Mudarse no siempre resulta negativo, pero en mi caso es horrible. El nuevo complejo al que mamá me lleva tiene demasiada seguridad. Portarse mal será dificilísimo... ir y venir a mi antojo, con tantos controles. ¡Ni lo sueño! Sin embargo, pronto des...
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Despierto tarde. Otra vez me quede dormido.
Hace una semana que volvimos del viaje a Tokio. Saku esta con exámenes. Así que nos vemos poco. Aunque hablamos a diario, la extraño mucho.
Mamá me pidió que vaya con ella a visitar a Sumi. No me agrada en lo más mínimo, pero debo ir.
Duele como mil agujas en el corazón. Le dije muchas veces a mi madre cuánto me jode verla así. Pero insiste. "Somos su familia" "Nos apoyamos".
¡Maldita sea!, no puedo decirle que no. Y aunque me hace mierda, termino acompañándola.
La clínica privada huele a medicamentos y desinfectante. Hay algunos internos que no son agresivos y pasean por los pasillos hablando solos. La enfermera nos conduce hasta la habitación de mi hermana. Observa por la ventanilla cuadrada que esta en la puerta y niega varias veces.
— Les advierto que la paciente no ha tenido una buena semana.— dice seria. Luego abre la puerta y nos cede el paso.
Mi hermana esta en la silla de ruedas, su mirada perdida en dirección a la esquina de la pared.
Mamá se acerca y le acaricia la cabeza. Le murmura cosas bonitas sobre lo largo que tiene el pelo. Sumi nos ignora. Como cada una de las malditas veces que venimos a verla.
Pasó tres horas viendo a mamá desesperar mientras hace cuanto puede por llamar su atención.
Cuando me acerco a despedirme ella calva sus ojos en mí. Levanta su mano y por un instante creo que va a tocar mi mejilla, necesito que lo haga, que nos reconozca.
Su caricia nunca llega. Sumire grita y me golpea, mi mejilla arde mientras mamá se acerca tratando de calmarla. Ella se retuerce y sigue gritando que nos odia. Que nos quiere ver muertos.
Me alejo dando traspiés. Una vez en el pasillo, me apoyo contra la pared y me deslizó hasta el suelo.
Siempre es igual. Me lleva varios días superar el incidente. Mamá insiste en que ella esta mejorando. Quería estallar. Gritarle que deje de engañarse, pero me mantuve en silencio.
Sakú rindió bien sus finales. Y Tsunade la llevo a un finde juntas en un spa.
Por un lado agradezco no tenerla. Después de ver a Sumi, necesito espacio para volver a ser yo. La extraño mucho, pero no soy la mejor compañía en este momento.
La semana empieza con el lanzamiento de la nueva linea de teléfonos y tablets. En una semana se llevara a cavo una gala dónde promocionaremos todo. Quiero que Saku me acompañe, aún no se lo pido, pero estoy seguro que aceptara.
Ya tengo mi coche, lo retire esta mañana de la concesionaria. Un hermoso Mercedes negro. Lo primero que veo al llegar a la empresa es a Itachi parado en mi lugar de estacionamiento. Freno a centímetros de sus pies. Ladea su rostro.
—¡Felicidades! ¡Aunque sigo creyendo que eres un peligro al volante!— dice mientras me acerco.
—Pues si, soy bastante malo. De hecho frene antes— digo riendo. Nos abrazamos y entramos a la empresa.
—Te tengo una sorpresa— Me dice mi hermano.
Cuándo estamos llegando a las oficinas, veo una cabellera pelirosa muy familiar que esta en la sala de juntas con mis padres, se empieza a formar una sonrisa en mis labios.
Al instante en que ella se gira y me ve a través de los amplios ventanales de la sala, una pelirroja se tira a mis brazos y me planta un beso en los labios. Siento su lengua frotar con la mia. Y mi estomago se revuelve.
—¿¡Qué mierda!?— la empujo. Sorprendido y sin poder reaccionar lo suficientemente rápido, veo a Saku salir furiosa y meterse al ascensor.
—¿¡KARIN!? ¿Qué haces?—Le digo furioso. Veo a mis padres salir deprisa y acercarse a mi. Me acusan con la mirada.
—Soluciona esto, yo voy por tu sorpresa.—me dice Itachi, cuándo lo miro, esta igual de serio que mis padres.
Tomo a Karin del brazo y me alejo unos metros, mis padres se frenan para darme un poco de espacio, pero no será por mucho. Quiero aclararle las cosas y poder ir por mi pelirosa.
—¿¡Qué mierda queres Karin!?—Estoy tan furioso que no reparo en la forma ni los modos.
— Sasuke yo vine a verte. No respondías mis mensajes y...
La interrumpo —¿No es respuesta suficiente el haberte ignorado?— Y ella me mira aún sin entender. ¡KAMI! ¿¡CÓMO UNA MUJER TAN INTELIGENTE, PUEDE PONERSE TAN ESTÚPIDA!? —Grito en mi interior.
>>Escucha, te lo deje en claro muchas veces, no somos nada. Lo nuestro fue solo sexo. Ademas ahora estoy saliendo con alguien— Suelto las palabras sin anestesia. Por la cara que pone se que esta furiosa.
—No es justo, ¿¡sólo me usaste!?, yo me enamore... ¡No tenes corazón!— Las lágrimas corren por su mejilla estropeando su maquillaje. Y mis padres que ya esperaron suficiente se acercan.
—Estas escenas no son para la empresa. No te eduque de esta forma. —Dice mi padre y hace que me sienta un niño de seis años que se mando tremenda cagada. —Disculpa querida, ¿¡cómo es tu nombre!?— Le dice a Karin que ha empezado a llorar ruidosamente.
—Soy... Ka... Karinnnn Karin Uzumaki— Dice entre hipos.
— Bueno no se que es lo que pasó con mi hijo, pero esta empresa es un lugar serio. Y no queremos este tipo de problemas aquí, ¿por qué no la llevas a su casa y solucionan sus cosas?— Me dice mi madre. Echándome una de esas miradas fulminantes.
— ¡Qué se vaya como vino! yo no la llame y supongo que tienes tu auto ¿no?. Yo tengo que ir a ver a Saku que debe estar furiosa. Y todo por su culpa— Digo irritado. Y la muy hija de puta empieza a llorar más fuerte. ¡Me cago en ella, maldita sea!
—¡SASUKE! ¡ENCÁRGATE DE LLEVAR A LA JOVEN A SU CASA! ¡¡¡¡YO EDUQUE A UN HOMBRE DE BIEN NO A UN PATÁN SIN SENTIMIENTOS!!!!.— Los gritos de mi madre han captado la atención de todo el personal. A regañadientes meto a la pelirroja al ascensor y bajo a toda prisa.
No veo a mi hermano por ningún lado, tampoco a Sakura. Saco mi móvil para llamarla.
¡Maldición!, el contestador.
—Lo siento... sólo pensé que quizás podíamos tener algo más serio. Venia con la intención de hablar.
— ¿Hablar? ¡Me metiste la lengua hasta la garganta!— reclamó furioso.— Sé que Naruto te dijo que yo estaba saliendo con alguien. — ella se remueve inquieta. — Sé que desde un principio cada vez que estuvimos juntos te deje en claro que no quería nada serio. Sé que la recepcionista es tu amiga y ella debe haberte dejado subir— noto como se tensa al oírme decir eso— tranquila no le diré nada, pero si te voy a advertir una cosa.— se pone rígida—No me gusta que jueguen conmigo. Sé lo que quiero. Y no es a ti. Así que no me jodas Karin. Desaparece de mi vida, no vuelvas a poner un pie en esta empresa. O tu amiga pondrá los suyos fuera. ¿¡Entendiste!?. Por la amistad que tengo con tu primo. Voy a olvidar que viniste.
La dejo en el estacionamiento junto a su auto. Y voy volando al mio. Quiero volver a casa. Necesito explicarle que no es lo que parece. Sólo espero que ella me escuche. Y por todos los cielos. Que no haga ninguna locura, voy a toda velocidad. Maldiciendo. Ni siquiera mi hermano me responde el móvil. Y me estoy preocupando.
