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XVI - Jardín

Sonó el despertador y me levante, no tenía ningunas ganas de ir a clase. Me duché, arreglé y desayuné, cuando fui a salir de casa, estaba Alexy fuera esperándome.

- ¿Como estás preciosa?- Me dio un abrazo.

- Pues...- Agache la cabeza.

- Que ya me contó mi hermano ayer al volver del ensayo que tiene novia, ¡Enhorabuena cuñadita!

- Alexy... Esto. Ayer cuando estábamos en el local, Armin apareció con... Laeti. Han vuelto.

-¡¿Qué?! Pero, pero como Armin ha podido después de lo que te hizo la semana pasada.

- Ni lo sé ni me importa ahora mismo, sinceramente.- Comenzamos a andar hacia el instituto, nos encontramos con Rosa y la pusimos al día de todo lo ocurrido el día anterior. Cuando estábamos casi llegando, nos encontramos a Armin y Laeti cogidos de la mano de camino al instituto. Esa imagen me repugnaba, no entendía por qué Armin había vuelto con ella.

Entré a clase y cuando fuí a sentarme, vi que el único sitio libre era junto a Castiel. Alexy vió mi cara y habló con Rosa para que se sentase a su lado y yo pudiese sentarme con él en clase. No quería estar aquí, estar en el mismo espacio que Castiel, Armin, Laety y Amber era algo verdaderamente desagradable. Tocó el timbre y por fin pudimos salir de clase. Tenía todo recogido antes de que incluso sonase el timbre, por lo que fui la primera que salió del aula. Quería estar sola, quería estar simplemente tranquila.

Salí al patio y antes de que nadie pudiese si quiera verme, me dirigí al jardín. El estar entre flores me tranquilizaba, y era un lugar al que prácticamente nadie visitaba en estas horas. Me puse mis cascos y comenzó a sonar una canción que me relajaba, con lo que cerré los ojos mientras que mi mente estaba únicamente centrada en la música. En ese momento sentí como alguien llegaba, era Lysandro. Me quité los cascos y le dedique una sonrisa. Él se sentó a mi lado.

- ¿Como que no estás con Armin y Castiel?

- Armin está con Laeti y tanto Castiel como yo nos hemos negado a estar con ella después de todo lo que te ha hecho. Castiel se ha quedado con el resto. Estoy algo preocupado por ti, llevas tan solo una semana aquí, pero no creo que este siendo fácil.

- ¿Sábes? El día que llegué tenía miedo, de no encajar, de que Rosa no me reconociese o de que simplemente os cayese mal. Después del sábado y del día del ensayo, estaba tremendamente feliz y quien me iba a decir a mi, que justo una semana después todo iba a ser el caos en el que se ha convertido...- Puso su mano en mi hombro.

-Sé que no tiene que ser fácil la situación, pero de verdad, piensa siempre en que nos tienes a nosotros, Rosa, Alexy e incluso yo, pese a que esos dos sean mis mejores amigos, voy a estar siempre que quieras hablar- No pude evitar darle un abrazo.

-Mucha gracias Lysandro, de verdad...

-No tienes que darlas, que, ¡por cierto! Esta semana sólo tenemos clase hasta el miércoles, habíamos pensado en irnos todos a una casa en la playa que tiene mi familia, ¿te apuntas?

Me mostré algo dubitativa, no sabía si era buena idea el hecho de ir, pero no quería privarme de pasar unos buenos días con mis amigos por dos imbéciles, así que finalmente, acepté.

Las clases prosiguieron y a la salida, me encontré con Rosa y con Alexy.

-¡Eleithya! Ya nos ha dicho Lysandro que vienes este fin de semana a lo de la playa, esta tarde vamos a ir a comprar bañadores nuevos, ¿te apuntas?

-Claro, además, tenía que ir de todas formas. 

Nos dirigimos hacía casa y de camino ví a Armin y Laeti cogidos de la mano, se me revolvía el estomago solo en pensar que pudiese estar con ella después de todo lo que ya sabía, era simplemente inexplicable. En ese momento Alexy me sacó de mis pensamientos.

- Te duele verles así, ¿verdad?

- ¿Sinceramente? Que haga lo que le de la gana, las personas demuestran como son a través de sus actos y que el haya vuelto con una celosa, posesiva que hizo lo que hizo, dice mucho de él.- Alexy me cogió del brazo.

- Se que estas enfadada, yo misma lo estoy por lo que esta haciendo y por como se está comportando, pero con quien no puedes estar enfadada es con Castiel... Sé que el te beso, pero no tiene culpa, la culpa realmente es de mi hermano de ser tan imbecil de ni siquiera querer escucharte.

Comencé a reflexionar, realmente, lo que Castiel había hecho estaba mal pero, efectivamente, la culpa de esta situación no era suya. Antes de que me hubiese dado cuenta, había llegado a casa. Comí, me duché y a las 6 había quedado con Alexy y Rosa. Antes de salir al centro comercial decidí mandarle un mensaje a Castiel diciéndole que lo sentía por si me había comportado mal estos días, pero que la situación me estaba sobrepasando. 

Terminé de vestirme, Rosa y Alexy me recogieron y cogimos rumbo hacía el centro comercial. Al llegar, para mi sorpresa, no eramos los únicos que estábamos allí.