Capítulo 2♥

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Cuando las clases terminaron nos despedimos

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Cuando las clases terminaron nos despedimos.

—¡Nos vemos el finde en la casa nueva!— Grito Hinata mientras subia al coche de su padre.

Alce mi mano para saludar al Señor Hyuga y luego corrí deprisa a la clase de baile.

Amo bailar, pero lo que más disfruto es el final de clase, cuándo podemos tener un momento de expresión libre.
Siendo honesta, me aburría mucho siguiendo las coreografias, tengo un pequeño problema con seguir órdenes, pero me encanta ese momento donde la profesora dice "Relajense, sientan la música, hagan lo que deseen".

Me dejo llevar por el ritmo...

La música suena en mis oídos y se extiende por todo mi cuerpo, mientras giro sobre mi eje en perfecta armonía, me siento plena, libre...

Cuando salí de la clase mamá me esperaba en el auto.

—¡Fue hermoso!—aplaudió avergonzandome un poco.

—¿Qué?— Respondí seria.

—Esa última rutina...—Agrego ella.
Completamente ignorante de lo que realmente hacía ahí dentro, pero desesperada por mostrar apoyo y recuperar el vinculo.

—No era una rutina. Era expresión libre.— Dije cortante.

—Aún así fue hermoso...—replica encogiéndose de hombros.— ¿Lista para conocer la casa nueva?— Tsunade estaba particularmente entusiasmada.

La mire y le regale la sonrisa mas falsa que pude. Había aprendido de Sai, uno de los nuevos compañeros de curso. Él chico pálido proveniente de Europa, era un maestro a la hora de regalar sonrisas. Pero eran tan falsas como la nariz de la profesora Terumi. Se notaba tanto que la había operado.

Tsunade me miro ya cansada de esta actitud. Pero no dijo nada.
Puso en marcha el coche y partimos rumbo a la nueva residencia.

Después de cruzar tres accesos, y presentar documentación especial en cada uno. Confirmé que el nuevo hogar adonde mi madre me llevaba, no era ni mas ni menos que una enorme prisión para gente adinerada.
Las casas ocupaban manzanas enteras. El concepto de privacidad no existía. No había paredes, por donde, miraba había ventanales, enormes ventanales. Parques iluminados, piscinas a la vista. Los vecinos parecían una gran comunidad feliz, solo pequeños arbustos separaban las propiedades.

Disgustada a más no poder resople y dije:
— ¿El presidente será nuestro vecino? — Después de escupir las palabras, solté un sonoro bufido.

—Tu terapeuta dice que esto es lo que necesitas, un lugar tranquilo, un ambiente controlado—  El discurso de mi madre era siempre el mismo, todo es por tu bien, todo lo hago por vos.

—Bla bla bla... ¿Falta mucho? Ya estoy cansada—Mi cabeza se estrello contra el parabriza. —¡Ouch! ¿¡Qué demonios!?— solté indignada.

Mi madre había clavado los frenos, íbamos a paso de hombre prácticamente, por las pequeñas calles que recorrían el lugar. Así que no tenia dudas de que sólo había sido un golpesito, pero... ¡Diablos! Dolió y me tomó por sorpresa.

 "La chica de al lado" - Libro 1- Sasusaku 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora