podemos manejar. Estan fuera de nuestro alcance. Siempre fuiste ansioso, pero dale tiempo. Si ella quiere que la ayudes te lo va a decir.
No podes afirmar que sea como Sumi, quizas tenga sus problemas, pero no creo que sea como nuestra hermana. Sumi es una Uchiha. Orgullosa, y por sobre todo terca.

Las palabras de mi hermano logaron calmarme un poco, pude pensar con claridad después de hablar con él.

La música en la casa de al lado se había detenido abruptamente.
Por dos días el silencio absoluto reino en aquel lugar.

Todos los escenarios que imaginaba, bien podían ser cuentos de terror.
No sabía hasta que punto la vecina estaba dispuesta a lástimarse.

Le pedi a Naruto que enviara a Hinata a revisar, que todo estuviera en orden. Para quedarme tranquilo.
Ella había dicho que si se me iba ya no me meteria más en su vida, pero no podia evitarlo.

Faltaba un día para que Tsunade regresara y tenia miedo de que su madre la encontrara ebria, empastillada o herida.
Seguro le caían mas problemas de los que ya tenia y eso no era bueno.
La ventana de su habitación permanecía cerrada.
Naruto me había dicho que todo estaba bien. Que según sus amigas ella estaba bien, pero si era asi ¿Por qué no se acercaba a mi? ¿Por qué no me buscaba, no me escribia? ¿Por qué me ignoraba?

Ese ultimatúm que le había impuesto, ya no parecía tan bueno.
Caminaba rabioso, por la habitación. Mirando todo el tiempo, hacia la casa de al lado.
Necesitaba verla.
Necesitaba decirle que estaba ahi y que estaría ahi hasta que ella decidiera hablarme.

Baje apurado antes de que Itachi se marchara a la empresa.

—Itaaa... ¿dónde esta la Fender?—mi hermano me miro sorprendido.

—En el altillo con las cosas de Sumi— respondió con intriga. 

—¡¡¡Okay. GRACIAS!!!—Le grite mientras corría escaleras arriba...